Opinión

La ‘Guía’ de Compostela, 1932, de Xosé Filgueira Valverde

He aquí conmigo –iniciado ya el ‘Año Santo 2021’– una de las obras fundamentales de Galicia: Santiago de Compostela. Guía de sus monumentos e itinerarios, cuyo imborrable autor es el insigne catedrático de Literatura y director del Museo de Pontevedra Don Xosé Fernando Filgueira Valverde. La primera edición tuvo lugar en 1932. Ésta que tengo ante mis ojos corresponde a la Imprenta-Editorial ‘Moret’, calle Galera, 48, A Coruña, 1950. El libro, de pequeño formato –al final, acompañado de un plano de época de Compostela–, nos obsequia con hermosas ilustraciones. “Entre las fotografías que ilustran esta ‘Guía’ –leemos en la página postrera del texto– figuran muchas debidas a J. Limia, quien, por primera vez, realizó y coleccionó con criterio artístico visiones fotográficas de Compostela. Porto y Cía., Editores S. L. ha querido recogerlas tanto por su valor documental como por rendir homenaje al nombre, demasiado olvidado, de su Autor”.
La ‘Guía’ de Compostela, 1932, de Xosé Filgueira Valverde

He aquí conmigo –iniciado ya el ‘Año Santo 2021’– una de las obras fundamentales de Galicia: Santiago de Compostela. Guía de sus monumentos e itinerarios, cuyo imborrable autor es el insigne catedrático de Literatura y director del Museo de Pontevedra Don Xosé Fernando Filgueira Valverde. La primera edición tuvo lugar en 1932. Ésta que tengo ante mis ojos corresponde a la Imprenta-Editorial ‘Moret’, calle Galera, 48, A Coruña, 1950. El libro, de pequeño formato –al final, acompañado de un plano de época de Compostela–, nos obsequia con hermosas ilustraciones. “Entre las fotografías que ilustran esta ‘Guía’ –leemos en la página postrera del texto– figuran muchas debidas a J. Limia, quien, por primera vez, realizó y coleccionó con criterio artístico visiones fotográficas de Compostela. Porto y Cía., Editores S. L. ha querido recogerlas tanto por su valor documental como por rendir homenaje al nombre, demasiado olvidado, de su Autor”.

A lo largo de este bello periplo compostelano el imprescindible sello de amor y sabiduría –siguiendo el legado del inefable polígrafo orensano Don Ramón Otero Pedrayo–, labrado por el irrepetible profesor y ensayista Filgueira Valverde, magistralmente nos conduce a la ‘Geografía’ y a un resumen histórico. Luego, ¿cómo no?, la peregrinación a Santiago y los milagros del Apóstol Santiago. Después, “la vida en Santiago”, además de la ciudad y la literatura.

Xosé Filgueira Valverde establece a continuación el conocimiento y pedagogía de los monumentos principales de la ciudad santiaguesa. Son 5 itinerarios, con un ‘preliminar’ y ‘Catedral y Palacio de Gelmírez’. Continúa con ‘alrededores de Santiago’, ‘excursiones’, regalándonos, al cabo, la ‘Bibliografía’, así como el ‘Índice de monumentos y lugares’ e ‘Índice de personas’.

Estoy ahora contemplando a ‘Santiago Caballero’ en el tímpano románico llamado de ‘Clavijo’ o de las ‘Cien Doncellas’. Heme delante de un dibujo panorámico: ‘Compostela, hoy Santiago’, cuyo autor es Pier María Baldi, en el ‘Viaggio’ de Cosma III de Médicis, 1669. Asimismo, los ‘Episodios de la vida de Santiago’, en el retablillo donado por el peregrino inglés J. Gudgar en 1456 a la Catedral compostelana.

¡Cuánta asombrosa belleza durante estos perennes recorridos acariciando los bosques pétreos de Compostela bajo el sol o la eterna lluvia, sobre las campanas o los autumnales líquenes! Colegio de San Clemente, iglesia de Santa Susana, capilla del Pilar. Aparte la grandiosa Catedral, al igual que el Palacio de Xelmírez, visitamos el Colegio de Fonseca y el de San Jerónimo. El Consistorio y la iglesia de las Angustias. El Hospital. El monumento a San Francisco, obra del gran escultor Francisco Asorey. El convento de San Francisco. ¡He ahí el Monasterio e Iglesia de San Martín Pinario! Después, el convento de San Paio, la Canónica y la iglesia de María Salomé.

Nos reencontramos ahora con la iglesia de San Fiz de Solovio, San Agustín, Santa María del Camino, capilla de Ánimas. Los conventos de Santa Clara y del Carmen, además de la iglesia de San Benito. ¡Y la colegiata del Sar!