Exteriores presenta en el Consejo de Ministros un informe sobre el estado de los trabajos para reformar el ‘voto rogado’

El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha presentado un informe sobre el estado de los trabajos para la reforma del ‘voto rogado’ en la reunión del Consejo de Ministros de este viernes. Así aparece en la referencia de los asuntos tratados en la web de La Moncloa, aunque no se especifica si ese informe es el mismo que el Gobierno trasladó al Congreso de los Diputados con sus sugerencias para acabar con el ‘voto rogado’.

A finales del mes de octubre, el portavoz del PSOE en la subcomisión del Congreso que estudia una posible reforma de la Ley Electoral, Gregorio Cámara, expuso al resto de portavoces el informe que ha elaborado junto a diferentes técnicos de los ministerios de Exteriores, Interior y Trabajo y Migraciones, así como de la Oficina del Censo Electoral.

En concreto, el informe, que se redactó en un mes, parte de la eliminación del ruego del voto, un sistema que, desde 2011, obliga a los electores en el exterior a solicitar previamente el voto en cada convocatoria de generales, autonómicas y europeas, lo que ha hecho caer en picado la participación de los inscritos en el Censo de Residentes Ausentes (CERA) en las últimas citas electorales.

En concreto, el Gobierno y el PSOE establecen que los españoles residentes en el extranjero reciban toda la documentación electoral “con tiempo suficiente” para poder votar –en concreto Cámara cree que se pueden ganar “17 días”–, y que se les adelante una papeleta en blanco donde podrán escribir su opción política.

Los electores tendrán que esperar a conocer todas las candidaturas, que se les facilitará a través de la página web del Ministerio de Exteriores, vía telefónica o a través de la oficina consular correspondiente, antes de poder emitir su voto.

Los electores tendrán dos opciones, como hasta ahora, para poder votar: bien acudir presencialmente al Consulado, para lo cual tendrán cuatro días en lugar de tres como actualmente, o hacerlo por correo ordinario, sin la exigencia de que sea certificado, garantizando así “la gratuidad absoluta” del voto. En ambos casos, se certificará la emisión del voto con un sello.