Con los cuadros de Ana Soler y Yano Yoro y los ‘haikus’ de Francisca García Jáñez

La exposición ‘Kokoro, donde el sentimiento se une a la esencia’ llega a la Casa de Galicia en Madrid

La obra plástica y literaria de dos pintoras, Ana Soler Fernández y Yano Yoro, y una poeta, Francisca García Jáñez, conforman la exposición ‘Kokoro, donde el sentimiento se une a la esencia’, centrada en el mundo oriental femenino, que se ha inaugurado este jueves en la Casa de Galicia en Madrid.

La exposición ‘Kokoro, donde el sentimiento se une a la esencia’ llega a la Casa de Galicia en Madrid
Francisca García Jáñez, Ana Soler, Yano Yoro y Ramón Jiménez, durante la presentación
Francisca García Jáñez, Ana Soler, Yano Yoro y Ramón Jiménez, durante la presentación.

La obra plástica y literaria de dos pintoras, Ana Soler Fernández y Yano Yoro, y una poeta, Francisca García Jáñez, conforman la exposición ‘Kokoro, donde el sentimiento se une a la esencia’, centrada en el mundo oriental femenino, que se ha inaugurado este jueves en la Casa de Galicia en Madrid. Según las autoras, la muestra, que podrá verse hasta el próximo día 30, está creada como un diario emocional donde mente, cuerpo y espíritu (conceptos que se integran en el término japonés ‘kokoro’) se funden para celebrar la vida. Las tres artistas residen y crean en Galicia: Ana Soler es una reconocida artista plástica nacida en Vigo, y Yano Yoro y Francisca García Jáñez son de Madrid y viven en Santiago de Compostela y A Coruña, respectivamente. La muestra llega a Madrid después de haber recalado en algunas ciudades gallegas. Su inauguración ha concentrado a cerca de 80 personas.

En la exposición, las geishas reservadas y a la vez llenas de felicidad transformada en quietud, contemplación y reconocimiento de Ana Soler y las mujeres niponas sensuales, que respiran plenitud amorosa, de Yano Yoro complementan el espíritu nipón literariamente con los ‘haikus’ de Francisca García, poemas breves que incitan a la reflexión, resuenan e incitan a la belleza y la intimidad.

En la inauguración intervinieron las tres artistas y el coordinador de actividades de la Casa, Ramón Jiménez. Además, Francisca García ofreció un pequeño recital de ‘haikus’ al que puso música la pianista Ana García Betrán.

Jiménez habló del carácter y el sentimiento nipón y presentó a las artistas: “A Ana Soler Fernández, cuya obra se centra en el imaginario japonés femenino a partir de emotivos retratos de geishas, en los que la intimidad y la esencia prevalecen sobre el paisaje, con gran carga emocional y vertebrados en torno al color; a Yano Yoro, cuyas pinturas realizadas a base de la técnica ‘sumi-e’ evocan la esencia de la mujer nipona desde la mirada interior de la plenitud amorosa. En ellas, la profusión del gesto y de la paleta conectan con la emoción y el sentimiento. Y a Francisca García Jáñez, doctora en Filología Hispánica, escritora y poeta, cuyos conocimientos del mundo oriental la han llevado a componer ‘haikus’ japoneses como los que hay en esta muestra, que la conecta y envuelve suavemente, como un regalo, con el hilo conductor –casi invisible– de sus palabras”.

Francisca García Jáñez expuso que para ella escribir ‘haikus’ “es una filosofía, una disciplina, un arte”. “Cada vez que escribo versos me conecto con mi interior, con la esencia. La página en blanco se llena de pinceladas tímidas que intentan salir a flote y, poco a poco, el texto va surgiendo de las profundidades del alma. De repente, como un auténtico misterio, aparece el mágico resultado”. También valoró que “Kokoro’ es “un homenaje al intimismo y a la sensibilidad, a la conexión con la esencia del ser humano” y que en ella “palabra e imagen conectan de forma delicada y abren el camino a la reflexión”. 

Ana Soler Fernández explicó que en sus últimas exposiciones sus obras “se introducen en el imaginario japonés a partir de la creación de una serie de geishas y paisajes llenos de gran carga emocional. Los juegos de color, parte crucial en mi proceso creativo, sirven de guía a la expresión del sentimiento y me permiten capturar esa mirada oriental”. “En las obras monocromáticas la tinta fluye y se esparce de forma caprichosa por momentos, para acabar dirigiendo la mirada hacia formas más controladas, pero con un movimiento libre y espontáneo. Esa combinación de trazos, veladuras y sombras es la que genera el espíritu de cada gheisa y se transmite al espectador”, precisó, apreciando que “la íntima fusión de las pinturas con los ‘haikus’ establece un doble juego entre la imagen y la palabra, a la vez que traslada al público al mágico momento oriental”.

Por su parte, Yano Yoro expuso que “el arte de la pintura a tinta ‘sumi-e’ es una de las vías en el camino del zen donde la pintura fluye desde la unidad de cuerpo, mente y espíritu (‘kokoro’). Es una disciplina artística y meditativa a la que estoy entregada desde hace tres décadas y que cuenta con una tradición de más de quinientos años”. “En la austeridad de mis pinturas busco despojarme de artificios y apariencias superfluas para conectar con la esencia más pura y conseguir que la mano guíe al pincel hasta ser transmisora de la emoción del instante. En la exposición ‘Kokoro’ me sumerjo en un universo femenino de emociones íntimas, donde la tinta irrumpe en el vacío mostrando lo visible y lo invisible de la sensualidad y ensoñación femenina”, detalló.