Por su singular relación con el Principado y su impulso al Museo de Bellas Artes

El empresario asturiano nacido en México Plácido Arango recibirá la Medalla de Oro de Asturias

El Consejo de Gobierno ha acordado hoy conceder este año cuatro Medallas de Asturias, una en su categoría de oro al empresario Plácido Arango y el resto, de plata, a la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias; a Mario García Sánchez, expresidente de Cocemfe; y a la red de profesionales y centros de Atención Primaria del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa).

El empresario asturiano nacido en México Plácido Arango recibirá la Medalla de Oro de Asturias

El Consejo de Gobierno ha acordado hoy conceder este año cuatro Medallas de Asturias, una en su categoría de oro al empresario Plácido Arango y el resto, de plata, a la Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias; a Mario García Sánchez, expresidente de Cocemfe; y a la red de profesionales y centros de Atención Primaria del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa).

Nacido en Tampico (México) en 1931, de nacionalidad mexicana y española, es hijo de la emigración asturiana. Su padre, Jerónimo Arango Díaz, natural de Salas, viajó en busca de un lugar con más posibilidades de progreso primero a Cuba y luego a México, donde se casó con la asturiana María Luisa Arias Fernández. La donación realizada por Plácido Arango al Museo de Bellas Artes este mismo año quiere ser, como ha asegurado el propio benefactor, un homenaje a sus orígenes. La relación sentimental del empresario asturmexicano con Asturias está reflejada en numerosos reconocimientos. De hecho, es hijo adoptivo tanto del Principado como de Salas.

Arango recibirá la Medalla de Asturias, en su categoría de oro, por su reconocida trayectoria profesional, social y cultural, además de su singular vinculación con el Principado, que ha quedado de manifiesto a lo largo de su itinerario vital y, especialmente, en momentos importantes de la historia reciente de la comunidad. Destacan, por ejemplo, su labor en la presidencia de la Fundación Príncipe de Asturias durante los años de la expansión internacional de los premios y su preocupación por apoyar e impulsar el Museo de Bellas Artes de Asturias con la valiosa donación de obras de arte de su colección particular.

Plácido Arango ha sabido combinar desde muy temprano, con discreción y acierto, una intensa actividad empresarial marcada por el sello del emprendimiento y el éxito con una extraordinaria pasión por el arte, que le ha llevado a los foros culturales más prestigiosos.

Doctor en Ciencias Económicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, fue cofundador junto con sus hermanos de la primera cadena de hipermercados del país. En 1965, se trasladó a España para repetir estrategia empresarial.

El historial de Arango está jalonado de actuaciones y participaciones en entidades culturales del máximo prestigio y en proyectos de gran calado que demuestran su compromiso con la conservación y la difusión del arte y revelan, además, su condición de hombre discreto y generoso. Su brillante labor ha sido reconocida con las grandes cruces de Isabel la Católica y del Mérito Civil, la Medalla de Oro a las Bellas Artes, la  Medalla de Oro del Spanish Institute de Nueva York o el Premio Juan Lladó de mecenazgo cultural, entre otras distinciones.

Este año, sin más contrapartida que el derecho a usufructo vitalicio, ha anunciado la donación de 32 obras maestras al Museo de Bellas Artes de Asturias. Esta aportación incorpora a la principal pinacoteca regional firmas tan relevantes como las de Diego de la Cruz, Juan de Juanes, Juan Pantoja de la Cruz, Rodrigo de Villandrando, Juan van der Hamen, Jerónimo Jacinto Espinosa, Juan de Valdés Leal, Antoni Tàpies, Manuel Millares, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo y Darío Villalba, entre otros. También hay que reseñar la presencia de esculturas de autores contemporáneos muy reconocidos y valorados, como Juan Muñoz y Cristina Iglesias. Entre los artistas ya representados, el museo se enriquecerá con la incorporación de obras de Juan Correa de Vivar, Luis de Morales, Francisco de Zurbarán, Genaro Pérez Villaamil, Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana, Esteban Vicente y Pablo Palazuelo.

Unidad Canina de Rescate del Principado de Asturias

La Unidad Canina de Rescate, organización voluntaria y sin ánimo de lucro con 30 años de trayectoria, recibe la distinción por su colaboración en situaciones de emergencias y por su carácter pionero al impulsar el salvamento con perros en Asturias.

El nacimiento del grupo se remonta a 1987, cuando un helicóptero que llevaba a bordo cuatro guías del Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi, un responsable de Protección Civil de Asturias y cuatro perros se estrelló durante las labores de búsqueda de un niño desaparecido cerca del lago Enol, en los Picos de Europa. A partir de ese trágico suceso, en el que murieron todos los ocupantes, varias personas relacionadas con la Agrupación Municipal de Bomberos Voluntarios y voluntarios de Protección Civil del Ayuntamiento de Oviedo comenzaron a trabajar en la puesta en marcha del equipo.

En 1988 surge la Unidad Canina de Rescate, vinculada al Ayuntamiento de Oviedo hasta 1991, cuando el grupo suscribe un convenio de colaboración con el Consorcio de Extinción de Incendios, Salvamento y Protección Civil del Principado (Ceispa) e inicia una nueva andadura que se prolonga hasta ahora. Su primera intervención fue en ese mismo año, en el rastreo de una persona desaparecida en la zona de Peña Mea, en Laviana.

A finales de la década de los noventa la unidad se convirtió en el grupo de rescate con perros que acumulaba más intervenciones de España y en 2004 se configuró formalmente como asociación. Actualmente es el equipo oficial de búsqueda y rescate en el Principado, uno de los que acumula una trayectoria más larga, y está adscrito al Servicio de Emergencias (Sepa). Está formado por ocho voluntarios y trece perros y ha participado en centenares de operaciones de búsqueda y rescate, con una media de 30 anuales. Sus integrantes suman más de 1.000 horas anuales de trabajo voluntario y desinteresado.

Su sistema operativo permite cubrir las 24 horas los 365 días, con un tiempo mínimo de respuesta de menos de 30 minutos en Asturias, menos de una hora para otras comunidades y 120 minutos para desplazarse a otros países.

Mario García Sánchez

Mario García Sánchez recibe el galardón en reconocimiento a su trayectoria personal y profesional, dedicada a la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad. La distinción reconoce su talante negociador y el intenso trabajo que ha desarrollado durante 40 años desde el ámbito asociativo para hacer de las personas con diversidad funcional verdaderos sujetos de derecho que pueden participar plenamente en todos los ámbitos de la vida.

Nacido en San Martín del Rey Aurelio, convive con la discapacidad desde que a los dos años sufrió una poliomielitis. Comenzó su trabajo en Gijón, en la Unión de Discapacitados del Principado de Asturias (UMA), entidad de la que fue socio fundador y que presidió desde 1989. Posteriormente, en 1994 fue nombrado presidente de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe) en Asturias y a nivel estatal en 1999, cargo este último en el que permaneció 17 años.

Al frente de esta organización, lideró una constante negociación con las administraciones para conseguir el ejercicio pleno de los derechos de las personas con discapacidad. En este sentido, ha impulsado importante legislación en este ámbito, ha promovido la creación de empleo a través de la red de servicios de integración laboral y la puesta en marcha de recursos de convivencia como residencias, centros de día y viviendas tuteladas en toda España. También ha promocionado la accesibilidad universal, las nuevas tecnologías, la educación inclusiva y la igualdad de la mujer con discapacidad. Durante su mandato, la confederación se convirtió en una institución fuerte y estructurada, integrada por más de 1.600 asociaciones dedicadas a trabajar por la integración.

Desde 2002 hasta 2008 ejerció la presidencia del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), periodo en el que la entidad participó activamente para dar forma e impulsar la Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia.

La candidatura de Mario García ha sido propuesta por Cocemfe y cuenta con el aval de una treintena de entidades sociales del Principado.

Red de profesionales y centros de Atención Primaria

La red de profesionales y centros de Atención Primaria del Servicio de Salud del Principado (Sespa) recibe la Medalla de Asturias en el año en el que se celebra el 30 aniversario de la puesta en marcha de los primeros centros de salud. Más modernos que los antiguos ambulatorios, estas instalaciones ofrecen servicios integrales a la población con equipos de especialistas altamente formados. Su trabajo ha favorecido una nueva organización de la asistencia sanitaria que potencia la labor en equipo, permite aumentar el tiempo de consulta y amplía la cartera de servicios, al tiempo que impulsa la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

Tres décadas después de la implantación de este modelo, Asturias cuenta hoy con una amplia red de Atención Primaria altamente valorada por la ciudadanía que se ha convertido en el eje del sistema sanitario y en garantía de equidad para el acceso a las prestaciones. 

Actualmente, la red cuenta con más de 3.150 profesionales: 1.140 médicos de familia, urgencias y pediatría, 1.015 enfermeras y casi 1.000 personas que trabajan en diferentes departamentos sanitarios y no sanitarios; entre otros, fisioterapeutas, trabajadores sociales y personal administrativo. Todos ellos se distribuyen en más de 80 equipos repartidos entre los 320 dispositivos de Primaria (centros de salud, consultorios locales y periféricos, puntos de atención continuada, etcétera).

La Atención Primaria es un nivel asistencial imprescindible por su papel medular desde el punto de vista de la eficiencia y la sostenibilidad del sistema sanitario. También porque asume el abordaje de los nuevos paradigmas como la cronicidad, la dependencia y el envejecimiento, y por el compromiso ético y social de los profesionales con sus pacientes.