Opinión

El ‘Refranero’: curiosidad y riqueza cultural

“Este ‘Diccionario de Refranes’ reúne más de 5.000 refranes con sus correspondientes definiciones o explicaciones. La selección de los mismos ha sido realizada siguiendo un criterio aperturista.
El ‘Refranero’: curiosidad y riqueza cultural

“Este ‘Diccionario de Refranes’ reúne más de 5.000 refranes con sus correspondientes definiciones o explicaciones. La selección de los mismos ha sido realizada siguiendo un criterio aperturista. Esto supone que, junto a refranes nacidos hace siglos y cuyo uso aún pervive (“Quien mucho abarca, poco aprieta”) y otros extraídos de textos clásicos que han caído ya en desuso (“Afición, ciega razón”), en las páginas de esta obra se pueden encontrar dichos populares de nuevo cuño, cada vez más extendidos en el español de hoy (“No se puede sacar un córner y rematarlo”)”, leemos en las palabras de ‘Presentación’ del volumen titulado Diccionario de Refranes de la Lengua Española, Larousse Editorial, S.A., Biblioteca de Consulta, Barcelona, 2001.

Es preciso decir que esta obra está de tal modo estructurada que permite llevar a término las consultas desde una doble perspectiva. La primera consiste en que el cuerpo del diccionario –esto es, los refranes acompañados de sus definiciones– se nos presenta ordenado desde el punto de vista temático, a fin de que el consultante pueda acceder a todos los refranes relativos a un mismo ‘tema’, como por ejemplo ‘amor’, ‘matrimonio’, ‘pereza’ o ‘relaciones laborales’. Para adentrarse en esta parte –a manera de ‘guía’–, el consultante dispone de un ‘índice’ en el cual hallará los ‘temas’ en que se han agrupado los refranes junto con una indicación acerca del lugar que ocupan en la obra. Y la segunda estriba en que, si lo que se desea es descubrir el significado de un refrán, será suficiente con dirigirse al ‘índice alfabético’, en que se encuentran ordenados ‘alfabéticamente’ todos los refranes que se definen en el cuerpo de la obra, en cuya compañía se nos muestra una indicación numérica que remite a su definición.

En efecto, nos detenemos ante la ‘condición humana’ y la ‘naturaleza humana’, la ‘fatalidad y el destino’, las ‘acciones humanas’ y las ‘formas de actuar’. A continuación, ‘el tiempo en las acciones humanas’, las ‘costumbres’ y la ‘facultad de hablar’. Asimismo con la ‘actitud frente a los demás’, las ‘relaciones humanas’, además del ‘amor’, el ‘sexo’ y el ‘matrimonio y vida en pareja’. Más adelante, ‘el hombre como ser racional’ y el ‘dinero y bienes materiales’. También la ‘organización social’ y ‘el trabajo’, la ‘salud y alimentación’, al lado de ‘la mujer’ y ‘el hombre (individuo de sexo masculino)’. Henos ante las ‘etapas del ser humano’ y ‘la religión’. E igualmente ante el ‘calendario, clima y meteorología’, ‘calendario, clima y labores del campo’ y ‘divisiones del tiempo cronológico’ con los ‘días de la semana’, ‘los meses del año’ y ‘las cuatro estaciones’.

Y ya que nos hallamos en el mes de agosto y, por tanto, en la estación del verano, en el hemisferio norte del planeta y en Europa, evoquemos aquellos de ‘agosto, frío en rostro’, ‘agosto y septiembre no duran siempre’, además de ‘a invierno lluvioso, verano caluroso’, ‘cuando el verano es invierno, y el invierno es verano, nunca buen año’ e ‘invierno solajero, verano barrendero’.

Coincidiendo bien ‘el refranero’, ciertamente satisfaremos nuestra ‘curiosidad’ al tiempo que mejoraremos nuestra ‘expresión oral y escrita’, además de enriquecer nuestro ‘acervo cultural’. Desde luego que ‘pocas palabras cumplen al buen entendedor’.