Ana Karina Pérez Moure, beneficiaria de la BEME, cursa en Santiago un máster en Tecnologías de Análisis de Datos Masivos

“Cursar un máster en Galicia es una experiencia bonita y animo a los que quieran a que lo intenten”

La oportunidad de preparar un máster en una universidad gallega le llegó a Ana Karina Pérez Moure en plena crisis en Venezuela y no la dejó escapar. Descendiente de gallegos –su padre nació en Toén (Ourense) y su familia materna es de Lalín–, nació en el país bolivariano hace 24 años y es licenciada en Informática. 

“Cursar un máster en Galicia es una experiencia bonita y animo a los que quieran a que lo intenten”
Ana Karina II
Ana Karina Pérez en la Universidad de Santiago de Compostela.

La oportunidad de preparar un máster en una universidad gallega le llegó a Ana Karina Pérez Moure en plena crisis en Venezuela y no la dejó escapar. Descendiente de gallegos –su padre nació en Toén (Ourense) y su familia materna es de Lalín–, nació en el país bolivariano hace 24 años y es licenciada en Informática. 

Trabajó en su país durante un  tiempo desarrollando su profesión, pero la charla del secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, en la Hermandad Gallega de Venezuela –de la que es socia desde pequeña–, informando del contenido de las Bolsas Excelencia Mocidade Exterior (BEME), le interesó hasta tal punto que este año cursa en Santiago de Compostela un máster en Tecnologías de Análisis de Datos Masivos: Big Data, que le servirá para procesar grandes volúmenes de datos en el futuro. 

Todavía no sabe dónde, porque se considera lo bastante joven como para dejarle margen a la vida a que decida por ella. Pero Galicia puede ser un buen lugar para desarrollarse profesionalmente,  asegura, sobre todo una vez finalizado el tiempo de preparación y teniendo en cuenta la situación en el país bolivariano.

“Actualmente, la idea es no volver a Venezuela”, dice, pero eso nunca se sabe. Por eso, piensa: “En diez años, a lo mejor, vuelvo, pero igual la vida me pone por delante otra oportunidad y no vuelvo”.

Hija única, su padre nació en el municipio ourensano de Toén, aunque fue traslasdado a Venezuela cuando contaba solo ocho meses de edad. Allí creció y se formó, pero hoy se encuentra de regreso en Galicia, junto a su esposa, descendiente de lalinenses.

Y es que la tierra tira, y si no, que se lo digan tanto a los abuelos paternos de Ana como a los maternos, que, después de tiempo residiendo en Venezuela, regresaron hace años a sus lugares de origen, donde también veraneó muchos meses de agosto esta joven licenciada que hoy completa su formación en Santiago.

Por esa razón, Galicia no le es ajena, y eso que “el cambio es bastante radical”, pero en el noroeste español “se puede vivir más tranquila” que en Venezuela, dice. El único problema es la lluvia y el frío, aunque este año esté resultando una excepción que Ana, acostumbrada al calor, agradece de manera especial.

Como beneficiaria de la beca de Emigración, Ana Pérez forma parte del grupo de 13 personas que cursan este máster en la Universidad de Santiago de Compostela, el único lugar de España, junto con Murcia, que imparte esta especialidad, comenta, y lo hace junto a otros tres becados por la Secretaría Xeral de Emigración dentro del programa BEME, con el que este departamento de la Xunta busca atraer a jóvenes de la diáspora a Galicia.

La experiencia la califica de “muy bonita” y mantiene que el máster cumple con todos los objetivos, porque “está muy bien estructurado”, asegura. Por eso, anima a otros jóvenes descendientes de gallegos en cualquier otro país del mundo a que se animen a participar.

“Yo les diría que lo intenten y que si les sale aprobado, aprovechen la oportunidad”, porque es importante que “vengan a conocer su tierra”, y porque Galicia “vale la pena”, dice.

Una vez finalizado el curso, allá por el mes de mayo, ya solo le quedará el trabajo de fin de máster, donde espera poder poner en práctica los conocimientos adquiridos en todo este tiempo de estudios.