La incorporación de nuevas instituciones facilitó la compra del centro social

Las consecutivas fusiones beneficiaron el apartado cultural

En enero de 1976, el Centro del Distrito de Salceda decidió fusionarse con la Casa de Tuy, para dar origen a la sociedad Tuy Salceda, Asociación Mutual, Cultural y Recreativa. Este nuevo Centro, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, estuvo llamado a ser el depositario de la cultura e historia de estas regiones como vehículo para estrechar los lazos de amistad entre los nacidos en Galicia en particular y en España y Argentina en general.

Las consecutivas fusiones beneficiaron el apartado cultural

En enero de 1976, el Centro del Distrito de Salceda decidió fusionarse con la Casa de Tuy, para dar origen a la sociedad Tuy Salceda, Asociación Mutual, Cultural y Recreativa. Este nuevo Centro, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, estuvo llamado a ser el depositario de la cultura e historia de estas regiones como vehículo para estrechar los lazos de amistad entre los nacidos en Galicia en particular y en España y Argentina en general.     

Dentro de este marco, cobraron vital importancia, para fomentar el acervo cultural y el aspecto social, las fiestas patronales (como la de San Pedro González Telmo –patrono de Tuy–, la de San Juan Bautista –patrono de Galicia en Buenos Aires–, la de la Virgen de la Concepción de Salceda o la de la Virgen de la Rocha de Caldelas de Tuy), la fiesta Aniversario y los almuerzos campestres que con asiduidad se realizan en el campo recreativo del Centro. La institución se enriqueció, el 9 de junio de 1984, con la incorporación de Caldelas de Tuy.   

Tres años más tarde, fue la asociación Galicia en Buenos Aires –resultado de la fusión entre Chantada, Becerrea y Carral– quien pasó a integrar, con todo su patrimonio social y material –entre los que se cuenta el campo recreativo de San Isidro– la sociedad Tuy Salceda.     

Es evidente que la incorporación de nuevas instituciones redundó en una mejora que se tradujo, no sólo en el plano social y cultural, sino también en el económico.     

Este factor de cuantiosa importancia fue lo que posibilitó que el Centro cuente en la actualidad, con una casa de dos plantas, dos salones para fiestas con sus respectivos escenarios, una vivienda para el casero, una oficina para la secretaría, una importante biblioteca, una cocina, un quincho y un buffet.