La ampliación de su base social le hizo perder la esencia, hasta su cierre en 1943

Centro Galego de Río de Janeiro, una entidad de 1900 vinculada a las corrientes galleguistas

El primer Centro Gallego de Río de Janeiro se funda el 6 de enero de 1900 por una escisión del Casino Español. También existía en esta ciudad la Sociedad Española de Beneficencia, fundada en 1859. Entre los miembros de este nuevo centro se encontraban muchos inmigrantes con ideas republicanas e incluso anarquistas. La ampliación de su base social le hizo perder la esencia, hasta su cierre, lo que tuvo lugar en 1943.
Centro Galego de Río de Janeiro, una entidad de 1900 vinculada a las corrientes galleguistas
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Aspecto de la sala de fiestas del Centro durante una celebración.

El primer Centro Gallego de Río de Janeiro se funda el 6 de enero de 1900 por una escisión del Casino Español. También existía en esta ciudad la Sociedad Española de Beneficencia, fundada en 1859. Entre los miembros de este nuevo centro se encontraban muchos inmigrantes con ideas republicanas e incluso anarquistas. Uno de los más destacados fundadores fue Matías Fernández Murias (11 de enero de 1871-6 de enero de 1950), oriundo de Cabanas. Fernández era dueño de la Sombrerería ‘Colombo’, en la calle 7 de septiembre de Río de Janeiro. Hombre culto y muy ligado a Galicia, colaboraba con los periódicos de la emigración como el ‘Eco de Galicia’ y el ‘Almanaque Gallego’, que editaba en Buenos Aires el masón Castro López. 

Fernández Murias era miembro de la Asociación Iniciadora e Protectora da Real Academia Gallega en Brasil y corresponsal de la Liga Gallega, dirigida por Waldo A. Insua y Euxenio Carré. Formó parte de la mayoría de las instituciones españolas en Río de Janeiro. Durante la Segunda República regresó a Galicia vinculándose al grupo Derecha Regional Gallega. Entre las personalidades que tuvieron amistad con él cabe mencionar a Manuel Castro López, Francisco Tettamancy y el destacado pintor Modesto Brocos. 
La primera directiva del Centro Gallego de Río de Janeiro, entre 1900 al 1902, la formaron Manuel García Rivas (presidente), Manuel Núñez Martínez (director-secretario), Antonio Cid (primer secretario) y José Blanco Ameigeiras. 
Este centro gallego estaba muy vinculado con las corrientes regionalistas galleguistas de fines del siglo XIX. Hasta tal punto, que sus estatutos recogían la obligación del Centro Gallego de ponerse en contacto con la Liga Gallega para realizar la Confederación de Centros Gallegos. 
En 1902 se realiza la segunda asamblea del centro con el objetivo de renovar a las autoridades de su comisión directiva. Durante la misma, Matías Fernández Murias realiza la intervención principal reseñando los dos años de vida de esta institución. Durante aquel año, el centro recibe en sus instalaciones al recientemente elegido ministro Aranguren, quien es homenajeado con un banquete de la colectividad gallega residente en Río. 
Durante los primeros años de vida, este centro estuvo abierto a las expresiones más comprometidas de aquel periodo. Hasta el punto de que varios grupos anarquistas estrenaron obras de teatro. El 12 de octubre de 1903 la anarquista Davina Fraga estrena en este centro dos piezas ‘Primo Maggio ‘, de Pietro Gori, y ‘O Mestre e a Escola’. 
Mientras que en 1906 se realiza el Primer Congreso Operario Brasileiro, según nos cuenta Víctor M. Balboa sobre el Centro Galego: “Nascido este no final do século pasado dunha desidencia do Casino español, creceu rapidamente na mesma proporción que aquel outro minguaba, de tal sorte que, volta do ano de 1912, campeaba como única sociedade da colonia española; pois todos os intentos feitos para crear novas entidades de caracter xeneral español redundaron no maís estrondoso fracaso. Por esta razón ,os poucos elementos non galegos vironse forzados a sumarse a el”. 
Con la ampliación de su base social comenzarán a realizar otras actividades folclóricas que abarcaban danzas de otras partes de España, obras teatrales y zarzuela española. Esta diversificación cultural fue vaciando de contenido a esta institución, que fue perdiendo poco a poco la esencia gallega. En 1943, el gobierno de Getúlio Vargas ordena el cierre del Centro Gallego. 
Ante esta situación, la colectividad gallega se reagrupa, en 1947, en la Casa de Galicia, siendo al año siguiente clausurada por el gobierno de turno. 
En Río de Janeiro también vivió Modesto Brocos (Santiago 1852-Brasil 1936) uno de los pintores gallegos más importantes de todos los tiempos. El gran pintor compostelano se radicó definitivamente en Brasil en 1890. En esta época realiza distintas exposiciones y comienza a trabajar como profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes. 
Gracias a su labor docente formó varias generaciones de artistas cariocas. Su obra ha recibido muchísimos premios destacándose las dos obras que están expuestas en el Museo Nacional de Belas Artes de Río de Janeiro: ‘Redensao de Can’ y ‘Engenho da Mandioca’. Brocos estuvo muy ligado a las actividades del Centro Gallego de esta ciudad, donde aún viven sus descendientes directos.  


Irmandade Galega de Río de Janeiro
Con el objetivo de expandir la galleguidad por todas las grandes ciudades del Brasil, en 1946 se funda en Río de Janeiro la Irmandade Galega. Los promotores de esta iniciativa fueron Víctor M. Balboa, Luis García Fernández, Perfecto González Vázquez y Manuel Gómez Vázquez.
Entusiasmados por la creación de las Irmandades en Buenos Aires, Montevideo, La Habana, Santiago de Chile, México y Venezuela, los galleguistas residentes en este país creen oportuno difundir los ideales del galleguismo.
La creación de las Irmandades fue una iniciativa de Alfonso Castelao que consideró que en el exilio no era necesario un Partido Galeguista sino un movimiento amplio que nucleara a todas las fuerzas patrióticas, ya que, en España, había una dictadura. Por ello, al no haber elecciones democráticas, carecía de sentido tener un partido político.