La artista gallega afincada en Madrid ofrece una selección de sus obras

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Pintura 1997-2017’ de Carmen Iglesias

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Pintura 1997-2017’ de Carmen Iglesias hasta el día 30 de este mes de octubre. La artista santiaguesa afincada en Madrid y que pasa largas temporadas en el pueblo de su infancia, Vilaxoán (Vilagarcía de Arousa), ofrece una selección de sus obras más representativas, en las que predominan bodegones, paisajes y retratos relacionados con su origen galaico, el mar y el jardín de la casa familiar, temas en los que sigue encontrando inspiración.

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Pintura 1997-2017’ de Carmen Iglesias
1. La pintora Carmen Iglesias  ante dos de sus bodegones
La pintora gallega afincada en Madrid ante una de sus obras.

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Pintura 1997-2017’ de Carmen Iglesias hasta el día 30 de este mes de octubre. La artista santiaguesa afincada en Madrid y que pasa largas temporadas en el pueblo de su infancia, Vilaxoán (Vilagarcía de Arousa), ofrece una selección de sus obras más representativas, en las que predominan bodegones, paisajes y retratos relacionados con su origen galaico, el mar y el jardín de la casa familiar, temas en los que sigue encontrando inspiración.

En el acto de inauguración intervinieron, el coordinador de Actividades Culturales Ramón Jiménez –quien lo hizo en nombre del delegado de la Xunta y director de la Casa, José Ramón Ónega–, el también pintor y director de Comunicación del Banco de Alimentos y ‘coaching’ para directivos, Jaime Pereira; así como la propia autora, Carmen Iglesias.

Jiménez invitó a la lectura del prólogo al catálogo elaborado para la ocasión por el catedrático de Sociología de la UNED y fotógrafo Luis Garrido Medina, autor también de las imágenes que ilustran la edición.

Por su parte, Jaime Pereira definió a la artista como “jovial, alegre, comprometida, inquieta, comunicativa, intrépida, soñadora, pero sobre todo una gran persona, una gran gallega y una gran amiga”. Recordó de ella que nació en Santiago de Compostela, “esa bella ciudad a la que tantos y tantos peregrinos acuden cada año para visitar y rogar al Apóstol de España. Ciudad acogedora, donde la lluvia es arte y sus evocadores rincones fuentes de inspiración…”. También aludió a Vilaxoán, la “hermosa villa del municipio de Vilagarcía de Arousa fundada en el año 1490, por Juan Mariño de Sotomayor y situada en la comarca de O Salnés”. Y evocó el Pazo Pardiñas, residencia de sus abuelos donde pasó varios inviernos entre los seis y los diez años y donde, sin duda, descubrió su pasión por la pintura.

También explicó que aunque lleva en la sangre el arte, su carrera empezó tarde, y decidió formarse cuando sintió que su diversión de niña iba a convertir la paleta poco a poco en su verdadera herramienta de trabajo. “Esa paleta llena de colores, colores vivos que serán el santo y seña de su amplia obra pictórica”, dijo. Tomó como maestro a Fernando Martín allá por el año 1988 y desde entonces no ha parado de plasmar “su alma en los lienzos”. La autora, consciente de que un artista nunca termina de aprender trabaja ahora en el estudio del pintor Antonio Mateos Prieto “para ir perfilando más y más su estilo y darle ese sello que haga de su pintura un icono”.

De su obra, Pereira destacó dos cuadros que “merecen una especial mención”. Por una parte ‘La playa de las Sinas’, donde de niña hizo sus primeros castillos de arena como una predicción de lo que vendría más tarde; y ‘El jardín del Pazo Pardiñas’,  donde pasó horas y horas jugando con sus hermanos y lugar que todavía tiene la suerte de poder seguir disfrutando.

Además subrayó tres características de su obra, “la vitalidad, que trasmite con esos colores radiantes y explosivos que alegran el espíritu de forma natural… la plasticidad y simetría, que proporcionan una belleza que dan sentido a su forma de concebir la vida; y la naturalidad, plasmada en bodegones, calles, y playas que te hacen sentirte como un personaje más del cuadro”. Todo ello: “vitalidad, plasticidad y naturalidad son como la radiografía de su personalidad artística”, remarcó Pereira.

La artista tras los agradecimientos explicó que las obras son la recreación de momentos vividos. “Ante todo, estoy muy feliz”, dijo muy contenta, y añadió que las obras “son trozos de la vida misma, y mi deseo es eternizarlos. Cada cuadro es un instante”. Lo mismo con los bodegones, que le encantan y por eso “ahí están los membrillos de la abuela y las composiciones… La satisfacción está en plasmarlos y ahora en compartirlos… y en que os gusten”, señaló con entusiasmo.

La exposición podrá visitarse hasta el 30 de octubre, en horario de 10 a 14 y de 16 a 20 horas los días laborables. Domingos y festivos de 10 a 14 horas.