Coincidiendo con el 151º aniversario de la ciudad y la festividad de San Ignacio

Los vascos de la localidad argentina de Saladillo inauguraron su nueva sede

Coincidiendo con el 151º aniversario de la ciudad y la festividad de San Ignacio, la colectividad vasca de Saladillo, en Argentina, inauguró su sede, despuéss de siete años de trabajo y esfuerzo y el apoyo del Gobierno Vasco y el municipio local.

Los vascos de la localidad argentina de Saladillo inauguraron su nueva sede
1 - fachada
Sara Pagola, en la fachada principal de la nueva sede.

Coincidiendo con el 151º aniversario de la ciudad y la festividad de San Ignacio, la colectividad vasca de Saladillo, en Argentina, inauguró su sede, despuéss de siete años de trabajo y esfuerzo y el apoyo del Gobierno Vasco y el municipio local.

El acto de inauguración estuvo encabezado por la delegada de Euskadi en Argentina–Mercosur, Sara Pagola Aizpiri; el Intendente municipal, Carlos Gorosito; el presidente de la Federación de Entidades Vasco Argentinas (FEVA) Hugo Andiazabal; la presidenta de la euskal etxea, Nora Idoeta, y el obispo de la Diócesis de Azul Monseñor, Hugo Salaverry. La bendición del solar fue invocada por el presbítero de la localidad de Las Flores, Guillermo di Pacuale Zabala.

Los himnos argentino y vasco dieron comienzo a la ceremonia. Tras el corte de cinta y el descubrimiento de placas alusivas, el dantzari Daniel Altamira homenajeó a las autoridades presentes. Posteriormente a los discursos de las autoridades, al cierre de la jornada, el centro vasco ofreció ‘pintxos’ y un vino de honor a los invitados, que intercambiaban anécdotas propias y ajenas sobre la construcción de la euskal etxea y sus experiencias en el País Vasco.

Además de las autoridades mencionadas, participaron del acto los diputados provinciales Alejandro Armendáriz y Ricardo Lissalde; la presidenta del Honorable Concejo Deliberante, Alejandra Lorden; la presidenta del Consejo Escolar, Laura Lacunza; y los presbíteros José María Ramos y Guillermo Di Pascuale Zabala; así como concejales locales y consejeros escolares y representantes de los centros vascos de Cañuelas, Chascomús, Chivilcoy, Chacabuco, Junín y Laprida.

Una jornada de emociones

A solo 180 km. de la capital argentina, tras 16 años de existencia, los miembros del Centro Vasco Itxaropen compartieron con todos sus miembros e invitados la alegría de ver concretado el sueño de tener un espacio donde reunirse, practicar euskera, montar la biblioteca y convocar a toda la ciudad a conocer un poco más al pueblo vasco y su tierra. 

“Hemen sartzen dena bere etxean dago”. Con estas palabras, Nora Idoeta dio la bienvenida a todos los invitados y, en nombre de la colectividad vasca de Saladillo, agradeció al Municipio la donación del terreno donde se levanta la euskal etxea y los aportes del gobierno local y el Gobierno Vasco, sin los cuales no se hubiese concretado el sueño de tener un caserío propio.

El obispo Salaverry amenizó con anécdotas de su propia experiencia en Euskadi con la comunidad de los jesuitas y alabó el trabajo de la colectividad para concretar el proyecto. “Gracias por la tenacidad, gracias por la laboriosidad, gracias por la honestidad”, dijo.

La emoción y las lágrimas tropezaron con las palabras, cuando Alfredo ‘Pilo’ Elisagaray, socio fundador de la euskal etxea, narró cómo fue la elección del nombre de la euskal etxea. “Itxaropen quiere decir esperanza. La esperanza del País Vasco de volver a ver a los que una vez se fueron y no volvieron. Esperanza de aquellos que se fueron de volver a pisar la tierra vasca”, detalló emocionado.

“Porque para que un sueño se realice, tiene que haber un sueño, quisimos acompañar desde el principio el sueño de los vascos de tener una casa propia”, explicó el Intendente Carlos Gorosito a los asistentes, al tiempo que traía la memoria de sus ancestros procedentes de Tolosa.

La delegada Sara Pagola recordó la importancia que tiene la casa entre los vascos, “la base social de las raíces del pueblo vasco”, y destacó que el aporte de las instituciones de Saladillo y de Euskadi y de las personas que forman esta colectividad permitirá que esa casa refleje la cultura, la gastronomía y las costumbres del pueblo vasco. Y finalizó siguiendo el lema de bienvenida: “Zuen izenean, en vuestro nombre, ongi etorri zuen etxera”.