La novela es la tercera del médico y escritor santiagués afincado en Lugo

‘Todos tenemos un muerto’, de Francisco Javier Neira, se presentó en la Casa de Galicia en Madrid

La Casa de Galicia en Madrid acogió este jueves la presentación de ‘Todos tenemos un muerto’, la tercera novela de Francisco Javier Neira Pampín, médico santiagués afincado en Lugo, editada por Galicia Digital, escrita con una prosa ágil, con todos los ingredientes del género policíaco y en la que no falta su toque de humor personal. El inspector Baena, con problemas de alcohol y drogas tras el abandono de su mujer y su hija, debe averiguar qué y quién está detrás del asesinato de Julián, su compañero de trabajo.

‘Todos tenemos un muerto’, de Francisco Javier Neira, se presentó en la Casa de Galicia en Madrid
3. En la mesa, el escritor F. J. Neira, el delegado de la Xunta en Madrid José Ramón Ónega, el periodista Paco Rivera y el también periodista y editor Xulio Xiz
Javier Neira, José Ramón Ónega, Paco Rivera y Xulio Xiz, durante la presentación del libro.

La Casa de Galicia en Madrid acogió este jueves la presentación de ‘Todos tenemos un muerto’, la tercera novela de Francisco Javier Neira Pampín, médico santiagués afincado en Lugo, editada por Galicia Digital, escrita con una prosa ágil, con todos los ingredientes del género policíaco y en la que no falta su toque de humor personal. El inspector Baena, con problemas de alcohol y drogas tras el abandono de su mujer y su hija, debe averiguar qué y quién está detrás del asesinato de Julián, su compañero de trabajo.

En el acto intervinieron, el delegado de la Xunta en Madrid y director de la Casa, José Ramón Ónega; el periodista y editor Xulio Xiz; el periodista Francisco Rivera Cela, así como el propio autor, Javier Neira Pampín.

Para Ónega, ‘Todos tenemos un muerto’ “es una novela que subyuga al lector, mantiene la tensión y lo atrapa hasta el final”, y, citando a Alcott, señaló que “un buen libro es aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho, como es este caso”, dijo.

Para Xulio Xiz, esta novela “tiene todos los ingredientes que un caldo –literario– necesita para oler bien, saber bien, sentar ben: amores excesivos o proporcionados, desamores incomprensibles o cabales… sexo maduro o incipiente, reposado o urgente, en una u otra dirección… droga, y dinero, y poder. E inocentes que reciben recompensa por la inocencia devota, y protección para los que no la tienen; y asesinos en potencia que resultan no ser capaces de hacer el menor daño en el momento más apurado”. Y también quiso destacar lo que sintió y pensó tras su lectura: “Me dejó una sensación de equilibrio, de evolución armoniosa, de compleja trama que se va desarrollando hasta un punto final en el que los que delinquen no pueden triunfar, y los que luchan por la vida tienen todas las de ganar, porque las fuerzas que los rodean –las de la Ley, las de la venganza, las del amor…– se concitan todas en su favor”. Especial mención hizo Xiz del humor que “asoma tímida o ruidosamente en todas sus páginas, permitiéndonos comprobar que el humor –como el amor– no le sienta mal a nadie, aún en las peores situaciones posibles”.

Paco Rivera planteó su intervención como una entrevista al autor, formato en el que es un indiscutible maestro. Con las preguntas cortas y concisas de Rivera y las respuestas amenas y sinceras de F.J. Neira, ambos aportaron los datos fundamentales sobre la novela, el proceso creativo, la inspiración o el arte de escribir, que sigue compaginando con el pasar consulta cada tarde a los muchos pacientes que ven en él a un médico entregado y cercano. “Para mí, escribir es una forma de encontrar paz y tranquilidad”, dijo el autor, “escribo por cadencia, porque me gusta y me relaja, como una expresión del alma, y por supuesto sin ánimo de vender pues siempre lo hice para mí, y lo de editarlo vino después, porque me dejé llevar”. Paco Rivera, que es “muy leído en novela negra”, ya sea nórdica, francesa, americana o española, opina que “es un libro muy entretenido” y por sus características lo ve “ideal para una serie de televisión”, algo que el autor considera exagerado y producto de la amistad.

Neira, cada mañana en su rutina diaria incluye largos paseos al lado del Miño, en cuya ribera está su casa. Además de escribir, pinta y también compone, “no porque lo haga bien sino porque para mí es muy gratificante”. De hecho, antes de empezar la presentación, y dado que es muy detallista, para amenizar la espera y luego el tiempo para firmar, sugirió que se reprodujeran de fondo algunas de sus piezas, “que suenan bien porque tengo un amigo que me orienta y me hace indicaciones para los arreglos”, opina, quitándole importancia a lo suyo. Aunque a él no le gusta la expresión, quienes le conocen coinciden en que es un hombre del renacimiento, capaz de exteriorizar sus emociones a través de diferentes formas de expresión. De momento, y cuando ya ha está a punto de terminar su cuarta novela, su humildad le lleva todavía a dudar de su capacidad creativa. Considera que ‘Todos tenemos un muerto’ es “una novela intrascendente, para pasar un rato divertido, pero que no se adentra en los aspectos psicológicos de los personajes”, algo que sí incorpora en la que está trabajando.

“En esta misma sala presentamos sus dos novelas anteriores ‘El quijote de madera’ y ‘El sabor amargo de la fruta madura”, dijo Ónega para terminar. “Esperamos impacientes la cuarta y nos sentiríamos muy honrados en que también la presentara aquí”.