‘Sueños’, una colorista muestra de pintura de José Moleiro en la Casa de Galicia en Madrid

‘Sueños’ es el título de la colorista exposición de pintura que el artista ourensano José Moleiro, natural de Boedes, del Ayuntamiento de Carballiño, inauguró este miércoles 4 en la Casa de Galicia en Madrid, donde podrá verse hasta el próximo 27 de junio.

Moleiro estuvo acompañado en la inauguración por el coordinador de Actividades Culturales de la Casa, Ramón Jiménez, quien le presentó resaltando su creatividad. “Esta pintura que ven ustedes es la culminación de un sueño largamente acariciado por él desde los viejos tiempos en que empezó siendo un buen alumno del dibujo realista, que era por otra parte por donde debía empezar. No había, sin embargo, entonces todavía principiado a crear de verdad, es decir aún no se había desarrollado en su plenitud la semilla de su vocación, que ahora sí, convertida ya en árbol, mueve libremente al viento sus frondosas ramas”, expuso Jiménez sobre la obra de Moleiro. También hizo referencia a la pureza de sus colores, vivos, intensos, sin mezclas.

El pintor dejó claro que su creación actual –antes también desarrolló otros estilos– es fruto de su imaginación y de su sentimiento, que no hay copia en ella y que pinta sin ceñirse a reglas de ningún tipo. Explicó que crea los trazos cuando le vienen a la imaginación y después se dedica al proceso de coloreado. “Es un pintura única y muy enigmática, porque cada uno puede ver lo que quiera en ella”, valoró. Moleiro, autodidacta, persona que está “en paz consigo mismo” y siempre dispuesta a ayudar en causas humanitarias para mejorar el mundo, ofreció que sus obras “siempre están dispuestas para colaborar con esas causas”.

Sus ‘Sueños’, que es como titula a los cuadros expuestos, a veces son fruto de algún acontecimiento que le impacta. Como el ‘Sueño 1’, pintado tras la tragedia del ‘Prestige’, o el ‘Sueño 10’, inspirado en la visita a una pequeña aldea alejada en el tiempo que el pintor transporta sobre troncos de árboles como rodamientos. 

“Ir y venir de líneas trazadas con colores primarios, acogidas bajo el arco iris de los cuatro elementos panteístas que juegan en un toque infantil, puro, en toda su obra, como esas huellas digitales, curvas de nivel, topografía, arrugas del rostro, de la tierra, del canto que golpea y rebota en el agua creando cercos que se amplían mientras un pequeño zapatero nada para ninguna parte y una libélula lo imita en el aire entre los juncos, los reflejos y el muaré de las aguas”, escribe en el catálogo de la exposición sobre la obra de Moleiro el arqueólogo y museólogo Felipe-Senén López.