Beneficiario de BEME, estudia Investigación Química y Química Industrial en Santiago

Sebastián Cebado: “Siempre quise venir a España y al conocer la oportunidad, me interesé inmediatamente”

Conocer España era una ilusión en la mente de Sebastián Cebado, nieto de gallego, de Ourense, y uno de tantos emigrantes a México. Hoy en día, Sebastián hace el trayecto a la inversa que su abuelo y estudia en Santiago un máster en Investigación Química y Química Industrial gracias a las becas que concede la Xunta. “Es como un reto para mí. Ha sido difícil dejar a la familia, pero la experiencia es muy gratificante”, confiesa el joven.

Sebastián Cebado: “Siempre quise venir a España y al conocer la oportunidad, me interesé inmediatamente”
Sebastián Cebado II
Sebastián Cebado Alonso.

Dejar familia y amigos supone un sacrificio que bien merece la pena asumir si detrás se esconde un anhelo, una ilusión. Dejarlo todo, incluso el país de nacimiento, lleva aparejado desasosiego, tristeza y por qué no, también algo de vértigo, por mucho que el impulso que lo mueve albergue posibilidades de éxito. Sin padres ni hermanos, sin los amigos de siempre y sin el ambiente que los vio nacer, pero con la mirada puesta en el futuro, en un futuro mejor, cada año, desde hace tres, vienen a Galicia jóvenes del exterior que han experimentado en carne propia el desarraigo, pero también la ilusión que lleva implícito acogerse a la iniciativa de la Xunta para cursar estudios de máster, postgrado o FP en alguna de las tres universidades de Galicia. 

Un total de 164 jóvenes llegados, en su mayoría, de América Latina, se benefician este año de las becas BEME dispuestas con el objetivo de proporcionar a las nuevas generaciones de gallegos en el exterior la posibilidad de establecer contacto con sus raíces, al tiempo que contribuyen al desarrollo de la comunidad autónoma, tanto desde el punto de vista demográfico como del emprendimiento empresarial.

Entre ellos se encuentra Sebastián Cebado Alonso, un joven natural de México, quien estudia un máster de Investigación Química y Química Industrial en la Universidad de Santiago de Compostela y que califica la experiencia de “muy gratificante”. 

Esta es la primera vez que el joven Sebastián visita Galicia, la tierra de su abuelo, quien abandonó su Ourense natal para trabajar en México en una fábrica de galletas. Producto de su esfuerzo y de su resiliencia para soportar el desgarro que le produjo el tener que abandonar su tierra, hoy en día su nieto puede apuntar alto y se prepara para ampliar los estudios de Nanotecnología que realizó en Ciudad de México, de donde es originario.

“Es como un reto para mí”, confiesa a ‘Galicia en el Mundo’, durante el acto de entrega de los diplomas acreditativos que les fueron concedidos a los beneficiarios de este curso, lo que tuvo lugar el pasado 11 de febrero en Santiago, en el Museo Gaiás, y al que asistieron, entre otros, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la conselleira de Educación, Carmen Pomar; el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda; y el rector de la Universidad de Santiago, Antonio López Díaz, así como por dos vicerrectoras en representación de las universidades de Vigo y A Coruña.

Además de resaltar las bondades que los estudios y la experiencia está dejando en cada uno de ellos, los jóvenes beneficiarios también reconocen las dificultades que les ha acarreado asumir la propuesta y separarse de lo que más querían.

En su caso, “ha sido difícil dejar a la familia, a los amigos y la vida allá, confiesa Sebastián, pero “estoy satisfecho”, añade, al tiempo que reconoce que siempre tuvo la idea de venir a España, aunque no en concreto a Galicia.

Pero “al ver la oportunidad, me interesé inmediatamente”, asegura este joven, quien se enteró de las becas que concede la Xunta para los jóvenes del exterior a través de su hermano. Él fue quien se lo comunicó y le envió la información por Instagram.

Después de unos meses residiendo en Galicia, Sebastián Couso se plantea la posibilidad de quedarse a vivir. Porque “hay posibilidades”, asegura, aunque, “no estoy seguro que lo que quiero hacer, porque mi campo es algo nuevo. Pero tal vez de química más general, sí”, apostilla.

Al igual que otros jóvenes que pasan por la misma experiencia, “animaría a otra gente” a que se sumase a la iniciativa, sobre todo, a sus primos, a los que más conoce, porque se trata de “una experiencia muy bonita” que permite al beneficiario “conectar con tus orígenes”.