Santalices pide enterrar recelos y apostar por la cooperación entre Galicia y Portugal “como territorios hermanos que son”
En el programa de actos que conmemora el 40º aniversario del autogobierno de las Azores, fue inaugurada la exposición ‘54 páxinas das nosas letras’, con la presencia del presidente del Parlamento Gallego, Miguel Ángel Santalices. “Galicia y Portugal enterraron para siempre los recelos mutuos y apuestan, en un camino sin retorno, por la cooperación como territorios hermanos que son”, dijo Santalices en su alocución, durante la que recordó que, en marzo de 2014, el Parlamento de Galicia aprobó una ley, de iniciativa popular, para el aprovechamiento de la lengua portuguesa y los vínculos con la lusofonía.
Se trata de una ley que sirve para “sacar provecho de un hecho real: las lenguas gallega y portuguesa con intercomprensibles, y eso nos otorga ventajas competitivas que podemos y debemos poner en valor en un momento en el que el portugués y el español disputan protagonismo al inglés en amplias zonas geográficas”, apostilló el presidente del Parlamento gallego.
Por esta razón, aclaró, “los gallegos somos y nos sentimos privilegiados” porque las dos lenguas oficiales permiten la comunicación con el mundo de la lusofonía, con sus 250 millones de lusohablantes, y con los alrededor de 500 millones de personas que hablan castellano”.
El presidente del Parlamento gallego apuntó también que, pese a los paralelismos históricos de gallegos y azorianos –territorios atlánticos, elevada actividad agrícola y pesquera, emigración y lengua– y que el archipiélago era parada obligada para algunas rutas marítimas entre Galicia y América, “nuestros dos pueblos vivieron casi de espaldas”, una dinámica con la que se pretende romper, aclaró.
Vocación europeísta
Santalices concluyó su intervención reivindicando la “vocación europeísta de nuestros pueblos”. A su juicio, “Portugal y España, Azores y Galicia, estamos en deuda con Europa por todo lo que nos ha ayudado”.
“Nuestros pueblos –agregó– han dado un salto de gigante después de la adhesión europea y no me duelen prendas en reconocer ese logro que me gustaría preservar y potenciar para poder legarlo a las generaciones que nos sucedan. Como toda obra humana, el proyecto europeo necesita de una puesta al día que nadie discute. Pero hagámoslo entre todos, para mejorar, jamás para retroceder a aquella Europa fragmentada por las fronteras físicas y mentales que todos recordamos”.
