Es una de las retornadas que percibió la ayuda para emprendedores de la Xunta

Samanta Cortés, un ejemplo de emprendedora desde el rural en la era tecnológica

El municipio de Sober (Lugo), rico en pastos y en viñedos, incorpora a sus tradicionales modos de producción nuevas opciones de negocio gracias al desarrollo tecnológico. Residir y al mismo tiempo emprender en el rural se ha convertido en una opción válida para situarse en el mercado laboral después de un tiempo viajando y formándose en Galicia y en el extranjero, como lo demuestra Samanta Cortés, natural de este municipio de la Ribeira Sacra, desde donde dirige su proyecto empresarial.
Samanta Cortés, un ejemplo de emprendedora desde el rural en la era tecnológica
Samanta Cortes 19
Samanta Cortés tiene un proyecto empresarial que desarrolla en solitario.

El municipio de Sober (Lugo), rico en pastos y en viñedos, incorpora a sus tradicionales modos de producción nuevas opciones de negocio gracias al desarrollo tecnológico. Residir y al mismo tiempo emprender en el rural se ha convertido en una opción válida para situarse en el mercado laboral después de un tiempo viajando y formándose en Galicia y en el extranjero, como lo demuestra Samanta Cortés, natural de este municipio de la Ribeira Sacra, desde donde dirige su proyecto empresarial, orientado a preparar a otros profesionales para ejecutar su opción de manera digital.

Originaria del rural gallego, se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago de Compostela. Pero Samanta Cortés (Sober, 1987) nació con hambre de mundo suficiente como para recorrer buena parte de Europa y de otros continentes, asomándose a diferentes modos de vida y formándose para el futuro.

Así que, finalizados los estudios, se fue con una beca a Portugal y a Barcelona y cursó un postgrado y un máster en la ciudad condal. Trabajó como cooperante en África y Latimoamérica y aprendió idiomas (portugués e inglés), al tiempo que se formaba con cursos ‘on line’ y en escuelas de negocios en materias como el marketing digital, que le permitieran “crecer”; crecer para emprender y para adaptarse a la realidad laboral actual, que pasa por el manejo de las nuevas tecnologías y la digitalización empresarial.

“Aprendí tanto viajando como en la carrera”, asegura esta joven, que tuvo ocasión de acceder a un empleo durante su estancia en Irlanda (otros de los países en los que se asentó) con unas condiciones envidiables, trabajando para la empresa de transportes DHL. “Trabajé muy bien pagada y muy bien vista”, pero eso “no me hacía feliz, se me quedaba corto”, dice.

Así que se planteó volver a su Galicia natal –porque era ahí a donde “quería regresar”, confiesa–, y hoy en día dirige desde Sober un negocio que le permite ajustar el horario a sus necesidades económicas y a sus exigencias como madre. 

Con una niña de 11 meses, Samanta es quien decide cuántas horas al día quiere dedicar a su trabajo y cuánto quiere ganar cada mes. Así de sencillo es su proyecto empresarial, que desarrolla en solitario y que consiste en ayudar a otras madres a desarrollar su iniciativa emprendedora mediante la digitalización. Sus clientas son sobre todo psicólogas y pedagogas que necesitan compaginar su vida personal y laboral al ritmo y con los métodos que exigen los tiempos.

Después de un año con esta iniciativa, trabaja una media de tres horas al día y con un horario flexible, porque “yo gestiono cuánto quiero ganar y cuánto quiero trabajar”, comenta.

Su decisión de retornar no fue fácil, dice, porque ni su pareja (de Argentina) ni su familia le animaban a dejar su trabajo en Irlanda. Pero, así y todo, decidió luchar igualmente por su ideal y apostar por lo que quería hacer. 

“Sabía que las condiciones laborales no eran como las acostumbradas” y “sabía que tenía que venir con algo montado”, dice, así que se decidió por un trabajo ‘on line’ que pudiera desarrollar desde su lugar de origen que, reconoce, “no es el mejor” para depender de este tipo de conexiones, pero “suficiente” para hacer videollamadas con sus clientes, que es lo que le demanda su proyecto, en el que se mantiene en constante aprendizaje.

Mentalidad emprendedora

Samanta se incluye en ese grupo de jóvenes emprendedores llegados del exterior que han recibido una cantidad de la Xunta, concretamente, de la Secretaría Xeral de Emigración, para sacar su negocio adelante. En su caso, recibió 2.000 euros que le suponen “una pequeña ayuda” para afrontar los gastos iniciales que implican establecerse por cuenta propia. Se trata de una cantidad que le “cubre las cuotas fijas de autónoma y de gestión para un par de años”, asegura, así que, al igual que otros retornados a los que va dirigida esta subvención, decidió echar mano de ella.

Lo que le sosprende a esta joven gallega es la falta de iniciativa emprendedora que se observa en España, comparándola con Irlanda o Francia. “En España, la gente tiene miedo al emprendimiento, tal vez por una cuestión cultural”, repara, mientras que en cualquier otro país de Europa “es más fácil emprender”, porque “las condiciones son más sencillas y no hay que generar tanto dinero” para afrontar las cuotas exigidas.

Su idea, de momento, es quedarse a vivir un tiempo en Sober –un municipio de unos 2.000 habitantes, de los cuales, un 80% son mayores–, aunque no descarta desplazarse a algún lugar de la costa gallega más poblada donde su niña pueda desarrollarse en un entorno más acorde a su edad. Pero nunca en una gran urbe, eso ni lo contempla.

Concejala por Agroma para visibilizar el trabajo de las mujeres

El retorno de Samanta Cortés para establecerse personal y profesionalmente en Galicia la llevó a emprender una nueva tarea, orientada en esta ocasión a desarrollar sus estudios iniciales en Santiago de Compostela. Una vez en el municipio, se afilió a Agroma, un partido de corte nacionalista en la línea de ‘As Mareas’, integrado sobre todo por mujeres, que hoy cuenta con dos concejalas en el Ayuntamiento de Sober, de las cuales, una es ella. Se trata de una iniciativa pionera en Galicia que pudo crearse al contar el ‘concello’ con menos de 3.000 habitantes, por lo que se no se exige paridad en las listas. 

Samanta se plantea su trabajo como concejala “como un gran reto” y una labor “enriquecedora”, ya que, tras haber estudiado Ciencias Políticas, podrá poner en práctica así sus conocimientos universitarios nada más y nada menos que en su Sober natal.

Su llegada al municipio ha sido bien acogida, ya que en él se valora positivamente el hecho de que haya regresado para vivir en el rural, en un lugar tranquilo. También es bien acogida su iniciativa empresarial en su partido, que ve en este tipo de acciones un modo de potenciar el rural gallego y de visibilizar el trabajo de las mujeres en las zonas de interior de Galicia, que acusa de modo más preocupante el problema de la despoblación.