Los representantes de los centros valoran positivamente el XI Pleno do Consello de Comunidades Galegas

Numerosos representantes de las sociedades gallegas en el exterior llegaron a La Habana para participar en el XI Pleno del Consello de Comunidades Gallegas, en el emblemático Centro Gallego.

Los representantes de los centros valoran positivamente el XI Pleno do Consello de Comunidades Galegas
Antonio Barbosa
Antonio Barbosa.

Numerosos representantes de las sociedades gallegas en el exterior llegaron a La Habana para participar en el XI Pleno del Consello de Comunidades Gallegas, en el emblemático Centro Gallego.

Ramón Marcote Canosa, presidente de Finisterre en América, comenta que el Consello ha estado muy bien, aunque “un poco agitado por el movimiento, por los horarios y tiempo de vuelo; los que arribamos de Buenos Aires dormimos pocas horas, pero lo estamos pasando bien”.

En relación a la Lei da Galeguidade ratifica que está prácticamente aceptada, no obstante todavía están cubriendo algunos detalles, en aspiraciones de franca mejoría.

Al respecto de la labor que ha desplegado ‘Finisterre en América’ acota que es importante resaltar que este 19 de septiembre cumplen 90 años. “Nuestros centros se han caracterizado a través del tiempo por tener mucha potencia en la esfera cultural: danza, baile, yoga, gimnasia, se realiza un poquito de todo. Contamos en el presente con un campo de cinco hectáreas en Varela que lo estamos restaurando totalmente y  será una contribución más a los Centros”.

“La idea que dominamos es de darle mayor cabida a los jóvenes; mi hijo es un ejemplo fehaciente, con 35 años es el secretario y lleva toda la temática de difusión”, explica Ramón Marcote.

Igualmente, Antonio Barbosa Fernández, de la Casa de Galicia en Valladolid, asevera que ha sido un Consello estupendo, bien fructífero. En referencia a la Lei da Galeguidade alega que le ha parecido muy bien.

Ratifica orgullosamente que su centro hace muchas actividades culturales, benéficas y de más. “Cada centro es un mundo, es necesario intentar atraer a la juventud, insertarlos en la Junta poco a poco y ayudarles a que vayan cogiendo el ritmo”, afirma.

Por su parte, José Antonio Mariño Iglesias, del Centro Galego de Tarragona, reafirma que el Consejo está muy bien confeccionado y programado, y hasta el momento lo ha pasado extraordinariamente. Al inquirirle sobre la Lei da Galeguidade responde que tiene una opinión positiva, “creo que es increíble”.

Mantener las raíces hasta los “hijos de los hijos”

Mabel Rogelia Cardoso Sanmartín, de Ribadumia Casa Gallega de Cultura en Buenos Aires Asociación Civil, considera que el XI Pleno del Consello de Comunidades Galegas le pareció “bárbaro”, solamente un problema, el viaje que provocó a la delegación una penosa tardanza, pero por lo demás todo le ha resultado genial, “la atención increíble y la gente divina”. Confiesa que espera que el evento sea verdaderamente productivo.

“El presidente tuvo palabras maravillosas, Miranda tuvo un gran discurso. Y bueno, todos tenemos que poner un poco de buena voluntad y esfuerzo para que todo esté bien y sigamos manteniendo nuestras raíces, hasta los hijos de los hijos”, dice Mabel Rogelia Cardoso.

Concerniente a la Lei da Galeguidade, manifiesta que aún la están distinguiendo, empero estima que todo lo que se proyecta es para respaldar un desarrollo.

Sobre el relevo generacional en las juntas directivas de los Centros, afirma que es otra época y los jóvenes anteponen otras actividades y, a veces, son un poco reticentes con los Centros. “Pero bueno, seguimos estando los grandes para mantenerlos y hacer lo mejor que podemos”.

Ribadumia Casa Gallega de Cultura es un centro que tiene casi 95 años y conservar las tradiciones gallegas ha sido siempre su máxima prioridad, para ello realizan eventualmente numerosas actividades que mantienen activa la historia y cultura de Galicia.