Según recuerda la presidenta de la instituación, Regina Jallas

El Recreio dos Anciâos de Río de Janeiro mantiene a los residentes aislados y está “libre de virus”

A principios de marzo y ante las noticias que llegaban desde otros países, sobre todo desde España, la Residencia Santiago Apóstol de Río de Janeiro, también conocida como Associaçao Recreio dos Anciâos, Recreio, se bloqueó para que sólo pudiesen entrar y salir los empleados de la institución y la Junta Directiva, explica la presidenta del Recreio, Regina Jalla, quien, desde A Coruña, está en permanente contacto con la institución que, por el momento “está libre de virus”. 

El Recreio dos Anciâos de Río de Janeiro mantiene a los residentes aislados y está “libre de virus”
Regina Jallas copia
Regina Jallas, presidenta del Recreio dos Anciâos de Río de Janeiro.

A principios de marzo y ante las noticias que llegaban desde otros países, sobre todo desde España, la Residencia Santiago Apóstol de Río de Janeiro, también conocida como Associaçao Recreio dos Anciâos, Recreio, se bloqueó para que sólo pudiesen entrar y salir los empleados de la institución y la Junta Directiva, explica la presidenta del Recreio, Regina Jalla, quien, desde A Coruña, está en permanente contacto con la institución que, por el momento “está libre de virus”. “Hasta hoy estamos bien”, asegura Jallas, quien se vino a Galicia ante el 19 de marzo ante la inminente suspensión de los vuelos porque toda su familia está aquí. “Si enfermaba yo o alguien de mi familia no podíamos venir ni uno ni otro”, asegura.

La presidenta del Recreio explica que veía en los medios de comunicación españoles que el virus estaba empezando a afectar a las residencias de mayores y “me hizo ver que si esto estaba pasando en España, que es un país del primer mundo con todas las seguridades sanitarias que hay, en Brasil podía ser mucho peor”.

Jallas explica que, antes de venir a España, mantuvo una reunión con la médica, la enfermera jefa, la administradora y la directiva para tomar la decisión de aislar lo más posible la institución.

“Decidimos que las personas que viven allí se podían ir con sus familias si querían, pero luego no podían volver para que el virus no entrara en el Recreio. Solo una persona se fue y ahora quiere volver y no le dejamos”, explica Jallas, quien asegura que las familias que lo deseen pueden ver a los internos desde fuera pero no pueden acercarse a ellos.

En general, explica, tanto las familias como los residentes lo aceptaron bien “porque entendieron perfectamente que no era un castigo, sino que lo hacemos por su bien”, explica la presidenta de la entidad que también recuerda que se suspendió la entrada de nuevos residentes.

Además, dentro del Recreio se suprimieron todas las actividades como los talleres de memoria, baile y canto, sólo se permite hacer ejercicio al aire libre y de manera individual.

En lo que se refiere a las comidas también hubo cambios, se hicieron dos turnos para que sólo se siente una persona por mesa y se suspendió el autoservicio. Ahora el personal del Recreio sirve la comida a los residentes.

Jallas explica que cuando los residentes tienen que ir al banco “van con una persona del Recreio para acompañarlos y recordarles que no pueden estar con nadie. Además, siempre van con el gel limpiador”.

Las personas que tienen que ir al hospital, explica Jallas, a su regreso tienen que permanecer aislados 15 días en una habitación como medida de precaución.

El personal y los proveedores de la institución también tienen unas estrictas medidas. A los primeros, explica Jallas “se les obliga a pasar todos los días un control de temperatura y un cuestionario de síntomas familiares, una vez que es negativo, pueden pasar a una sala donde se cambian de ropa y, solo entonces, pueden acceder al centro”.

Los proveedores entran por una puerta diferente y después de asearse tienen que dejar lo que traigan sin encontrarse con nadie.

“Todos son medidas para evitar que entre el virus en la institución porque somos una población vulnerable”, recuerda Regina Jallas.