DESAYUNOS Y MERIENDAS A BASE DE FRUTAS, LáCTEOS, CEREALES, ACEITE Y JAMóN

Recomendaciones nutricionales que contribuyen a mejorar la alimentación

‘Xente con vida’ es un proyecto ‘on line’ que pretende sensibilizar a la ciudadanía gallega sobre los beneficios de los hábitos de vida saludables centrándose en la difusión de información fiable y contrastada sobre alimentación.

Recomendaciones nutricionales que contribuyen a mejorar la alimentación
11.Ninos comiendo comedor colegio
Unos niños, durante el almuerzo en un comedor escolar.

‘Xente con vida’ es un proyecto ‘on line’ que pretende sensibilizar a la ciudadanía gallega sobre los beneficios de los hábitos de vida saludables centrándose en la difusión de información fiable y contrastada sobre alimentación.
Para esto cuenta con una plataforma web, un blog y perfiles en las redes sociales ‘Facebook’ y ‘Twitter’, que cuentan con una importante acogida, según resalta Sanidade, que destaca que en los dos primeros meses desde que se puso en funcionamiento, el 30 de marzo de 2012, registró una cifra próxima a las 100.000 páginas vistas, y la media se estabilizó alrededor de las 500 diarias.
A través de estas páginas se obtienen recomendaciones de vida saludable para niños, jóvenes y adultos.
En el caso de los niños, se les recomienda evitar el consumo frecuente de azúcares y potenciar el de frutas y verduras y lácteos.
Según las recomendaciones actuales, para la edad infantil y juvenil es deseable repartir la aportación energética en cinco tomas a lo largo del día: desayuno, merienda a media mañana, comida, merienda a media tarde y cena.
En el programa dedicado a los niños y jóvenes, se hace especial hincapié en el desayuno, que debe ser una de las tres principales comidas del día, ya que los niños llevan unas diez horas sin tomar alimentos. Una ingestión insuficiente en este momento desestabiliza las sucesivas comidas a lo largo del día.
Un desayuno completo debe contener fruta, lácteos y cereales, además de dedicarle tiempo y realizarlo en buena compañía.
En cuanto a la fruta, se recomienda una pieza variada de diferentes colores y, en lo posible variando su presentación. La pieza de fruta entera contiene fibra y compuestos bioactivos, mientras que el zumo de naranja contiene menos fibra y debe ser una opción más y no la única.
El desayuno aporta la mayoría del calcio necesario, por su contenido en alimentos lácteos ricos en este mineral. Al suprimir el desayuno, será muy difícil conseguir que el niño ingiera todo el calcio que necesita. Este mineral es imprescindible en los niños pues el ingerido hasta los 20 años será determinante en la salud ósea en la vida adulta. Por lo general, se recomienda el consumo de leche entera en la edad infantil o adolescente. En casos especiales, el pediatra prescribirá otros tipos de lácteos.
Los cereales son ricos en hidratos de carbono complejos o de absorción ‘lenta’, que proporcionan la energía necesaria a lo largo de toda la jornada escolar. Por eso, se aconseja el pan integral, abundante además en fibra y vitaminas, los cereales del desayuno, eligiendo aquellos con menos sal, grasas y azúcares añadidos o la repostería casera. Debemos evitar la panadería y bolería industrial, sobre todo cuando desconocemos su contenido en grasas saturadas.
Además, se pueden incorporar otros alimentos como el aceite o el jamón según el gusto del niño.
Si no desayuna, al niño o adolescente le costará más atender al profesor y hacer las tareas; aprenderá menos y con más esfuerzo; se sentirá fatigado y estará menos activo; sentirá más apetito a media mañana y comerá más (golosinas, bollos que tienen más grasa y azúcar, refrescos...); su peso y la grasa corporal también aumentará y también puede que no tome el calcio suficiente para su huesos.
Para la merienda, tanto de media tarde como de media mañana, se recomiendan frutas variadas y algunas veces, deshidratadas, como orejones de albaricoque, ciruelas y uvas pasas.
Los frutos secos (nueces, almendras, cacahuetes, avellanas, pipas de girasol, etc.) son más calóricos sobre todo por la elevada cantidad de grasa. Sin embargo, es destacable la calidad de la misma, por lo que son recomendables en cantidades adecuadas algunas veces a la semana. Se debe elegir los naturales que no llevan sal ni coberturas añadidas.
En la merienda de la tarde no siempre la oferta tiene que ser un bocadillo con embutido o crema de cacao. Se deben intercalar otras opciones como pan con aceite de oliva y tomate crudo, fruta con yogur, zumos naturales con pan y frutos secos, pequeños bocadillos con lechuga, tomate, atún y huevo cocido en pequeña cantidad.
Es preferible el jamón (curado o cocido) y el fiambre de pavo y evitar otros como salami o salchichón que por su alto contenido en grasas pueden ser perjudiciales.
También se deben evitar pastelitos, dulces, bollos industriales y cremas de chocolate comerciales, por su alto contenido en grasas y azúcares, que pueden incrementar notablemente su valor energético.
La bebida de elección es siempre el agua. Hay que evitar el consumo de bebidas refrescantes azucaradas o gasificadas (cola, extractos), bebidas energéticas y batidos comerciales.
Las meriendas no deben interferir con las comidas principales y en particular con la cena, que debe servirse temprano para iniciar al sueño y levantarse con tiempo para hacer un buen desayuno.