ALONSO MONTERO Y FEIJóO PRESIDIERON EL ACTO

La RAG ensalza la “fuerza creadora de la palabra” de Díaz Castro

La Real Academia Galega (RAG) ha reconocido el pasado sábado la “depurada e intensa” obra del poeta Xosé María Díaz Castro (1914-1990), en el tradicional plenario que realiza cada 17 de mayo con motivo de las Letras Galegas, como “una fuerza creadora de la palabra” en la que “la luz es vida”. De este modo lo ha subrayado el académico Xosé Luís Franco Grande en una Casa Habanera de Guitiriz (Lugo) totalmente llena, en la que ha citado las propias palabras que Díaz Castro confensó: “Siempre intenté exigirme a mí mismo un esfuerzo hacia la perfección posible”.

La RAG ensalza la “fuerza creadora de la palabra” de Díaz Castro
O titular da Xunta presidirá a sesión plenaria extraordinaria e pública da Real Academia Galega con motivo do Día das Letras Galegas 2014, dedicado a Xosé María Díaz Castro. Na Casa Habanera (rúa do Concello, 42). 
foto xoán crespo
17/05/14
Numerosas personas acudieron al acto organizado por la Real Academina Galega.

La Real Academia Galega (RAG) ha reconocido el pasado sábado la “depurada e intensa” obra del poeta Xosé María Díaz Castro (1914-1990), en el tradicional plenario que realiza cada 17 de mayo con motivo de las Letras Galegas, como “una fuerza creadora de la palabra” en la que “la luz es vida”. De este modo lo ha subrayado el académico Xosé Luís Franco Grande en una Casa Habanera de Guitiriz (Lugo) totalmente llena, en la que ha citado las propias palabras que Díaz Castro confensó: “Siempre intenté exigirme a mí mismo un esfuerzo hacia la perfección posible”.

Y es que la luz ha sido una de las palabras más repetidas en esta soleada jornada para referirse al legado de un autor que sólo publicó una obra en vida, ‘Nimbos’ (1961). Así, Franco Grande ha identificado esta pulsión con “Cristo luz”, debido a que considera la cultura religiosa de Díaz Castro como “fundamental” para “entender” su escritura, en un símbolo que “está en casi todos sus poemas”.
En este acto, el presidente de la RAG, Xesús Alonso Montero, ha subrayado que este 17 de mayo se homenajea a “un latinista”, y ha afirmado que “Guitiriz es hoy la capital del mundo, del único mundo que interesa, que es el mundo de la palabra, es el mundo de dialéctica verbal, es el  mundo de la poesía, que es el mundo de la literatura”.
En esta línea, Alonso Montero ha puesto en valor que “el día grande de Galicia” está dedicado a sus letras, en lo que identifica como “San 17 de mayo”, en una singularidad que ha contrapuesto con otros pueblos que recuerdan en sus días señalados sus guerras con “la espada” como protagonista, mientras los gallegos conmemoran “la palabra”.
Por su parte, el académico Xosé Luis Regueira ha puesto en valor el dominio del idioma de Díaz Castro como hecho “diferencial” frente a otros autores coetáneos en un rica intervención acerca del vocabulario y léxico empleado por el autor, de quien no renunciaba a aspectos del habla popular.
En este pleno extraordinario de la RAG, que ha contado con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, entre otras autoridades, han estado los tres hijos de Díaz Castro –Íñigo, Maite y José María–, así como su nieto, Aitor, venidos del País Vasco, donde viven.
Como cierre, antes de sonar el himno gallego, la escritora Luz Pozo Garza ha leído el poema ‘Penélope’, de ‘Nimbos’, tras recordar “el amor a Galicia” de Díaz Castro y “su palabra hermosa” como “suficientes para ser inmortales”.
Xosé María Díaz Castro (1914-1990), nacido en la parroquia de Os Vilares, en la lucense localidad de Guitiriz, emplazada en la Terra Cha, fue un poeta de una sola obra publicada en vida, ‘Nimbos’ (1961), que recibe el homenaje de las Letras Galegas en el año en el que se cumple el centenario de su nacimiento.
En ‘Nimbos’, Díaz Castro plasmó su infancia, el mundo rural, y la “espiritualidad” de sus años de seminario que nunca abandonó, a pesar de haber renunciado a su carrera eclesiástica, con el “disgusto de su familia”, que era “tradicionalista” y siempre quiso tener un hijo cura, que era “lo que se llevaba de aquella”. Así lo señalaba en entrevista con Europa Press el escritor Luis González Tosar, amigo personal del homenajeado y que llevó a cabo la reedición de sus poemas cumbre.
Los clásicos latinos, que él tuvo que traducir, y su formación en los tiempos del seminario de Mondoñedo –al que se desplazó con 16 años– donde mantuvo una estrecha relación con Aquilino Iglesia Alvariño, fueron cruciales en la obra de Díaz Castro, junto con los simbolistas franceses y autores ingleses a los que se aproximó (Whitmann, Rilke) pero siempre manteniendo “su propio modelo” literario.
“A beleza fireume para sempre”, reza uno de los versos más conocidos de un poeta marcado por su religiosidad y su condición existencialista que exploró las “respuestas” a las grandes preguntas de la existencia humana, “la desolación”, la naturaleza, la “espiritualidad” y a la vez la “esperanza” en un futuro hacia la paz.
Un hombre cuya trayectoria vital transcurrió mayoritariamente fuera de Galicia –como traductor del Instituto de Cultura Hispánica y del Instituto de Investigaciones Científicas de Madrid– aunque fue el regreso a su tierra natal en los años ochenta cuando consiguió alcanzar la felicidad y reconciliarse consigo mismo y con su lengua madre.
Sobre este extremo, el presidente de Xermolos, Alfonso Blanco Torrado, ha hecho hincapié en que Díaz Castro “fue un joven que tuvo que emigrar”, “desterrado”, porque no encontraba trabajo como traductor en Galicia y que vivió “los días más felices de su vida cuando retornó al regazo de su tierra madre” en Guitiriz.
Este políglota que conocía más de una docena de lenguas, dejó escrito hace más de 40 años en su conocido poema ‘Penélope’ su visión del pueblo que hoy le homenajea: “Un paso adiante e outro atrás, Galiza,/e a tea dos teus soños non se move”.