Petelos, entre las parroquias que más sufrió la emigración

Petelos es una de las parroquias más importantes de Mos y una de las que más sufrió la emigración. Un ejemplo de esto fue que sólo del barrio de la porteliña partieron rumbo a América 78 personas.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando a Galicia comenzaron a llegar ropas, alimentos y dinero que los emigrantes enviaban a su familia y a su aldea.

De esta manera, y gracias a los aportes de los emigrantes, se construyó el palco de música, al lado de la iglesia del Rosario; en el camino que va desde el Ayuntamiento hasta la Capilla de San Mauro; también se compraron tres nichos y la puerta del cementerio.

Muchos de aquellos emigrantes ya no están, pero sus descendientes continúan su labor trabajando por la continuidad de la Asociación.

Tragedia de cans

Pero, Petelos también está marcado por la tragedia. En el mediodía del sábado 26 de febrero de 1955, radio Belgrano dio la noticia del trágico accidente que causó la muerte de los 31 trabajadores que se dirigían a Ponteareas.

 De la gravedad del hecho se hizo eco la prensa de todo el mundo, que dio la noticia una y otra vez.

El micro que trasladaba a los trabajadores había partido de la localidad de Redondela con destino a Ponteareas, lugar donde se realizaba la última feria del mes.

A las 9 de la mañana, el vehículo llegaba al kilómetro 643 de la carretera Madrid-Vigo, en la Parroquia de Cans (Porriño) y al tomar una curva rompe la ballesta delantera derecha, luego el freno hidráulico y por último la dirección, precipitándose hacia una bajada. Allí finalmente el coche vuelca, reventando el depósito de gasolina y produciendo una explosión que incendia del micro, abarrotado en el que viajaban  los trabajadores.

El coche, que pertenecía a la empresa de transportes De Pote, propiedad de Josefa Cabaleiro Darriba, lo conducía el hijo de ésta, Antonio González Cabaleiro.

La mayor parte de las víctimas se ganaban la vida en las ferias, eran humildes trabajadores que con su muerte dejaron al desamparo a sus familias.

La noticia que acongojó a toda la colectividad y en especial a los mosenses de Buenos Aires, produjo numerosos actos de confraternidad.

El cónsul argentino en Vigo, José María Revertido, hizo entrega de 50.000 pesetas para socorrer a las familias de las víctimas.

Las sociedades de Mos y Porriño organizaron colectas entre los vecinos y amigos, y en el lugar del accidente se levantó un monumento de granito como homenaje a las víctimas. El monumento fue sufragado por las sociedades argentinas de Entriza, Mos, Mouriscados, Porriño, Salceda y Tuy y su importe fue de 30.000 pesetas. En él figuran los nombres de las 31 personas fallecidas.