Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y candidato a la reelección en los comicios del 25-S

“No hay una sola Comunidad que invierta tantos esfuerzos y recursos en su ciudadanía en el exterior”

Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y candidato a la reelección por el Partido Popular de Galicia en los comicios que se celebran el próximo 25 de septiembre, concedió una entrevista a ‘Galicia en el Mundo’ en la que desgrana cuáles han sido los avances primordiales en la relación del Gobierno autonómico con los gallegos del exterior en los últimos años y en qué consisten los retos en materia de Emigración que afrontará en su tercer mandato si los electores le dan su confianza en las elecciones autonómicas del 25-S.

“No hay una sola Comunidad que invierta tantos esfuerzos y recursos en su ciudadanía en el exterior”
Nuñez Feijoo en campaña en Santiago.
Alberto Núñez Feijóo, con la catedral de Santiago de Compostela al fondo.

Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y candidato a la reelección por el Partido Popular de Galicia en los comicios que se celebran el próximo 25 de septiembre, concedió una entrevista a ‘Galicia en el Mundo’ en la que desgrana cuáles han sido los avances primordiales en la relación del Gobierno autonómico con los gallegos del exterior en los últimos años y en qué consisten los retos en materia de Emigración que afrontará en su tercer mandato si los electores le dan su confianza en las elecciones autonómicas del 25-S.

Pregunta. ¿Qué balance haría de estos cuatro años en el aspecto de la atención a los emigrantes y residentes en el exterior? ¿Qué ha diferenciado a su gobierno de otros en este aspecto?
Respuesta. Hemos superado lo peor de la crisis, gracias desde luego al esfuerzo de todos los gallegos, por supuesto también de los residentes en otras comunidades y en el extranjero. Sin su contribución, no habríamos salido del pozo. Y debo añadir que, precisamente porque somos conscientes de las dificultades por las que han pasado y pasan muchas familias, tanto en el territorio como fuera, la Xunta ha liderado y lidera la preocupación, y también la inversión presupuestaria, en las personas que residen en el extranjero o en el resto de España. No hay una sola comunidad que invierta tantos esfuerzos y recursos en su ciudadanía en el exterior. Galicia, que creció y crece gracias a sus paisanos en el extranjero, ha demostrado que sabe devolverles una parte de ese esfuerzo, con una preocupación creciente para mejorar las condiciones de vida de sus paisanos en el exterior. 
P. ¿Cómo se ha traducido esa preocupación social? ¿Cuáles considera que son los principales logros en el terreno de la atención a los residentes en el extranjero?
R. Creo que hemos demostrado –como decía incluso en los peores momentos de una crisis que hemos remontado gracias a un trabajo serio y riguroso– la constante y permanente preocupación por la situación de los emigrantes, especialmente de los mayores. Hemos blindado la inversión social porque no sólo no hemos reducido, sino que hemos aumentado las partidas destinadas a financiar aquellas medidas destinadas a los que menos tienen. Así, cabe destacar que invertimos 8 millones de euros en estos últimos cuatro años específicamente en ayudas individuales para los gallegos del exterior en situación de mayor precariedad. Esta inversión ha beneficiado directamente a cerca de 40.000 familias sólo durante la última legislatura. Lo seguiremos realizando en el futuro, sin duda alguna, siempre y cuando el pueblo gallego –el de dentro y el de fuera– renueven la confianza depositada en el Partido Popular de Galicia el próximo 25 de septiembre. 
P. En Galicia hay cerca de 500.000 gallegos en el exterior, se trata de un porcentaje de población muy elevado respecto a otros territorios…
R. Sí, y más del 70% de esos gallegos residentes en el exterior nacieron ya en la diáspora, pero el sentimiento de unión con la Galicia territorial, que sus padres y abuelos supieron transmitir a pesar de la distancia, es tan o más fuerte que de los gallegos del territorio. Una de las grandes riquezas de Galicia es precisamente su ubicuidad: allá donde viajes, encuentras a un paisano orgulloso de serlo, un exponente magnífico de la capacidad de adaptación de la galleguidad. Ningún otro país en el mundo dispone de ese inmenso e intenso ‘cuerpo diplomático amateur’, si se me permite el término.
Y la Xunta, por supuesto, responde a las segundas generaciones de gallegas y gallegos con programas y medidas específicamente diseñadas para esa juventud en la diáspora. Así, para consolidar sus enlaces con la Galicia territorial, y sólo en los últimos 4 años, 13.000 jóvenes gallegos residentes en el exterior se beneficiaron directamente de programas como ‘Conecta con Galicia’, ‘Escolas Abertas’, jornadas de especialización, o los más de 200 cursos y seminarios formativos. En más de una ocasión –incluso compartiendo con ellos un tramo de la Vía da Prata del Camino de Santiago– he podido comprobar hasta qué punto es grande su querencia, su amor por la tierra de sus padres y abuelos. 
P. Además de hacia los jóvenes, la Xunta complementa su preocupación por la diáspora con actuaciones enfocadas hacia los mayores…
R. No ha descendido ni un ápice nuestra preocupación por las personas de edad más avanzada, como no podía ser de otra manera: ellos son, precisamente, los transmisores de esa esencia de galleguidad a la que antes me refería. Y debo decir que en lo que concierne a nuestros mayores en la diáspora, se ha consolidado el presupuesto de los programas destinados a que los emigrantes puedan regresar temporalmente a su tierra, bien en los hogares de sus familiares, o en centros dependientes de la Xunta.
Así, en la última legislatura se han beneficiado directamente de los programas ‘Reencontros na Casa’ y ‘Reencontros na Terra’ cerca de 2.000 gallegos y gallegas, y en algunos casos sus cónyuges, residentes en el extranjero. Muchos de ellos llevaban décadas sin regresar a Galicia, o incluso era la primera vez que lo hacían desde que dejaron su pueblo en plena infancia. Créame que si hay una cara humana en las políticas sociales que desarrollamos en la Xunta, es la de uno de estos emigrantes pisando de nuevo la tierra que le vio nacer.
P. ¿Cómo valora la puesta en marcha de la nueva Ley de Galleguidad?
R. El nuevo marco normativo era necesario después de 30 años de vigor de una primera Ley que, permítame recordarlo, fue pionera en la materia, y copiada después por otras comunidades, con sus respectivas peculiaridades. Creo que podemos hacer un balance muy satisfactorio de su puesta en marcha, o al menos eso es lo que me transmitieron los representantes de la diáspora de todo el mundo en el undécimo Consello das Comunidades Galegas que celebramos el pasado mes de mayo en Cuba, y que supuso desde luego una importante renovación de las metas de la Galleguidad para este siglo XXI.
Gracias a esa variedad y omnipresencia de las comunidades gallegas en el exterior y al apoyo que desde luego han recibido del Gobierno gallego –y recibirán a partir del 25 de septiembre si el pueblo gallego renueva su confianza en nuestra labor–, es posible atender a los gallegos con mayores dificultades sociales y sanitarias, en algunos países en los que esta cobertura es deficitaria.
P. Ha mencionado el XI Consello de Comunidades Galegas. ¿Qué destacaría de ese evento?
R. Un aspecto fundamental es la apuesta por la renovación, en tres vertientes fundamentales. Por una parte, el legado generacional: las comunidades, y nosotros desde el Gobierno gallego también, consideramos que el relevo es fundamental para garantizar los servicios que las entidades deben prestar a la juventud, a esos gallegos de segundas generaciones. Relevo también entre asociados y comunidades, y entre ambos y la Administración: ahora que tenemos capacidad tecnológica para superar barreras cronológicas y geográficas mediante la informática, estas relaciones deben ser más fluidas e ágiles. Y una renovación de personas en la representación de nuestra diáspora: el 45% de los miembros de la Comisión Delegada elegida son caras nuevas. Conste que el trabajo de la saliente fue excepcional, pero no dudo de que los 14 nuevos representantes de la Comisión entrante seguirán e incluso mejorarán ese trabajo.
Esto en cuanto al fondo del undécimo Consello, pero déjeme destacar la importancia simbólica del lugar en el que se celebró. Cuba es muy relevante para Galicia, no es necesario recordar que allí se estrenó nuestro himno, que nuestra bandera nació en el puerto de La Habana, o que aún hoy en día se cuentan por decenas de millares las relaciones familiares entre cubanos y gallegos. Cuba siempre ha estado presente en el imaginario colectivo de Galicia, como Galicia ha estado siempre en Cuba, incluso en los años de mayor aislamiento. Es bueno ahora, más que nunca, acompañar al país en ese nuevo tiempo que se le abre.
P. Muchos de los residentes en el exterior, en Europa pero especialmente en Hispanoamérica, están pensando en volver a la tierra, ahora que parece que se remonta la crisis. ¿Qué mensaje les enviaría?
R. Fundamentalmente, que Galicia les espera con los brazos abiertos. Y que, complementando esa imagen si se quiere sentimental, ayudamos en todo lo que nos es posible. En los últimos años, se han llevado a cabo políticas de apoyo al retorno en dos ejes básicos. El primero, ayudas de tipo asistencial, mediante las cuales casi 300 familias retornadas, en situación de dificultad económica, se beneficiaron directamente durante la última legislatura.
El segundo eje son las ayudas para el retorno emprendedor, una medida pionera puesta en marcha en esta legislatura. Además de poder acogerse a las ayudas generales de la Consellería de Economía, Emprego e Industria para todo tipo de negocios desarrollados por ciudadanos gallegos, los retornados emprendedores que instalaron sus empresas o se autoemplearon en la Galicia territorial pudieron acogerse a ayudas específicas de la Secretaría Xeral da Emigración. Concretamente, 60 empresas que nacieron de la iniciativa de retornados recibieron estas ayudas.
Con esta medida queremos que los retornados tengan mejores condiciones para obtener esa oportunidad de implantar su empresa en la Galicia territorial, y que, al tiempo, la experiencia conseguida por estas personas en el exterior sea también riqueza para la Galicia territorial.
P. Para concluir, ¿qué mensaje de futuro lanzaría a la diáspora gallega? ¿Cuáles son los retos para la próxima legislatura, si vuelve a ser elegido?
R. En cuanto a los retos para los próximos años, quisiera destacar que hemos plasmado en el programa electoral del Partido Popular de Galicia una veintena de medidas concretas que reflejan las inquietudes que nos han trasladado los gallegos de la diáspora, y muy concretamente quedaron reflejadas en las conclusiones del undécimo Consello de Comunidades Galegas al que antes nos referíamos.
Destacaría en primer lugar cuatro compromisos claves: la reforma electoral para eliminar el actual sistema de voto rogado, la implantación en enseñanza primaria y secundaria del estudio de la historia de nuestra emigración, la creación del Centro de Referencia da Emigración Galega e da Galeguidade, y la incentivación de la contratación de jóvenes gallegos emigrados o residentes en el exterior por parte de empresas con sede en el territorio.
Otras medidas nuevas que conviene destacar son el incremento de ayudas a individuos y también a Comunidades, la mayor coordinación con éstas para la detección precoz de posibles problemas entre la diáspora gallega, el fomento de redes de voluntariado vinculadas a la juventud, el análisis  multidisciplinar de la situación de la mujer en la Galicia exterior para posibles mejoras, o el desarrollo de herramientas TIC para la tramitación electrónica, tanto de expedientes referidos a Comunidades como a individuos. 
Son algunas medidas que demuestran, como lo hemos demostrado hasta ahora, que Galicia no da a los suyos del exterior lo que le sobra, no: compartimos lo que tenemos. Lo hemos hecho en los peores momentos de la crisis, y queremos que nuestros paisanos en el extranjero disfruten como nosotros de la recuperación económica, para que se sientan más partícipes si cabe de la Galicia del futuro. Siempre se les ha tenido presentes, y seguiremos teniéndolos en los próximos años. 
Mi mensaje, pues, el mío y el de todo mi equipo, es desde luego de esperanza. Nadie nos va a regalar nada, eso de sobra lo saben los gallegos del exterior, pero creo que hemos hecho los deberes y que estamos recogiendo los frutos.