Fue quien le sucedió en el año 2001 para llevar los asuntos de la diáspora gallega

Miras Portugal: “Nos deja un hombre que figurará con letras de oro en la emigración gallega”

La entrega y dedicación con que Fernando Amarelo de Castro desempeñó su tarea al frente del departamento de Emigración de la Xunta es merecedora del elogio de Aurelio Miras Portugal, quien le sucedió en el año 2001 para llevar los asuntos de la diáspora gallega.

Miras Portugal: “Nos deja un hombre que figurará con letras de oro en la emigración gallega”
Miras-Amarelo-aplausos a Antas
Amarelo –1º por la izda.–, junto Hernández Cochón, Miras Portugal, Romay Beccaría y Antas Fraga, en una de comida en casa del gallego de Salvador de Bahía.

La entrega y dedicación con que Fernando Amarelo de Castro desempeñó su tarea al frente del departamento de Emigración de la Xunta es merecedora del elogio de Aurelio Miras Portugal, quien le sucedió en el año 2001 para llevar los asuntos de la diáspora gallega. En declaraciones a ‘Crónicas de la Emigración’, Miras destacó la “profunda admiración y respeto” que siente hacia un hombre que “se entregó e identificó con la emigración y pasó a ser el gran pionero de todos nosotros”, dijo.

Amarelo de Castro, dijo Miras, “fue un gran maestro en su capacidad de relación y demostró grandeza para entender el mundo de la emigración, porque para entender la emigración hay que tener grandeza”, apostilló.

El que fuera conselleiro de Emigración entre 2001 y 2005 –el único conselleiro de Emigración que hubo en la Xunta– considera que con el fallecimiento de Amarelo de Castro “nos deja un hombre” cuyo nombre quedará marcado “con letras de oro en la emigración gallega”.

Con él, con quien tuvo “una relación extraordinaria” asegura, también tuvo ocasión de viajar por distintas partes del mundo mientras ocupaba el cargo de director general de Turismo, y le presentó a gente que no conocía. “Recorrió todo el mundo y es recordado con cariño”, dice Miras, quien en la pasada legislatura también ocupó el cargo de director general de Migraciones en el Gobierno central.

Además de reconocer que para él Amarelo fue como “un guía”, asegura que de su modo de actuar tomó “algo muy importante: la valoración de las personas”, porque Amarelo “sentía un profundo respeto por las personas”, apostilla.

Es por eso que, añade: “Tuve la suerte de tratar con él y con Fraga”. Sobre el expresidente gallego, ya fallecido, aseguró que le permitió a Amarelo hacer “la gran labor que hizo” con la emigración y que a él, una vez nombrado conselleiro, le permitió “engancharse a ese trabajo” que Amarelo había realizado.