Desde su creación, en 1922, la entidad sirvió de consuelo moral y material

Mirada reflexiva de la ‘Sociedad Hijos de Caldelas de Tuy’

En 1972, a cincuenta años de su creación, la Sociedad Hijos de Caldelas de Tuy hace una mirada reflexiva hacia atrás.     

Mirada reflexiva de la ‘Sociedad Hijos de Caldelas de Tuy’

En 1972, a cincuenta años de su creación, la Sociedad Hijos de Caldelas de Tuy hace una mirada reflexiva hacia atrás.     

“Medio siglo de vida de una institución en Argentina”, titulaba una publicación oficial de la Asociación, con motivo de los festejos de las bodas de oro de la institución y rezaba… “Al finalizar el primer cuarto de siglo fue fundada en la capital de la República, a iniciativas de unos pocos hijos de Caldelas de Tuy, que entonces vivían al 400 de la calle Chile, una sociedad que sirviera de vínculo entre aquella inmensa cantidad de jóvenes que por causas diversas emigraban a este país. Entre los más entusiastas figuraban convecinos de Caldelas, los hermanos Arturo y Manuel Ferreiras Núñez; Serafín y Francisco Rodríguez, cariñosamente llamados ‘choscos’; Manuel Pazos; José Rodríguez; Avelino Peña; los hermanos Benjamín, Saturnino y Enrique Veloso; los hermanos Francisco y Manuel Souza; José Rivas; los hermanos José y Avelino Trocoso; Jesús y Pío Alonso; José María y Sergio Aneiros ... y muchos más que que por falta de espacio no figuran aquí.     

Y así quedó fundada en aquel 12 de febrero de 1922 en una entusiasta asamblea efectuada en el corralón del convecino Ramón Ubiña, en la calle Constitución al 1800, la ‘Sociedad Hijos de Caldelas de Tuy y contornos de Buenos Aires’. Eran sus fines, entre otros, el mutualismo, la repatriación, cuando el estado de salud comprobada y el deseo del enfermo fuera retirarse a su suelo natal, proveyéndolo de los fondos necesarios para su regreso.     

Si comparamos las necesidades de aquellos tiempos lejanos con los fondos necesarios para su regreso, nuestra querida sociedad sirvió de paliativo y consuelo moral y material, llevándole una palabra de aliento y de consuelo a muchos de sus asociados...     

Señor vecino de Caldelas, señor asociado: hoy, a 50 años de aquel 12 de febrero de 1922, corresponde hacer un balance de lo hecho hasta aquí, que fue mucho si se tiene en cuenta los medios con que se contaban, la sinceridad y el desinterés con que actuaron los miembros de la Comisión Directiva, aunque muchas veces hubiera que rascar los 0,10 ctvs. para viajar en el tranvía en un rincón del bolsillo.

Señor asociado: la Sociedad, como todo, siente el peso de los años. Por ello, es bueno ir pensando en reestructurarla, sin que por ello pierda nuestra sociedad su personalidad, como hijos de Caldelas de Tuy y para ello es imprescindible que los señores asociados, junto con la Comisión Directiva, vayamos pensando que los tiempos que vivimos no son  los de 1922, que hoy no existen aquellos contingentes de inmigrantes jóvenes, que llegaban continuamente a estas playas, restándole la fuerza de la juventud indispensable para poder subsistir, que los años no pasan en balde.     

Con estas palabras mal hilvanadas, pero con mucha sinceridad, rinda el homenaje merecido a la Comisión provisoria... Luego se formó su primera comisión directiva estatutaria con la presencia del Sr. Ramón Ubiña, según consta en acta número 5 ...”.