Mario Amarelo: “Sin la beca de la Xunta hubiese sido muchísimo más complicado”

En pocos días, Mario Alberto Amarelo comenzará su segundo curso de FP de Administración de Sistemas Informáticos en Red, que cursa en el CIFP Rodolfo Ucha Piñeiro de Ferrol. Para ello cuenta –al igual que en el primer curso– con una de las ayudas para estudiar Formación Profesional (FP) que la Xunta, a través de la Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional, pone a disposición de los gallegos que viven en el exterior o que ya han retornado.

Mario Amarelo: “Sin la beca de la Xunta hubiese sido muchísimo más complicado”
Educación. Mario Alberto Amarelo
Mario Alberto Amarelo.

En pocos días, Mario Alberto Amarelo comenzará su segundo curso de FP de Administración de Sistemas Informáticos en Red, que cursa en el CIFP Rodolfo Ucha Piñeiro de Ferrol. Para ello cuenta –al igual que en el primer curso– con una de las ayudas para estudiar Formación Profesional (FP) que la Xunta, a través de la Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional, pone a disposición de los gallegos que viven en el exterior o que ya han retornado.

“Me enteré de la beca porque me llegó un correo de la Xunta”, explica este venezolano hijo de gallego, quien reconoce que “al principio dudaba porque quería ponerme a trabajar, pero mis padres me animaron mucho”. “Sin la ayuda de la Xunta –continúa– lo podría haber hecho pero hubiese sido muchísimo más complicado”.

Amarelo explica que está “muy contento con la formación, con los profesores y la enseñanza”. “Pensé que iba a ser más complicado”, asegura, pero “como ya tenía estudios de Ingeniería Informática algunas de las cosas me sonaban”. “Ahora –continúa– comienzo el segundo curso y tengo muchas ganas y expectativas porque me toca el proyecto y las prácticas”.

Este joven explica que en Venezuela había comenzado a estudiar Ingeniería Informática en una universidad privada pero, por la complicada situación del país, tuvo que dejarlo y comenzó a estudiar Sociología en un centro público. La situación también se volvió insostenible y por eso decidió, junto con sus padres, dejar Venezuela e instalarse en Galicia, tierra natal de su padre. 

“Me vine por la situación del país”, comenta Amarelo, quien explica que en la zona donde vivía “era un foco activo de las protestas en 2017 y prácticamente no podía salir a la calle porque si la policía veía a un joven ya te enganchaba”. “A esto –explica–, se sumaba la escasez de comida y la falta de medicamentos para mis padres que son diabéticos e hipertensos y necesitan medicación”. 

Actualmente, la familia vive en la casa natal de su padre, en Fene. “Los primeros meses que estuve aquí fueron más complicados, pero ya me he ido adaptando”, comenta.

A su llegada aquí no tenía trabajo y desde la oficina de desempleados le llamaron para hacer un curso de grabación y tratamiento de datos mientras esperaba que le convalidaran el título de bachillerato. 

“Esta convalidación fue bastante rápida porque yo ya traía toda la documentación apostillada. Una vez que me convalidaron el título, empecé FP”, explica.

Respecto a su relación con Galicia, Amarelo recuerda que vinieron de vacaciones en 2009 y “mi madre y yo nos quedamos encantados porque Galicia es única”. De todos modos, explica, Galicia siempre estuvo presente en mi vida, “ya que desde pequeño mi padre me enseñaba fotos de su tierra y me contaba cosas de aquí”.

“Realmente, estamos muy contentos y agradecidos de cómo nos han tratado y del calor de la gente al instalarnos en Galicia”, comenta Amarelo, quien explica que su intención, una vez finalizados los estudios, es quedarse a vivir en esta comunidad, porque ya la considero “mi segunda casa, porque la primera es Venezuela y, como se dice aquí, tengo ‘morriña”.

A la gente que está en Venezuela y duda en venir, “la animaría a hacerlo porque la seguridad y la tranquilidad valen mucho la pena”, explica este venezolano, a la vez que asegura que “el trato de la gente es estupendo y no se ven actos de xenofobia y racismo como sucede en otros países”.