Se trasladó desde Brasil a Galicia en busca de una “mejor calidad de vida”

María Torres asegura que la Tarxeta Benvida “fue algo maravilloso porque ayuda mucho”

Hace tres años, María Torres se trasladó, junto con su marido, de Brasil a Galicia en busca de una mejor calidad de vida y, según explica, la encontró. Vino con una beca BEME (Bolsa Excelencia Mocidade Exterior), pero tardó más de lo esperado en concluir el máster, ya que por el camino se quedó embarazada y tuvo una hija. Ahora está esperando otra para diciembre.
María Torres asegura que la Tarxeta Benvida “fue algo maravilloso porque ayuda mucho”
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María Torres y su familia están muy contentos de vivir en Vigo.

Hace tres años, María Torres se trasladó, junto con su marido, de Brasil a Galicia en busca de una mejor calidad de vida y, según explica, la encontró. Vino con una beca BEME (Bolsa Excelencia Mocidade Exterior), pero tardó más de lo esperado en concluir el máster, ya que por el camino se quedó embarazada y tuvo una hija. Ahora está esperando otra para diciembre. “Tanto el curso preparto, como la matrona y el trato en el hospital fueron maravillosos”, comenta Torres, quien explica que, además de la Caixa de Benvida, con la que salió del hospital, recibió la Tarxeta Benvida, que aporta una cuantía económica de 100 euros mensuales. “Para mí fue algo maravilloso porque ayuda mucho”, asegura Torres.

“Los servicios de Galicia y Brasil no se pueden comparar. Si tuviera un hijo en un hospital privado en Brasil no sería tan bueno como el Álvaro Cunqueiro”, asegura esta joven de 29 años que explica que su hija comenzó este mes a ir a una guardería de la Xunta, la Escola Infantil Rosalía de Castro en Vigo. “Está muy bien y la niña va muy contenta”, comenta Torres, que asegura que “su segunda hija también irá a esa guardería y espera poder beneficiarse de la gratuidad de las guarderías para los segundos hijos. Esto está genial, tengo una amiga que tuvo el segundo y ya se está beneficiando de esto”.

Torres explica que la beca BEME fue “la oportunidad de escapar de Brasil, allí mi esposo trabajaba en otra ciudad, se iba a las cuatro de la mañana y no volvía hasta las siete de la tarde. No teníamos calidad de vida”. “Cuando me enteré de este máster estaba recién casada. Hablé con mi esposo y decidimos venir para probar cómo era vivir en Galicia”, comenta Torres, que ya conocía Galicia porque su familia siempre mantuvo el vínculo con la tierra de origen. 

“Mi abuelo es de Valga y mi abuela, de Pontecesures”, recuerda Torres, y asegura que siempre mantuvieron las tradiciones y la cultura gallega. De hecho, su padre es el primer presidente del Centro Español de Santos, “que es más gallego que otra cosa”, que ya nació en Brasil. “Mis abuelos y mis padres son los que me transmitieron el amor por Galicia. Mi madre siempre cultivó en mí y mi hermano ese cariño por Galicia”, asegura y explica que, además de venir de vacaciones con la familia, con la Xunta participó en un campamento de verano y estuvo haciendo un curso. 

Esta joven brasileña explica que venían cada tres años más o menos para ver a la familia, ya que mantienen el contacto con los tíos y primos. “Ahora mi madre viene más, unas dos veces al año, para ver a su nieta, y está loca por venir a vivir aquí pero mi padre tiene una empresa en Brasil y es complicado”; aun así, comenta, fue a la Xunta a preguntar por las ayudas para el retorno emprendedor porque su madre está valorando venir y poner un negocio. 

En un principio, María Torres y su marido vivieron en Santiago, ya que ella cursaba el máster de Desarrollo Económico y Social en la Universidade de Santiago de Compostela, pero les costó adaptarse a la ciudad “porque llovía mucho y hacía mucho frío”. “La experiencia de vivir en Santiago no fue de las mejores, pero mi marido pronto consiguió un trabajo en Vigo, nos enamoramos de la ciudad y ahora estamos muy contentos en Vigo que, además, se parece mucho a Santos”.

Además de la calidad de los servicios básicos, como sanidad y educación, María Torres valora la seguridad, ya que, según explica, “es calidad de vida”. “Aquí puedes salir con los niños a un parque sin estar pensando todo el rato si te van a robar. En Brasil no sales con los niños, se quedan en casa o en el piso porque no hay tanta libertad para salir. A pesar de que allí hace mejor tiempo, aquí se disfruta más del aire libre”, asegura Torres, quien comenta que, “a pesar de que el carácter de los españoles es más cerrado, está muy contenta en Galicia. Además, ya tengo algunas amigas de aquí y al empezar la niña la guardería estoy conociendo a otras madres”. 

“En general, la experiencia de venir a vivir aquí está siendo muy positiva y por eso siempre se lo recomiendo a mis primos”, concluye Torres.