Presidente de la Asociación Amigos de Venezuela en Vigo, lleva 17 años en España

Manuel Pérez Vidal: “El pueblo venezolano no sufrió nunca una situación tan desastrosa”

La escasez de alimentos y de servicios públicos, especialmente médicos, y un clima social, político y económico en declive constante han condenado a Venezuela en el último lustro a ver cómo la población agoniza o trata de salir fuera del país. Un dato refleja el ansia de supervivencia de buena parte de los ciudadanos venezolanos: solo en 2018 solicitaron 12.000 visados políticos a España, según Manuel Pérez Vidal, presidente de la Asociación de Amigos de Venezuela en Vigo.

Manuel Pérez Vidal: “El pueblo venezolano no sufrió nunca una situación tan desastrosa”
Manuel Pérez Vidal
Manuel Pérez Vidal.

La escasez de alimentos y de servicios públicos, especialmente médicos, y un clima social, político y económico en declive constante han condenado a Venezuela en el último lustro a ver cómo la población agoniza o trata de salir fuera del país. Un dato refleja el ansia de supervivencia de buena parte de los ciudadanos venezolanos: solo en 2018 solicitaron 12.000 visados políticos a España. Así lo asegura a ‘Crónicas de la Emigración’ Manuel Pérez Vidal, presidente de la Asociación de Amigos de Venezuela en Vigo, quien reconoce que “el pueblo venezolano no sufrió nunca una situación tan desastrosa”.

Consciente de que la situación es “bastante complicada” en su país de origen, Manuel Pérez, quien lleva 17 años en España, confía sin embargo en que se pueda reconducir. Para ello, considera necesario que “un ente internacional puro y limpio, un árbitro neutro” contribuya a depurar el sistema electoral venezolano; un sistema “viciado”, reconoce, y, una vez “depurado”, vigile las elecciones, libres y democráticas, que deberán hacerse de modo “manual” para evitar posibles fraudes en el voto y donde “el gran actor sea el pueblo venezolano”. El resultado deberá ser “acatado por todos”, apostilla, porque unas elecciones democráticas nadie las cuestiona.

El papel que en todo este proceso debería jugar Guaidó, quien en el momento actual es un “héroe nacional” que cuenta con el “respaldo del 85% de la población”, debería ser el de presidente interino, en tanto en cuanto no haya resultados democráticos.

Con una persona que aplique la “lógica económica mundial”, con un “tipo de cambio único”, con “decencia en la administración pública” y “con ayuda internacional”, Pérez Vidal espera que “en un periodo de tiempo normal se recupere el país”. Pero que nadie espere milagros, porque “ningún milagro puede salvar la miseria que existe” en Venezuela, pues para ello se “requiere tiempo”, apostilla.

La pérdida del 50% de su producción petrolífera y la nacionalización de buena parte del tejido empresarial, lo que favoreció el aumento de la corrupción, dice, sumieron a Venezuela en el caos hasta el punto de que hoy en día es un país sin recursos, ni siquiera el turismo juega ya un papel importante en la República Bolivariana, donde tan solo Isla Margarita atrae visitantes, comenta el hombre que desde hace seis años preside la Asociación de Amigos de Venezuela en Vigo.

Respecto a la actitud adoptada por España en la crisis venezolana, considera que su respuesta “fue muy tardía para un momento tan necesitado de reconocimiento” como el que reclama Guaidó. “Antes lo reconoció la UE que España”, reprocha. “¿Por qué España tiene que ir a la cola” en este asunto?, se pregunta, si resulta que “España es la madre patria”. Pérez Vidal dice no entender por qué Pedro Sánchez, que quiere sacar del Valle de los Caídos al dictador, apoya la dictadura de Maduro. Porque “darle aire a un régimen como el de Maduro es darle apoyo a una dictadura”, considera.

Con un presidente democrático y razonable, la normalidad podría instalarse en Venezuela y es probable que al país se planteen regresar muchos de los ciudadanos que se atrevieron a abandonarlo, algunos de los cuales optaron por España para establecerse, apunta, y eso que “hoy, España es un país con mucho adelanto”, reconoce Pérez Vidal, quien en su momento dejó la República Bolivariana huyendo de las políticas de Hugo Chávez. 

“La libertad de España no la vi en Venezuela, ni siquiera en otros tiempos”; “la libertad no tiene precio”, concluye, mientras reflexiona sobre la importancia que le da a poder pasear por las calles con tranquilidad y sin temor a agresiones de ningún tipo. 

Volver puede que no esté en su mente, pero como les ocurre a otros muchos venezolanos que tuvieron que abandonar el país, la Venezuela soñada está muy presente en su corazón.