Presenta una obra que rompe los conceptos del arte convencional

Juan González Iglesias expone sus pinturas en la Casa de Galicia de Madrid en la muestra ‘Dios en el capitalismo’

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Dios en el capitalismo’, del artista de ascendencia gallega Juan González Iglesias cuya obra rompe, de forma radical, con los estrictos conceptos del arte convencional y se adentra en terrenos que van más allá de lo plástico.

Juan González Iglesias expone sus pinturas en la Casa de Galicia de Madrid en la muestra ‘Dios en el capitalismo’
1. El artista, Juan González Iglesias, ante una de sus obras
El artista, Juan González Iglesias, ante una de sus obras.

La Casa de Galicia en Madrid acoge la exposición ‘Dios en el capitalismo’, del artista de ascendencia gallega Juan González Iglesias cuya obra rompe, de forma radical, con los estrictos conceptos del arte convencional y se adentra en terrenos que van más allá de lo plástico.

En el acto de inauguración participaron el coordinador de Actividades de la Casa, Ramón Jiménez Pérez; el historiador y comisario de exposiciones, Ricardo Hernández Ortega; y el propio autor, Juan González Iglesias.

Jiménez destacó en sus palabras que, tal y como recoge el catálogo, González Iglesias estudió Administración de Empresas y empezó su carrera artística como creativo publicitario, pero “tras un poderoso despertar espiritual, se dedicó al arte por completo”. En concreto, creó los cuadros que forman parte de esta exposición, y “en los que ha pretendido expresar –y yo creo que con éxito– la visión que le obsesionaba desde pequeño, es decir la manifestación de Dios dentro del capitalismo moderno, pues para él Dios se manifiesta tanto en la Coca-Cola como en las patatas Matutano”.

Jiménez cree “que acierta nuestro artista invitado cuando dice esto, y nos traslada su pensamiento de que Dios aprovecha cualquier circunstancia para aparecérsenos, y en esto coincide con la gran mística Santa Teresa de Ávila, que decía –como es bien sabido– que Dios estaba también entre los pucheros”. Subrayó también que además de apellidarse Iglesias, “a algo tan importante para la actividad artística como es la firma, él ha añadido la señal de la cruz, y en su currículum cuenta con un curso de Milagros”. Las obras están realizadas en gran parte con rotulador, “a mí me recuerdan al graffiti y al cómic, y, poniéndome más pomposo, a inscripciones de misteriosas civilizaciones antiguas”, dijo.

Para Ricardo Hernández Ortega, esta exposición brinda la oportunidad de descubrir a un autor “sorprendente en su osadía, diferente en cuanto a técnica, abrumador en la aparente inconexión de sus trazos, asombroso en lo que respecta a contenidos, inquietante en lo que la visión de sus cuadros despierta en el espectador”.

Hernández señala que se trata de un conjunto de “delirantes obras, hipnóticas” y que “en su mismo desarrollo, se adivina una creatividad que emana del interior de una mente inquieta, tal vez preocupada por intentar dar salida a sensaciones, sentimientos e ideas que resulta difícil poder definir con palabras; conceptos que el artista necesita limitar, bajo el riesgo de caer presa de un estado de constante reflexión. Una obra pictórica inquietante y densa, dominada por un impulso que no hace concesión alguna al posible brote de un horror vacui imposible”. Además, que “resulta complejo intentar meterse en la mente de un artista, y eso es precisamente lo que el autor invita a descubrir con su obra, un hilo-guía que nos conduce hacia el interior de su mente, hacia sus sensaciones, sus pensamientos, sus inquietudes. Lo bueno, y a la vez complicado de Juan Iglesias, es que sus obras están repletas de hilos de los que tirar, de senderos que recorrer, en busca de una, tal vez incognoscible, razón detrás de cada trazo. Contemplar sus obras es iniciar un viaje errático hacia su más recóndita expresividad, un periplo para el cual muy posiblemente no exista un destino final”.

Por su parte, para Juan González Iglesias, “el objetivo de la obra es señalar los sitios, la música, el color, el tono en el que puede hallarse Dios en la sociedad actual, que todos sabemos que se vive de una forma un poco errática”. Según el artista, “contrariamente a las formas en las que se representa Dios habitualmente, hoy probablemente se manifieste en lugares más ‘people friendly’, en vez de en imágenes clásicas”. Así que, para él, “la idea es representar un poco ese universo en el que probablemente vive Dios en nuestra sociedad”.

Explicó que normalmente usa rotulador sobre lienzo (los de marca Posca), aunque al principio usaba todos los materiales que tenía a mano: óleo, acrílico, pastel, Tipp-Ex, Eddings, Carioca, cola de pegar, pintura de pared… También ‘duchaba’ los cuadros con agua a presión para quitar capas débiles de pintura y luego volvía a pintar encima. “Todo fue confluyendo hacia los rotuladores Posca y ahora mismo es lo único que uso”, aclaró, y también que al principio los cuadros eran de colores vivos, pero luego los acababa ensombreciendo. Mientras que ahora deja el color vivo y lo adorna “con símbolos que tengan cierto interés para que sea menos aburrido”.

Su inspiración principal la encuentra en Dios, Cristo, la religión, los santos, la Virgen… Luego todo eso lo recubre por “inspiración pop contemporánea, internet, videojuegos, tecnología retro, consolas, cintas VHS, laser disc, formatos de vídeo fracasados, youtube, cash converters… Esas podríamos decir que son mis influencias”.

Para el artista, su proceso creativo lo tiene integrado en su vida: “Cuando me agobio un poco es cuando me apetece trabajar. Vomito todo lo que tenga que vomitar de la manera más chula que se me ocurra y seguimos andando”.

En relación a la Galicia de su madre, hija de guardia civil, su infancia está muy marcada por los diferentes destinos de su padre. Nació en Rivadavia en pleno barrio judío, vivió en Allariz del que todavía hoy dice recordar el aroma de la fábrica de chocolate y los almendrados, y su primer colegio de párvulos. Su infancia y juventud entre Moaña, Vilagarcía y Sanxenxo, sus estudios en las Calasancias en Pontevedra y la carrera de Derecho en Santiago de Compostela.

La muestra ‘Dios en el capitalismo’ de Juan González Iglesias podrá visitarse en las Salas A y B de la Casa de Galicia hasta el 31 de mayo, en horario, de 10,00 a 14,00 y de 16,00 a 20,00 horas los días laborables. Domingos y festivos: de 10,00 a 14,00 horas.