El espectáculo lo presenta la asociación gallega ‘Echando Raíces’

La historia de las hermanas gallegas Fandiño Ricart protagoniza la obra ‘Las dos en punto’, en Buenos Aires

Se presenta en Buenos Aires ‘Las dos en punto’, una obra teatral que narra la historia de las hermanas Fandiño Ricart. Será este viernes a las 20:30 horas, en el Auditorio Kraft (Florida 681, CABA).

La historia de las hermanas gallegas Fandiño Ricart protagoniza la obra ‘Las dos en punto’, en Buenos Aires
Teatro Las dos en punto II
Puesta en escena de ‘Las dos en punto’.

Se presenta en Buenos Aires ‘Las dos en punto’, una obra teatral que narra la historia de las hermanas Fandiño Ricart. Será este viernes a las 20:30 horas, en el Auditorio Kraft (Florida 681, CABA). ‘Las dos en punto’ da cuenta de una historia real que testimonia el horror de la guerra civil española y la violencia institucional que sufrieron aquellas personas que no se encuadraban en los parámetros del modelo franquista. Coralia (1914-1982) y Maruxa (1898-1980) Fandiño Ricart nacieron en Santiago de Compostela.

El espectáculo, que presenta la asociación gallega ‘Echando Raíces’ y produce Verónica Torres Bugallo, es protagonizado por Marcela Fernández Señor, Liliana Olmo y Walther Sánchez Rodríguez y está dirigido por Débora Ruiz.

La militancia de sus hermanos las llevó a ser perseguidas por el franquismo y a vivir en la miseria. Desde los años 50 y 60, revolucionaron las calles de la ciudad con sus vestidos y maquillajes excéntricos y sus piropos a los estudiantes universitarios. Se convirtieron en un símbolo, no solo de Galicia, sino también de la resistencia hacia las diferentes formas de violencia que sufrieron por ser mujeres.

El personaje del peregrino está inspirado en Zapatones, otra figura emblemática de Compostela, conocido por acompañar a los peregrinos que llegaban a la ciudad luego de recorrer el camino de Santiago.

“Dejaré dormir mi voz, callaré los horrores, me veré en el espejo siempre joven. No quiero parecer un maniquí aberrante que va regalando sus tripas, al que pasea mientras suena la banda. Prefiero ser una muñeca de porcelana: polvo de arroz en mi rostro, colorete en mis mejillas y un carmín en mis labios...”.

Historia de las hermanas Fandiño Ricart, ‘Las dos en punto’

Las hermanas Coralia y Maruxa Fandiño Ricart fueron conocidas como ‘Las Marías’, ‘Las dos Marías’, ‘Las dos en punto’ o ‘Cara de Palo’. Nacieron en Santiago de Compostela: Maruxa, el 4 de enero de 1898; y Coralia, el 24 de agosto de 1914.

Su popularidad nació a partir de los paseos que realizaban por la Zona Vella (casco antiguo de Santiago), todos los días, a las dos de la tarde en punto. Durante esos recorridos, se dedicaban a coquetear con los estudiantes universitarios. Vestidas con ropa de colores y maquillajes extravagantes, rompieron con la monotonía de la vida gallega bajo el régimen dictatorial de Francisco Franco.

Coralia, la menor y más alta, era tímida y poco habladora, mientras que Maruxa, más pequeña aunque de más edad, era la que llevaba la voz cantante. Fueron calificadas como locas y sometidas al maltrato social e institucional, a la miseria y al terror.

La familia Fandiño Ricart estaba formada por la costurera Consuelo Ricart y el zapatero Arturo Fandiño. Tuvieron 13 hijos (de los cuales 11 superaron la primera infancia). Maruxa fue la cuarta y Coralia, la duodecima. El taller de zapatería se encontraba en la calle Algalia de Arriba 329.

Vivían y trabajaban en la calle Espíritu Santo, en Santiago de Compostela. Otra de las hermanas se llamaba Sarita y falleció joven y Rosaura fue la hermana menor de los trece.

En 1925, la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), de ideología anarquista, abrió su sede regional en Santiago de Compostela. A los quince años de edad, Manolo Fandiño Ricart, de profesión pintor, se convirtió en su secretario general. Sus dos hermanos Alfonso y Antonio también se volvieron militantes del movimiento anarquista.

En Santiago se vivía un clima de animación y esperanza. Sin embargo, el sueño revolucionario terminó el 18 de julio de 1936. La represión franquista fue feroz. El odio, la opresión, el asesinato y el miedo golpearon a la familia Fandiño Ricart.

Los hermanos lograron escapar. Manolo Fandiño se mantuvo escondido durante años. Antonio, sindicado como “anarcosindicalista”, huyó al monte Pedroso (cerca de la ciudad). Finalmente fue descubierto, torturado y encarcelado durante veinte años por los franquistas. El tercer hermano, Alfonso, huyo poco días después del golpe en un barco que salió del puerto de Muros.

La pesadilla para las hermanas comenzó cuando los falangistas trataron de utilizar a la familia para averiguar su paradero. A horas intempestivas de la noche, llegaba la Policía Social a la casa de los Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda, desnudaban en la vía pública a las hermanas para humillarlas y las subían al monte Pedroso de Santiago.

Finalmente, los hermanos huidos fueron arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño.

Tiempo después, Alfonso –que había huido en barco– apareció de nuevo en La Coruña, militando en la clandestinidad, y finalmente fue encarcelado en el penal de Santoña.

Las mujeres de la casa, la madre y las hermanas, tuvieron que vivir durante décadas entre las amenazas, el aceite de ricino, el cabello rapado, los falangistas que llegaban a cualquier hora del día.

En 1945 reapareció su hermano Manolo Fandiño, militando en la clandestinidad. Al inicio de los años cincuenta, Antonio Fandiño fue liberado muy enfermo tras veinte años de prisión, y falleció en casa de sus hermanas a causa de los años de malos tratos en cautiverio.

A las hermanas las tildaron de “rojas” y “putas”. Cayeron en la pobreza después de que los residentes de la ciudad dejaron de hacer pedidos al taller de costura “por ser una familia anarquista”, por miedo a que la policía los vinculase con ellas. Más allá de este temor, los compostelanos en general sentían simpatía por ellas, y cuando terminó la guerra las hermanas, que ya vivían solas en su casa, vivieron de la caridad de los vecinos. Los que querían ayudarlas no les daban limosna directamente, sino que compraban comida, especialmente en la tienda de importación Carro, ubicada en la Plaza del Toural, donde el dueño, Tito Carro, se las alcanzaba con la excusa de que eran “promociones” de empresas y no caridad.

Las hermanas Fandiño fueron las mujeres más conocidas y fotografiadas de Compostela.

Maruxa y Coralia, que siempre se había querido llamar Rocío, lograron crear un mecanismo de defensa para sobrevivir anclando en sus sueños de juventud. Deterioradas físicamente, se vistieron de color y llenaron sus rostros de maquillaje: polvo de arroz, colorete y carmín.

Maruxa falleció en Santiago de Compostela el 13 de mayo de 1980, a los 82 años, y Coralia se fue a vivir con otra hermana al puerto de La Coruña, ciudad a la que nunca se adaptó. Murió dos años mas tarde –el 30 de enero de 1983, a los 68 años de edad– después de preguntar muchas veces cuál era el camino para volver a Santiago.

Hasta 2014, ambas se encontraban enterradas en tumbas separadas y alejadas en el compostelano cementerio de Boisaca. La asociación Ateneo de Santiago realizó una colecta popular que reunió fondos para rehabilitar el sepulcro, instalar sus restos mortales juntos, como ellas querían, y colocar una placa de recuerdo.

Desde hace varios años, una famosa escultura situada en el parque de la Alameda, las recuerda.

Reparto

Maruxa Fandiño Ricart está interpretada por Marcela Fernández Señor; Coralia Fandiño Ricart, por Liliana Olmo; y Peregrino, por Walther Sánchez Rodriguez. Dramaturgia: Walther Sánchez Rodríguez. Colaboración Artística: Marisa Villar. Vestuario y Escenografía: Lucía Trebisacce. Diseño de Iluminación: Débora Ruiz - Lucía Trebisacce. Asesoría en Maquillaje: Mercedes Lagunas. Música: Xeito Novo. Fotografía: Joaquín Amoia. Video: Pamela Fadiga. Diseño Gráfico: Florencia Pignataro. Producción: Verónica Torres Bugallo.Dirección: Débora Ruiz.

Fotos 1 y 2: Foto de la puesta en escena de ‘Las dos en punto’.