Rosa María Grillo, escritora italiana y estudiosa de la emigración gallega en Argentina

“Los gallegos de verdad están muy orgullosos de haber participado en la construcción de América, sobre todo de Argentina”

La escritora Rosa María Grillo asistió el pasado mes de septiembre al XIII Congreso de la Asociación Española de Estudios Literarios Hispanoamericanos que congregó en la Universidad de Vigo a escritores, críticos, catedráticos de literatura llegados desde distintos lugares del mundo. Hija de italiana nacida en Montevideo, en los años 80 comenzó a ocuparse de los asuntos de la emigración y de los exilios. Estudiosa de la emigración gallega en Argentina, habla de su reflejo en la literatura hispana y destaca el papel del colectivo en la construcción de América.

“Los gallegos de verdad están muy orgullosos de haber participado en la construcción de América, sobre todo de Argentina”
Rosa María Grillo
Rosa María Grillo.

La escritora Rosa María Grillo asistió el pasado mes de septiembre al XIII Congreso de la Asociación Española de Estudios Literarios Hispanoamericanos que congregó en la Universidad de Vigo a escritores, críticos, catedráticos de literatura llegados desde distintos lugares del mundo. Hija de italiana nacida en Montevideo, en los años 80 comenzó a ocuparse de los asuntos de la emigración y de los exilios. Estudiosa de la emigración gallega en Argentina, habla de su reflejo en la literatura hispana y destaca el papel del colectivo en la construcción de América.

Pregunta.¿A qué obedece este estudio de la emigración gallega en Argentina?

Respuesta.Responde a que soy italiana totalmente, pero con una historia de la emigración detrás. Mi madre nació en Montevideo y por ahí empecé a ocuparme de los asuntos de la emigración y de los exilios. Ya en los años 80 escribí un primer ensayo sobre el exilio español del 39 a América, con un capítulo sobre el exilio gallego.

P.¿Se puede decir que le enganchó la historia de la emigración gallega?

R.Claro, porque no se puede hablar de emigración sin pensar en el puente entre Galicia y América, sobre todo Argentina, por supuesto.

P.¿Qué es ser gallego en Argentina?

R.Es lo que se explica en parte en las obras de María Rosa Lojo. Por una parte, responde a un apodo casi despectivo que se usaba antes contra los gallegos, pero que hoy ya se ha perdido bastante. En cambio, por otra, los gallegos de verdad están generalmente muy orgullosos por haber hecho la América, por haber participado en la construcción de América, sobre todo de Argentina, pero también de Uruguay, porque también en Uruguay la emigración gallega ha sido muy fuerte. Hablo de emigración y exilio, porque las dos cosas se juntan y, por ejemplo, en Argentina hubo tantos intelectuales exiliados que empezaron a publicar en gallego, no sólo en español, con revistas y libros escritos en gallego. El exilio favoreció también el reconocerse como gallegos en Argentina.

P.¿Qué aportó el gallego a países como Argentina y Uruguay?

R.Como emigración, la fuerza y el trabajo, sobre todo en el campo y la agricultura, en cambio, en lo que respecta al exilio, aportó muchísimo, porque exiliados como Rafael y Eduardo Dieste, que estuvieron en Montevideo, fueron muy importantes y se les recordaba mucho como gallegos, no como españoles. Ellos siempre reivindicaron el origen gallego. Además, durante el franquismo, para los que se habían exiliado en estos países, el exilio era también una forma de luchar en contra de la política castiza del franquismo, reivindicar lo local, la lengua, las tradiciones. Tuvo un sentido político muy fuerte de resistencia al franquismo.

P.Desde el punto de vista intelectual, esos personajes que ha citado, al igual que otros, como Castelao, Blanco Amor, Neira Vilas…, ¿qué han aportado a países como Argentina, Uruguay o Cuba?

R.Yo creo que bastante. La magia de Galicia se juntó con el realismo mágico, quizá, porque esa magia de Galicia, esta literatura mágica que también he encontrado en María Rosa Lojo en ‘La Pasión de los nómadas’ –con el hada que emigra a Argentina–, se cruza muy bien con el realismo mágico americano que es propio de Galicia y no lo encontramos en ningún otro lugar de España. María Rosa Lojo usa en la ‘Pasión de los nómadas’ y en ‘Finisterre’ ese aire de magia, de brujería, de recuperación del alma de la edad media, de los bosques, de la naturaleza, que es muy fuerte en Galicia, más que en otras partes de España.

P.¿Cómo recoge la literatura de los dos últimos siglos la emigración a Hispanoamérica? 

R.Depende mucho del momento histórico. Por ejemplo, yo he trabajado mucho la emigración italiana en Uruguay y Argentina y se puede ver cómo en un momento dado los emigrados eran los que aportaban la civilización que tenía que cultivar la Pampa, y luego, un poco más tarde, cuando ya se había saturado de alguna forma esta primera emigración, la generación del 80 en Argentina empezó a ver a los nuevos emigrados como los que estropeaban la imagen de Argentina que ya se identificada con los gauchos. Lo que es civilización y lo que es barbarie siempre cambia con el momento histórico y con el imaginario colectivo. Por lo tanto, los inmigrados desde Europa, y en esto italianos y españoles tuvieron el mismo destino, en algún momento fueron los que tenían que poblar la Pampa en contra de los gauchos, de los indígenas. Después cambió el momento histórico y a finales del 1.800 se empezó a verlos como disturbios, como elementos que iban a modificar la argentinidad que ya se había conseguido.

P.¿Y todo eso queda bien reflejado en la literatura?

R.Sí, la literatura, principalmente durante todo 1800, reflejaba el poder dominante, el imaginario colectivo dominante. En Argentina, toda la generación del 80 denigró y criticó a los emigrados. Autores como Cambaceres hablaban de los emigrados como de la nueva barbarie, porque en aquel momento, el poder pensó que se tenía que constituir una nueva identidad argentina basándose en los antiguos conquistadores, más que en los nuevos emigrados.

P.O sea que, de alguna manera, la literatura se adapta para recoger el sentimiento imperante del momento.

R.Sí, todo esto, sin duda, hasta la mitad del 1900. En los últimos años, con la revolución y lo que se llama posmodernidad, las cosas van cambiando y se empieza a evaluar lo que antes estaba en los márgenes, y entonces los indígenas, las mujeres, los emigrados nuevos de Europa, Asia o del este de Europa empiezan a tener voz, pero porque ha cambiado la conformación general y la idea de cultura. A la cultura dominante se está oponiendo una cultura desde los márgenes. Por lo tanto, los que antes eran sujetos pasivos, ahora empiezan a hablar y a tener derecho de palabra. Lo que ocurre es que los indígenas parece que ahora se están moviendo y hablando, mientras que antes la cultura dominante los aplastaba completamente.

P.¿Qué escritores hispanoamericanos reflejan mejor el hecho migratorio?

R.Ahora se debería prestar atención a las nuevas emigraciones que es un problema que aúna a todos, también a nosotros en Europa. Porque los flujos migratorios nuevos son muy diferentes a los antiguos. Yo creo que la emigración, esta nueva forma extraeuropea, ya está cambiando todo lo que se pensaba antes. En cambio, se están publicando en Argentina muchas memorias escritas por hijos y nietos de emigrantes que están recuperando su propia historia familiar. Como ‘Árbol de familia’, de María Rosa Lojo, o el trabajo de Rubén Tizziani, que escribió la historia de la emigración de su familia... Son los descendientes de segunda o tercera generación los que están recuperando las historias de la emigración. Hay bastantes novelas como esta de María Rosa Lojo, pero hay muchas más. Son sobre todo la segunda generación del exilio o la tercera generación de la emigración los que ahora están recuperando la memoria. También está Liliana Bellone, de origen italiano, que ha escrito dos o tres novelas recuperando historias, pero son muchos los que se están moviendo. Ya no son los diarios o las autobiografías de los sujetos que emigraron lo que impera, sino sus descendientes.