La Fundación Nosa Terra, presidida por Ricardo Gago, recuerda su gesta

Los gallegos en Panamá erigen un monumento a los 8.000 paisanos que construyeron el canal

La aportación de los gallegos fue esencial en la construcción del canal de Panamá. El ingeniero que lo proyectó apreció su capacidad cuando trabajaban en las vías del ferrocarril en Cuba. Por eso, se llevó a 500 gallegos de Cuba para el inicio de unas obras que se prolongaron diez años y a las que se sumaron 8.000 llegados de Galicia. De recordar su gesta se ocupa la Fundación Nosa Terra, que impulsa la colocación, a la entrada del canal, de un monumento en su memoria.
Los gallegos en Panamá erigen un monumento a los 8.000 paisanos que construyeron el canal
O presidente da Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acompañado polo secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, recibe a representantes da Fundación A Nosa Terra (Panamá), no seu despacho de Monte Pío. Santiago de Compostela, 14/9/2021.
Ricardo Gago entrega un obsequio a Alberto Núñez Feijóo en el encuentro que mantuvieron recientemente.

La aportación de los gallegos fue esencial en la construcción del canal de Panamá. El ingeniero que lo proyectó apreció su capacidad cuando trabajaban en las vías del ferrocarril en Cuba y llegó a afirmar que un obrero gallego valía por tres de los otros. Por eso, se llevó a 500 gallegos de Cuba para el inicio de unas obras que se prolongaron diez años y a las que se sumaron alrededor de 8.000 llegados de Galicia. De recordar su gesta se ocupa la Fundación Nosa Terra, presidida por Ricardo Gago, que impulsa la colocación en la Calzada de Amador, a la entrada del canal, de un monumento en su memoria.

80 kilómetros separan los Océanos Atlántico y Pacífico a la altura de Panamá. Una distancia como de Vigo a Ourense que en otro tiempo obligaba a la navegación a dar la vuelta al Cono Sur americano –por el temido Cabo de Hornos– para pasar de un espacio marítimo a otro. 

Ya en el siglo XVI, el emperador Carlos I apreció el ahorro en tiempo y dinero que supondría abrir un canal que conectara las aguas del Atlántico con las del Pacífico. Pero no fue hasta principios del siglo XX, con Roosevelt como presidente, cuando Estados Unidos pudo materializar una idea de la que Francia había cogido el testigo y acometer la construcción del canal de Panamá, considerada la mayor obra de ingeniería de ese siglo, en la que se invirtieron 10 años de trabajo.

En él se ocuparon alrededor de 57.000 obreros de 29 países, según los datos que maneja Ricardo Gago –presidente de la Fundación Nosa Terra–, de los cuales, algo más de 12.000 eran españoles y 8.422, naturales de Galicia, que se convirtieron en los más apreciados. 

En memoria de todos ellos, el presidente de la Fundación Nosa Terra dio a conocer el martes de esta semana al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, su proyecto de construir un monumento que recuerde la labor desarrollada por estos hombres que, entre 1904 y 1914, a base de pan con chorizo, fueron el principal pilar para la construcción de tamaña obra de ingeniería.

Los primeros en llegar, unos 500, fueron reclutados de Cuba por el ingeniero John Stevens que los había visto trabajar en las obras del ferrocarril en la isla caribeña y apreciaba en gran medida su capacidad de esfuerzo, hasta el punto que llegó a decir que “cada trabajador gallego valía por tres”, según relata Gago. Los restantes llegaron después de una campaña por ferias y por las inmediaciones de las iglesias en las que los días de culto se trataba de convencer a los gallegos de la “belleza” de trasladarse a trabajar a las obras del canal de Panamá. Se les ganaba convenciéndolos de que allí podrían disfrutar de “buena comida, vivienda y buen salario”, comenta Gago, pero nada se decía de las incomodidades de un país en plena selva tropical, lluvioso, con mucha humedad y donde el acoso de los mosquitos suponía un agravante a las adversas condiciones climáticas.

Por su valía, los obreros gallegos cobraban más que el resto, y mucho de ese dinero llegaba a Galicia de forma “clandestina” a través de Portugal. Pero muchos perecieron en tan ardua empresa, mientras que otros, una vez finalizado el canal, decidieron trasladarse a Brasil, Costa Rica, Colombia o a la parte oriental de Panamá.



Una escultura de Gonzalo Sánchez Mendizábal para la Calzada de Amador

El monumento que los gallegos en Panamá erigirán en honor a los paisanos que participaron en la construcción del canal fue encargado por la Fundación Nosa Terra al escultor Gonzalo Sánchez Mendizábal, un español nacido en América Latina, residente en la actualidad en España y casado con una gallega. Según el presidente de la Fundación, Ricardo Gago, Sánchez Mendizábal realizó un estudio sobre aspectos que le sirvieran de referencia para realizar la escultura y halló algunos rasgos interesantes: la estatura de los gallegos de aquel entonces rondaba entre 1,60 y 1,65 metros y la vestimenta que utilizaban para trabajar era la que llevaban de España, no se les proporcionaba ropa para la ocasión. 

Sobre la base de estos y otros detalles, el escultor se propone realizar un monumento de bronce en el que aparecen cuatro hombres que representan a las cuatro provincias gallegas, que irá colocado sobre una plataforma también del mismo material. Se instalará sobre una estructura de granito típico de Galicia que se va a situar a la entrada del canal, en la Calzada de Amador, una vía que conecta la parte continental de la ciudad de Panamá con tres islas del Pacífico.

Para la parte explicativa de la gesta, así como del significado del monumento, se pensó en construir un hórreo –elemento típico de la Galicia rural, usado antiguamente para almacenar el grano–, lo que añade un elemento identitario más a la iniciativa.

El presidente de la Xunta, a quien Gago mostró una maqueta del proyecto, “quedó sorprendido” de que se lleve a cabo por parte de los gallegos en Panamá este reconocimiento a sus más de 8.000 paisanos que trabajaron en las obras del canal y el monumento le pareció “espectacular”, asegura. Le llamó la atención, dice, el hecho de que cuatro hombres representen a las cuatro provincias gallegas, así como que se utilice piedra gallega para la base de la pieza escultórica.

Al encuentro asistieron también el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, y el historiador panameño de raíces gallegas Francisco Sieiro, quien, junto con Carolina García, es autor del libro ‘Galicia en Panamá. Historia de una emigración’ con el que éste obsequió al presidente.



La inauguración se prevé para marzo de 2023 y al acto está invitado Núñez Feijóo

La Fundación Nosa Terra, que nació en tiempos de pandemia con el propósito de rendir homenaje a los gallegos que participaron en la construcción del canal de Panamá, baraja marzo de 2023 como la fecha límite para inaugurar el monumento representativo. Su presidente, Ricardo Gago, informó de que al acto está invitado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en representación de “todos los gallegos que viven en el mundo entero”.

Gago, quien todavía conserva parientes en la localidad pontevedresa de Amil, de donde era originario su padre, visita cada dos años Galicia, donde disfruta con el verde del paisaje, así como de enclaves como el que ofrece la villa de Baiona, lo que le sirve, además, para mantener actualizado su negocio de Panamá, en el que se ofrecen productos típicos de la región como la tarta de Santiago, el pulpo, el vino albariño, el queso de tetilla o el agua de Mondariz.