La Secretaría Xeral de Emigración recogió este año 8.300 peticiones, 300 más que en 2020

Galicia responde con las ayudas individuales a las necesidades de los gallegos del exterior más perjudicados por la pandemia

Las personas y familias con menos recursos suelen ser las más perjudicadas ante cualquier situación sobrevenida y la pandemia por coronavirus que acosa a la población mundial desde hace ya más de un año viene a reforzar la idea. Las consecuencias sociales y económicas derivadas del Covid-19 se están dejando sentir en buena parte de los sectores productivos, con el consiguiente empobrecimiento de la población, y en prácticamente todos los países, aunque bien es cierto que de modo desigual, dependiendo de las circunstancias que arrastran cada uno de ellos.

Galicia responde con las ayudas individuales a las necesidades de los gallegos del exterior más perjudicados por la pandemia
Sergio Toledo-Habana 2016
Sergio Toledo, presidente de la Federación de Sociedades Gallegas en Cuba, se dirige a las autoridades gallegas en un acto celebrado en La Habana en 2016, con motivo del Pleno del Consello de Comunidades Galegas.

Las personas y familias con menos recursos suelen ser las más perjudicadas ante cualquier situación sobrevenida y la pandemia por coronavirus que acosa a la población mundial desde hace ya más de un año viene a reforzar la idea. Las consecuencias sociales y económicas derivadas del Covid-19 se están dejando sentir en buena parte de los sectores productivos, con el consiguiente empobrecimiento de la población, y en prácticamente todos los países, aunque bien es cierto que de modo desigual, dependiendo de las circunstancias que arrastran cada uno de ellos.

La región latinoamericana está resultando de las más castigadas por la lacra que deja este virus, que ha venido a escarbar en la herida abierta de una población especialmente castigada por frecuentes crisis económicas, como las que se detectan en Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil o Cuba, donde el Gobierno gallego, a través de la Secretaría Xeral de Emigración, pone mayor énfasis a la hora de aplicar políticas encaminadas a paliar, en la medida de lo posible, el daño que el contexto actual inflige a la colectividad gallega en esos países.

Dentro del Cono Sur americano, Brasil, el segundo país del mundo que más gallegos acoge en su territorio, es el que de un modo más alarmante acusa las consecuencias del coronavirus. Con una población que sobrepasa los 200 millones de habitantes, en Brasil se han destapado por encima de los 14 millones de infectados, un dato sólo superado por India –uno de los países más poblados del mundo (tiene más de 1.300 millones de personas)– que, en proporción, ofrece cifras solo ligeramente superiores (17 millones de infectados), y por Estados Unidos que, lejos de duplicar en número a la población brasileña (328 millones), contabiliza más del doble de afectados (32 millones).

Las cifras contrastan con las que presenta México que, pese al elevado número de población (127,7 millones), registra algo más de 2,4 millones de personas aquejadas por el virus. Argentina, el país con mayor presencia de gallegos emigrados, reconoce hasta la fecha más de 2,8 millones de infectados para una población de casi 45 millones de personas. Otros ‘nichos’ de fuerte presencia gallega lo constituyen Venezuela, que notifica más de 191.000 casos para 28,5 millones de habitantes; Uruguay, 184.865 (3,4 millones) y Cuba, que supera los cien mil entre una población de 11,3 millones de ciudadanos.

Es precisamente desde este país caribeño desde donde procede la mayor demanda de ayuda exterior a Galicia para cubrir las necesidades básicas diarias, a juzgar por los datos de que dispone la Secretaría Xeral de Emigración que, este año, en el plazo abierto para reclamar las ayudas individuales por situación de precariedad económica, recibió 5.800 demandas procedentes de Cuba del total de 8.300 contabilizadas, 300 más que el año pasado. Le siguen Venezuela, con 1.842 (1.446); Argentina, con casi 400; y Uruguay, que alcanzó las 147 peticiones enviadas.

El departamento que dirige Antonio Rodríguez Miranda dispone en 2021 de un presupuesto de 2.750.000 euros para hacer frente a las situaciones de precariedad económica extrema que padecen los gallegos que residen en países en permanente crisis, después de que el pasado ejercicio se incrementara en 150.000 euros la partida destinada a este fin, que se ha visto consolidada en 2021. El motivo: contribuir en mayor medida si cabe a suavizar los efectos de la pandemia en estos sectores de población ya de por sí desfavorecidos, entre los que se encuentran los asentados en Argentina, Brasil, Uruguay y Cuba. En su caso, se verán reforzadas las ayudas que perciben los más necesitados de manera habitual, dado el agravamiento de su situación personal y familiar a causa de la pandemia.

Programa de ayudas individuales

El Programa de ayudas económicas individuales para residentes en el exterior se enmarca dentro de las políticas solidarias de carácter social y humanitario que viene desarrollando el Gobierno autonómico con los gallegos más necesitados del exterior a los que se concede todos los años con carácter extraordinario y no periódico una cuantía determinada para cubrir sus necesidades básicas de subsistencia y atención sanitaria.

Están pensadas para los supuestos en los que se den situaciones de precariedad en la unidad familiar; de dependencia o enfermedad grave de la persona solicitante o en la familia; por invalidez o enfermedad permanente; para la cobertura de medicamentos y tratamientos de enfermedades crónicas o graves, cuando estas tengan un coste elevado; para las mujeres que sufran violencia de género; por desempleo, o por situación de necesidad en el seno familiar.

Se pueden beneficiar de las mismas los emigrantes gallegos y sus hijos mayores de 18 años que posean la condición de gallego, así como los nietos con 18 años cumplidos que acrediten un año de residencia continuada en Galicia. Podrán beneficiarse también por una única vez el cónyuge, viudo, pareja de hecho o hijos de un beneficiario fallecido cuando no hayan transcurrido más de quince meses desde la muerte de este.

Como requisitos, se exige estar incluidos como residentes en el Registro de Matrícula Consular en un país del extranjero; carecer de rentas, ingresos o patrimonio suficientes y no pertenecer a organizaciones que, por sus reglas, estén obligados a prestarles asistencia.

Las solicitudes se presentarán preferiblemente por vía electrónica (https://sede. xunta.gal) y en el caso de aquellos que no posean certificado electrónico, tienen a su disposición personas habilitadas al efecto en las entidades colaboradoras para realizar el trámite. En Venezuela, se pueden dirigir a la Hermandad Gallega de Venezuela, en Caracas; en Brasil, a la Peña Galega de Casa de España de Río de Janeiro; la Sociedade Hispano-Brasileira de Socorros Mutuos e Instrucción de São Paulo y a la Sociedade de Socorros Mutuos e Beneficencia Rosalía de Castro de Santos. Por lo que respecta a Cuba, la entidad de referencia para cubrir la solicitud es la Federación de Sociedades Gallegas en La Habana. También se pueden dirigir a las delegaciones de la Xunta en Buenos Aires y Montevideo y a la propia Secretaría Xeral de Emigración.

Ayudas a Brasil

En Brasil, la pandemia está castigando con fuerza a los integrantes de la colectividad gallega que ya vivían en situación precaria, según reconoce el presidente de la Sociedade Rosalía de Castro de Santos, Casto Vieitez. Silvio Martínez Claro, director administrativo de la misma, confirma que la entidad gestionó en el plazo establecido para realizar la solicitud de la ayuda (entre el 1 de febrero y el 22 de marzo) un total de 15 demandas, de las cuales, la Xunta aceptó 11. Martínez Claro considera estas ayudas muy importantes para un determinado sector de la población de origen gallega en Santos, ya que, debido a la pandemia, “estamos con muchos problemas”. “Solo tienen derecho aquellos que más lo necesitan”, recuerda, pero “ayudan a muchas personas” que las solicitan “para sobrevivir”.

Asimismo, pone el acento en el conjunto de programas de ayudas que contempla la Xunta que contrapone a los recortes por parte del Gobierno central para instituciones como esta, en la que se integra, que realizan una importante labor social y que, en situaciones como la actual, necesitan dinero para amortiguar los problemas de la colectividad. La colaboración de la Secretaría Xeral de Emigración con esta entidad quedó de manifiesto recientemente con la aportación de 15.000 euros para prestar atención socio-sanitaria a los gallegos residentes en esa ciudad brasileña.

La Secretaría Xeral de Emigración lleva años colaborando con esta sociedad, ya que considera necesario contribuir a la prestación de asistencia a los gallegos residentes en Brasil y que estén pasando dificultades vitales, “especialmente en el caso de los más mayores, un colectivo ya de por sí vulnerable y que en esta pandemia está siendo el más afectado”, explicó Rodríguez Miranda, el pasado día 23, tras celebrar un encuentro por videoconferencia con el presidente Vieitez. “Nuestro interés radica en la pretensión de mejorar su salud, su bienestar social y su calidad de vida”, dijo, en alusión a los mayores, ya que, “somos conscientes” de lo que representan “para los mayores este tipo de instituciones por la situación vivida por el virus de la Covid-19, que obliga a este tipo de entidades a llevar a cabo diferentes acciones de prevención”, añadió el secretario xeral.

La Sociedad de Beneficencia Rosalía de Castro de Santos es una entidad sin ánimo de lucro, que cuenta actualmente con más de cien socios gallegos emigrantes. Es la única entidad gallega asistencial en esta ciudad y desarrolla una importante política socio-asistencial orientada a mejorar la asistencia médica de las personas de la tercera edad necesitadas pertenecientes a la colectividad gallega, atendiendo de manera cotidiana a más de unas 20 personas. 

En sus instalaciones, ofrece servicios de odontología, oftalmología, psicología, y dispone de una trabajadora social que proporciona a este colectivo actividades sociales, de esparcimiento, cultural y recreativo. 

Ayudas a Cuba

Derivado del contexto político que vive el país y agravada la situación por la actual crisis sanitaria, la población gallega en Cuba aguarda con impaciencia las ayudas individuales que el departamento de Emigración de la Xunta les envía para hacer frente a sus necesidades más perentorias, lo que se pudo hacer efectivo la pasada semana, según confirma el presidente de la Federación de Sociedades Gallegas en La Habana, Sergio Toledo, quien alude a las dificultades que se presentaron este año para hacerles llegar a los beneficiarios las cuantías.

Debido a la pandemia, cada vez son más los gallegos que solicitan la ayuda de la Xunta. Este año se incrementó la cifra en 400 personas, asegura Toledo. Los beneficiarios reciben entre 300 y 200 euros, dependiendo de las circunstancias de cada cual y esas cantidades, que venían siendo elevadas para la isla caribeña, ahora ya no lo son tanto, debido a que, por la pandemia, los precios de los productos de primera necesidad se han incrementado de manera considerable, lo que exige una mejor administración de la ayuda. “Todo está carísimo” en Cuba, comenta el presidente de la Federación, quien asegura que “este año fue tremendo llegar con las ayudas” a los destinatarios, porque “todas las provincias están confinadas”. Los últimos en recibirlas fueron los 63 beneficiarios de Pinar del Río, a donde pudieron llegar pidiendo autorización.

La crisis del coronavirus ha venido pues a agravar la situación en Cuba, donde el turismo es la principal fuente de ingresos del país. Las restricciones aéreas han supuesto un fuerte varapalo a las arcas de ese Estado que, pese a tener abiertas ya sus fronteras –La Habana, por ejemplo, empezó a recibir turistas el pasado 15 de noviembre–, experimenta una bajada más que considerable del número de turistas que la visitan. Aunque Cuba está abierta a viajeros de casi todos los países del mundo, predominan los procedentes de Rusia, dice Sergio Toledo, que actualmente pueden recalar también en otras zonas como Varadero, Cayo Largo, Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Santa María y Cayo Cruz.

Son estos turistas y los cubanos que salen al exterior y regresan al país los que contribuyen a expandir el virus por la isla, añade el presidente de la Federación, para quien, la solución, está en la vacuna.

Actualmente están ya vacunados en la isla los facultativos y se va a empezar también a inocular a la población, que recibirán su propia vacuna, ‘Soberana’ –de los laboratorios BioCuba Farma–, que se suministra en tres dosis cada 21 días. Junto con ‘Soberana’, aguardan también la distribución de otra vacuna preparada en la isla, ‘Abdala’, del mismo laboratorio, que ya se aplicó en 48.000 voluntarios de Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma.

Cuantía de las ayudas individuales

La cuantía de las ayudas individuales para las personas beneficiarias de países que tengan firmados convenios en materia de seguridad social con el Estado español está limitada con una cuota inferior a 350 euros y una cuota superior a 900 euros. No obstante, si el número de solicitudes admitidas es tal que la cuantía individual por ayuda resultase inferior a 350 euros, se deniegan aquellas solicitudes correspondientes a las personas de menor edad hasta conseguir el mínimo de 350 euros.

Para las personas beneficiarias de los países que no tengan firmados convenios en materia de seguridad social con el Estado español, la cuantía de la ayuda está limitada con una cuota inferior a 150 euros y una cuota superior a 350 euros. En este caso, si el número de solicitudes admitidas en este supuesto es tal que la cuantía individual por ayuda resulta inferior a 150 euros, se deniegan aquellas solicitudes correspondientes a las personas de menor edad que solicitaran la ayuda por encontrarse la unidad familiar en situación de precariedad hasta conseguir dicho mínimo de 150 euros.

Para la concesión de tales ayudas se establecen unos criterios de valoración dependiendo del apartado por el cual se solicite la subvención. Tienen que ver con el grado de dependencia, los ingresos económicos y de patrimonio, la edad, el grado de autonomía o los gastos farmacéuticos, entre otros.