Espacio habitado por carballos, robles, naranjos y olivos, águilas, jabalíes y truchas

Espacio habitado por carballos, robles, naranjos y olivos, águilas, jabalíes y truchas

Monasterios, iglesias y conventos se confunden con el paisaje de la Ribeira Sacra, caracterizado por una amplia variedad de vegetación, en la que dominan los castaños, robles, tojos, brezos y retamas propios de un clima atlántico. En el Cañón del Sil, y debido a un microclima especial se pueden encontrar variedades típicas del clima mediterráneo, como alcornoques, madroños, encinas, naranjos y olivos, jara y lavanda.
Plantas medicinales y aromáticas, como orégano silvestre, y bayas silvestres, como moras, arándanos y escaramujos completan la vegetación de unos bosques en los que la fauna juega igualmente un papel excepcional. En la Ribeira Sacra se ocultan jabalíes, corzos, zorros y conejos y, según los estudios, hay más de 160 vertebrados diferentes.
Las aves, en particular las rapaces, rompen de cuando en vez la calma de un lugar silencioso al levantar el vuelo. Águila real, ratonera y pescadora son las más comunes, a las que hay que sumar el milano negro, el halcón peregrino, la golondrina dáurica, las cigüeñas y los cormoranes, y en la época de frío, las garzas y los patos que se dirigen a los Cañones del Sil a pasar el invierno.
La fauna acuática de los ríos Miño y Sil se compone de truchas, ‘black bass’, carpas y nutrias.
Pararse a contemplar la riqueza de fauna y flora de la Ribeira Sacra es una práctica cada vez más habitual, pero su conservación lleva implícita una protección que comenzará a recibir una vez se inicie el expediente para conseguir que sea declarada Bien de Interés Cultural. 
Feijóo insistió en que el de la Ribeira Sacra es uno de los expedientes más complejos y difíciles de declaración BIC, por incluir dos provincias y más de veinte ayuntamientos, así como patrimonio natural como los cañones del Sil o los socalcos de los viñedos y una de las mayores concentraciones de arte sacro de Europa. Es por eso que el presidente solicitó la “máxima responsabilidad por parte de las administraciones públicas que están relacionadas con esta declaración BIC y con la posterior de la Unesco”.