EL PROFESOR CORUñéS, QUE TRABAJA EN OXFORD, ES ESPECIALISTA EN LA OBRA DE ROSALíA

Diego Pardo afirma en la Casa de Galicia en Madrid que “Rosalía fue una escritora revolucionaria”

“Rosalía fue una escritora revolucionaria. Postulaba por la soltería femenina como solución frente a la sumisión del matrimonio convencional”, dijo como ejemplo, en la Casa de Galicia en Madrid, Diego Pardo, doctor en Filología gallego-portuguesa que trabaja en el John Rutherford Centre de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y en la Universidad de A Coruña, en la conferencia que pronunció este lunes sobre la insigne poeta.

Diego Pardo afirma en la Casa de Galicia en Madrid que “Rosalía fue una escritora revolucionaria”
Más de medio centenar de personas acudieron a la Casa para escuchar a Diego Pardo, en la imagen con José Ramón Ónega
José Ramón Ónega presentó al especialista en la obra de Rosalía de Castro Diego Pardo.

“Rosalía fue una escritora revolucionaria. Postulaba por la soltería femenina como solución frente a la sumisión del matrimonio convencional”, dijo como ejemplo, en la Casa de Galicia en Madrid, Diego Pardo, doctor en Filología gallego-portuguesa que trabaja en el John Rutherford Centre de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y en la Universidad de A Coruña, en la conferencia que pronunció este lunes sobre la insigne poeta.

El acto estuvo presidido por el delegado de la Xunta en Madrid y director de la Casa, José Ramón Ónega, quien destacó en su intervención la sólida formación del joven conferenciante especializado en la figura de Rosalía, sobre la que ha publicado dos libros, así como numerosos artículos en diversas revistas especializadas.

En la conferencia, Pardo realizó un amplio recorrido por la vida y la obra de la autora centrándose en los aspectos más rompedores, como la emancipación de la mujer y sus propuestas igualitarias, la defensa del idioma, la denuncia sobre las desigualdades o sus intervenciones políticas.

El ponente tuvo como punto de partida la revisión de algunos de los episodios más interesantes y controvertidos del periplo vital de la escritora, incluida su estancia en Madrid, desde abril de 1856, donde contrajo matrimonio con el historiador Manuel Murguía, en la iglesia de San Ildefonso.

A través de este recorrido realizó “una reconstrucción de la biografía rosaliana con mínimas garantías de veracidad y lejana de tergiversaciones interesadas, que infelizmente han sido tan habituales”, dijo.

Por otra parte, señaló que Rosalía no fue ajena a los innumerables textos que desde mediados del siglo XIX advertían a la mujer de que su papel en la sociedad debía limitarse al ámbito doméstico a través del matrimonio. También explicó que la presencia de este género de argumentaciones, además, se incrementó notablemente en este período, “con toda la probabilidad a modo de respuesta a las pretensiones emancipistas ante la presencia de artículos protofeministas en publicaciones periódicas”.

Rosalía de Castro vive y conoce las consecuencias de un sistema legal que desampara enormemente la mujer, y por esto participa en la polémica que surge en el último tercio del siglo XIX alrededor de la publicación de la Ley de matrimonio civil, dentro del debate sobre la identidad femenina y su papel en la sociedad. “La escritora traslada la reflexión sobre el matrimonio a su obra, en que está presente el discurso feminista que pretende dinamitar la ideología patriarcal dominante, postulando la soltería femenina como solución frente a la degradación y sumisión que el matrimonio comporta para las mujeres”.

De entre las diversas proyecciones del debate identitario derivadas del estudio legislativo, parece especialmente relevante la que atañe a la dote y los derechos de publicación. Pardo considera que “el artículo 52 de la Ley de matrimonio civil de 1870 constituye una prueba de peso que obliga a reconsiderar la visión crítica tradicional de una Rosalía reticente a dar a la imprenta sus trabajos, concluyendo que fue artífice e inductora de la publicación de ‘Cantares gallegos’. Sin duda, este papel resulta mucho más coherente para con las denuncias que encontramos en su obra, y, aun, coincide con la atención que en la poeta despierta el proceso canonizador de su producción”.