MUCHOS DE LOS PARTICIPANTES LLEVABAN UNOS 40 AñOS SIN REGRESAR A SU TIERRA

Se cumplen cincuenta años de la peregrinación de la Casa de Galicia de Buenos Aires a Santiago

Con el paso de los años los quince días en barco se convirtieron en quince horas en avión, pero la emoción por volver a la tierra y el reencuentro con los seres queridos era la misma antes que ahora como queda claro en la noticia que hace 50 años publicaba el ‘Faro de Vigo’ y en la que se recogía la llegada a Vigo de 81 miembros de la Casa de Galicia de Buenos Aires para peregrinar a Santiago con motivo del Año Santo Compostelano de 1965.

Se cumplen cincuenta años de la peregrinación de la Casa de Galicia de Buenos Aires a Santiago
Manuel Eiranovo
El actual presidente de la entidad, Manuel Eiranovo, durante la celebración del 78 aniversario de la entidad.

Con el paso de los años los quince días en barco se convirtieron en quince horas en avión, pero la emoción por volver a la tierra y el reencuentro con los seres queridos era la misma antes que ahora como queda claro en la noticia que hace 50 años publicaba el ‘Faro de Vigo’ y en la que se recogía la llegada a Vigo de 81 miembros de la Casa de Galicia de Buenos Aires para peregrinar a Santiago con motivo del Año Santo Compostelano de 1965.

Hace 50 años el puerto de Vigo acogió las escenas de abrazos y emoción del reencuentro tras años de ausencia que ahora recogen los diferentes aeropuertos de Galicia.

La expedición llegó al puerto de Vigo el 6 de marzo de hace 50 años a bordo del ‘Libertad’. La crónica de Juan Ramón Díaz relata los problemas que tuvieron los emigrantes que regresaban a su tierra y que tuvieron que sufrir varias huelgas de la tripulación durante la travesía desde Buenos Aires. La última fue ya en Vigo y ocasionó problemas y retrasos en el desembarco de los pasajeros que, al final, tuvieron que ser llevados en vapor de pasaje desde el trasatlántico al puerto.

Agustín Blanco Portela, que había sido presidente de la Casa de Galicia entre 1947 y 1949, era el responsable del grupo y explicaba que en su anterior viaje a España en 1911 también había tenido que desembarcar en bote, “lo que pasa es que entonces no atracaban los barcos”, explica a Faro este dirigente, que por aquel entonces tenía 72 años y quería agradecer lo bien que lo habían tratado las otras veces que había estado en España.

El primero en pisar tierra gallega fue Ovidio González, quien explicaba a ese diario que era de la localidad ourensana de Trasariz y que se había embarcado a América en 1923. “Nunca abandoné aquel continente. Hoy, con gran alegría, vuelvo a mi patria. Tengo 67 años, muchos ¿verdad?. Pero no importa, aquí estoy de nuevo”, relató en aquel momento.

La crónica también recoge la emoción de muchos de los emigrantes por regresar a su tierra, ya que algunos no lo hacían desde hacía muchos años como Alejandría Requejo, que a sus casi 62 años hacía 39 que no iba a su tierra natal, Sanxenxo; o Gerardo Bande y su esposa, María Concepción, de 63 y 49 años, respectivamente. Él había nacido en Sarria y se fue a Argentina a intentar labrarse un porvenir y allí se casó e hizo una vida. Desde entonces no había podido regresar.

Pero la expedición de hace 50 años no estaba compuesta sólo por gallegos. La crónica recoge la presencia de Miguel Rueda, un burgalés que “no aparenta los 71 años que tiene” y que tenía previsto recorrer Navarra, donde tenía diversos familiares, y la de José Tomás Barro, un asturiano que viajaba con su mujer también de Villaviciosa. “Soy asturiano pero es lo mismo que si fuera gallego”, explicó, a la vez que reconocía estar muy “emocionado” por volver a su tierra tras 37 años de estancia continuada en Argentina.

Al igual que ahora, el colectivo de emigrantes fue recibido por las autoridades políticas. En aquel momento, les esperaba López Merino, delegado provincial de Información y Turismo; Espinosa Feijoo, en representación del alcalde de la ciudad; Maximino Raimundo Rey, presidente de la Casa de Galicia en Buenos Aires; y representantes de diferentes organismos, entre ellos el Instituto Español de Emigración.

Un centro octogenario

La Casa de Galicia de Buenos Aires cumplió, el pasado mes de octubre, 81 años y sigue evolucionando. En esta celebración, su actual presidente, Manuel Eiranova, explicaba que tuvieron que llevar a cabo obras en la casa porque “ya tiene sus años” y además tuvieron que adaptarse a la normativa para los edificios públicos. En los últimos años pusieron un ascensor “de última generación” y renovaron la planta baja y el local del segundo piso que hace dos años vuelve a funcionar.

No hay un acuerdo sobre la fecha de fundación de la entidad que muchos sitúan en 1933, aunque anteriormente y junto con una entidad asturiana, alquilaban un local en calle Callao, de la Ciudad de Buenos Aires. Otros, no obstante, toman como referencia al 10 de enero de 1943, fecha en la que la institución obtuvo la personería jurídica y por lo tanto su reconocimiento oficial.

Sus primeros socios fueron: Francisco Araujo, Alfredo Ruiz Baleato y la familia de don Ramón Mourente, entre otros. Siempre estuvo su sede en calle San José 224. En sus comienzos, alquilando, y luego con ayuda del Gobierno de España y con un préstamo pudieron comprar la propiedad.

En una de las últimas celebraciones, su actual presidente, Manuel Eiranova, recordó que fueron muchos los directivos que dejaron su huella en esta institución, aunque valoró muy especialmente la trayectoria de Maximino Rey (casi 20 años al frente de la casa), Ramón Mourente, Braulio Díaz Sal y Ramón Berdullas Martínez.