Organizado por la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina

Cerca de un centenar de personas asistieron en Buenos Aires al homenaje que se rinde anualmente al galleguista Castelao

Cerca de un centenar de personas asistieron este sábado al homenaje que rinde anualmente la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina (FAGRA) al histórico político galleguista Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (Rianxo, 1886-Buenos Aires, 1950) en la céntrica plaza de Buenos Aires que lleva su nombre. El sonido de las gaitas marcó el inicio del acto, cuando decenas de músicos de la colectividad gallega interpretaron el himno oficial de Galicia

Cerca de un centenar de personas asistieron en Buenos Aires al homenaje que se rinde anualmente al galleguista Castelao
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Martínez Duro colocó la tradicional ofrenda floral junto a Horacio Saltarelli.

Cerca de un centenar de personas asistieron este sábado al homenaje que rinde anualmente la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina (FAGRA) al histórico político galleguista Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (Rianxo, 1886-Buenos Aires, 1950) en la céntrica plaza de Buenos Aires que lleva su nombre.

El sonido de las gaitas marcó el inicio del acto pasadas las seis y media de la tarde, cuando decenas de músicos de la colectividad gallega interpretaron el himno oficial de Galicia mientras banderas galaicas, argentinas y la tricolor española ondeaban bajo el intenso sol del verano porteño.

Seguidamente, el presidente de la Federación, Diego Martínez Duro, tomó la palabra y agradeció la importante concurrencia a esta cita ya imprescindible del calendario argentino para honrar al insigne político, dibujante y escritor rianxeiro a 69 años de su fallecimiento. Asimismo, Martínez Duro señaló que ya es hora de dejar de “traicionar” los deseos y principios que Castelao defendió en vida. “Hace 69 años Castelao moría aquí en Buenos Aires. Algunos que no pensaban como él se lo llevaron (a Galicia). Algunos que decían que pensaban como él dieron el visto bueno para llevárselo, aunque él (Castelao) solo quería volver a Galicia cuando esta sea realmente libre y creo que es hora de no volver a traicionarlo más”, aseveró el titular de la FAGRA. Se refería a la polémica surgida en 1984, cuando los restos mortales de Castelao fueron trasladados desde el panteón del Centro Gallego de Buenos Aires, donde falleció el 7 de enero de 1950, al Panteón de Gallegos Ilustres, situado en la iglesia de Santo Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela. Así como a las recientes reinterpretaciones realizadas por dirigentes políticos gallegos de la vida y obra del rianxeiro.

El presidente de la Federación remarcó además que en un tiempo en que “se está discutiendo mucho en Galicia sobre el patrimonio cultural” creado por los gallegos en el exterior, especialmente en Argentina, es importante “demostrarles que esta colectividad está viva” y “que tiene mucho músculo” todavía. “Tenemos mucho que decir, mucho por seguir produciendo y mucho por demostrar a la Galicia territorial de toda la cultura que nosotros (los emigrantes) hemos generado y todo lo que se ha aportado durante más de 100 años a escuelas y otras instituciones de Galicia”, explicó. “Somos gallegos nacidos fuera de Galicia, otros nacidos en Galicia pero que llevan 60 o 70 años aquí y han formado una cultura gallega particular. La han traído y la han mejorado, le han dado el toque particular del argentino de Buenos Aires”, concluyó el dirigente.

Acto seguido, y acompañado del presidente de la Asociación Tuy Salceda de Buenos Aires, Horacio Saltarelli, Martínez Duro colocó la tradicional ofrenda floral tricolor a los pies del busto que Castelao tiene a escasos metros de la avenida 9 de Julio de Buenos Aires.

Este homenaje de la “Galicia ideal” a su “guieiro” Castelao, considerado el padre del nacionalismo gallego, fue creciendo considerablemente durante los últimos años. En esta edición contó además con una nutrida participación de directivos de instituciones como el ABC del Partido de Corcubión, la Asociación Hijos de Zas, la Sociedad Residentes de Salvaterra de Miño o del Centro Gallego de Avellaneda, entre otros.

Una reunión alegre en la que no faltaron las muiñeiras, jotas y pasodobles para que bailaran asistentes y curiosos, y demostrar a la población de la ciudad que la colectividad gallega también exhibe el orgullo por sus raíces fuera de los muros de sus instituciones.