El presidente del Centro Gallego de Barcelona se suma a las voces que piden diálogo para poner fin al conflicto

Carlos Mandianes: “Muchos hijos y nietos de gallegos en Cataluña son independentistas”

La tensión que el proceso independentista está generando en Cataluña invita a la reflexión y lo mejor que se puede hacer para resolver este “problema político” que mantiene “dividida” a la sociedad catalana es “sentarse a negociar”.

Carlos Mandianes: “Muchos hijos y nietos de gallegos en Cataluña son independentistas”
Carlos Mandianes-Villares
Ramón Villares y Carlos Mandianes, durante la visita de este último a Santiago.

La tensión que el proceso independentista está generando en Cataluña invita a la reflexión y lo mejor que se puede hacer para resolver este “problema político” que mantiene “dividida” a la sociedad catalana es “sentarse a negociar”. La petición de diálogo para buscar un marco de convivencia pacífico, que es la que defienden diversos sectores de la sociedad española, así como las instituciones europeas, es también la que propone el presidente del Centro Gallego de Barcelona, Carlos Mandianes, quien, en declaraciones a ‘Galicia en el Mundo’, reconoce la “fractura” que a nivel social se vive en Cataluña y demanda una salida negociada al conflicto.

Mandianes, nacido en Cataluña, pero de origen gallego –sus padres son naturales de Xinzo de Limia (Ourense)–, considera que el independentismo ha calado tan fuerte que la sociedad está dividida. “Los hijos y nietos de gallegos nacidos ya en el territorio catalán son independentistas”, porque en Cataluña el ‘proces’ se “ve como algo positivo” y “se vive como una fiesta”, asegura.

Por eso, “hay que buscar soluciones políticas”, propone. “Ya que los políticos son los garantes y representantes del pueblo, deben ser ellos los que solucionen el problema mediante la política y no mediante la violencia”, defiende, en alusión a la actuación policial del pasado día 1 de octubre, fecha de la convocatoria del referéndum en Cataluña, un referéndum que calificó de “ilegal” y “sin garantías”. De ahí que justifique el envío de los cuerpos de seguridad del Estado a Cataluña para defender la democracia y la Constitución. Sin embargo, se opone a la violencia empleada durante la jornada ‘electoral’. “Eso es condenable”, asegura, al tiempo que criticó el discurso del Rey en la noche del pasado lunes, que dijo: “Llegó tarde y mal”.

Mandianes, ingeniero y economista, reconoce que la reivindicación del independentismo no es un hecho “aislado” en Cataluña y que otros países como Italia, Alemania, Francia y el propio Reino Unido viven bajo la misma amenaza.

En el caso concreto de España, esto “se tiene que tratar de arreglar de la mejor manera posible”, dice, y, a su entender, ésta pasa por unas “elecciones anticipadas en Cataluña”. Porque hay gente que, con el tiempo, “ha cambiado de opinión”, asegura. Además, “hay gente que estos días ha salido a la calle, pero otra que se queda en casa y no tiene manera de expresarse”. De ahí que convocar de nuevo elecciones sería, a su entender, la mejor solución para dar voz al pueblo catalán. Incluso habla de elecciones a nivel estatal si el caso se le va de las manos al Gobierno de Rajoy. Si una vez votado, el resultado es similar, es necesario que se “vuelva a negociar” para salir del atolladero, propone, porque “hay empresas que ya se están yendo de Cataluña y otras que, si se declara la independencia, van a realizar un cambio fiscal de las sociedades”. Además, añade que algunas agencias de calificación están disuadiendo a los inversores de iniciar negocios en la zona en estos momentos. También hizo alusión a las pérdidas en bolsa que están sufriendo estos días entidades bancarias como ‘la Caixa’ o el ‘Sabadell’.

“Si se produce una fuga masiva de empresas, que me digan con qué capital van a pagar los gastos públicos que tienen y con las estructuras que tienen”, se pregunta Mandianes, quien justifica el ‘proces’ como una excusa para “tapar tanto la porquería de un lado como la del otro”. Porque en estos momentos se están dando “noticias importantísimas” como que el Banco de España reconoce que este año va a haber 40.000 millones de euros menos por el rescate a los bancos y nadie está hablando al respecto, asegura. Por eso, “da la sensación de que esto es una cortina de humo”. “Que el día de mañana esto quede en nada… o vaya a más, no lo sé”, apostilla.

El presidente del Centro Gallego de Barcelona contrasta el sentido nacionalista catalán con el gallego y asegura que “es diferente”. “En el gallego, lo que vemos es el sentimiento de tierra”; “las primeras generaciones sienten Galicia y sus tradiciones”, pero “sus hijos son independentistas catalanes”, asegura. Por eso, sería importante promover más los campamentos y jornadas de convivencia en la comunidad de origen de las nuevas generaciones de descendientes de gallegos; Incluso desde las entidades del exterior como la que representa, para conseguir “que se sientan otra vez gallegos”, dice.

Por el contrario, en Cataluña lo que se quiere es la independencia y “se vende como una fiesta; se vive como algo positivo”, asegura. “Lo venden como un destello de luz y la gente lo sigue”, matiza. La parte negativa “no la ven; no se plantea”. Pero, “¿ellos podrán pagar la jubilación de toda la gente? ¿La gente lo valora?”, se pregunta. “Creo que no se lo plantean, sobre todo la gente más joven”, asegura.

Sobre la crítica al referéndum realizada por algunos referentes de la cultura catalana como el cantante y compositor Joan Manuel Serrat, Mandianes asegura que el problema estriba en que “los radicalismos no son racionales, porque viene todo de entraña y sentimiento”. “Deberían reflexionar, pero no es así y se tapa todo con banderas”, dice. “Cuando un símbolo de la libertad como Serrat recibe amenazas, es que algo no va bien; algo falla”, comenta, y añade: “Si ellos piden libertad para expresarse, que se apliquen lo mismo”.

Para Mandianes, lo que está ocurriendo en Cataluña “no tiene sentido”. Su planteamiento personal es que “sumamos más juntos que separados” y “separarse de España y Europa creo que es negativo”, dice. Pero “el tiempo dará razón”, concluye.