El boletín del Centro surgió como nexo de unión con Galicia

En el año 1903, el Centro Gallego de Avellaneda tomó la decisión de editar un Boletín Oficial que saldría el primero de cada mes. Sus principales objetivos fueron los mismos en los que se pensó cuando se concibió la idea de construir la Institución. Según reza el número uno de esa colección, que comenzó en septiembre de 1903, se buscaba “hacer corto, el larguísimo trecho que nos separa de nuestra querida Galicia; conservar su gloriosa tradición; inculcar a los hijos el amor a la terriña de los padres y hacer respetado el nombre gallego en América”.

También se mencionaron como metas primordiales del Boletín instruir, defender, ayudar, fomentar el ahorro, el engrandecimiento de la casa, el amor al trabajo, la sociabilidad, la cultura y la fraternidad con los demás españoles; así como combatir el vicio, la rutina y el olvido de la patria.

La Sociedad se había impuesto como obligación además, estrechar los lazos amistosos que la unían con los socios argentinos y de otras nacionalidades, hacer propaganda y difundir la lectura de las publicaciones gallegas de Buenos Aires y de la patria lejana.

Finalmente, tener a los socios al corriente de los movimientos producidos en el Centro, como así también de su constante progreso, fue otro de los deberes del periódico.