EL NúMERO DE PLAZAS AUMENTA UN 3% Y EL PLAZO DE SOLICITUD TERMINA EL 23 DE MARZO

Los aspirantes a participar en el programa ‘Reencontros na Casa’ 2015 pueden realizar ya la solicitud

Los gallegos residentes en Latinoamérica, mayores de 65 años, que residen en el exterior y aspiren a participar en el programa ‘Reencontros na Casa’ que organiza la Secretaría Xeral de Emigración, podrán realizar su solicitud para visitar su lugar de origen y a su familia una vez que el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó este miércoles, día 11, la resolución pertinente.

Los aspirantes a participar en el programa ‘Reencontros na Casa’ 2015 pueden realizar ya la solicitud
Reencontros na Casa2
Rodríguez Miranda, recibiendo a los participantes en Reencontros de la pasada edición.

Los gallegos residentes en Latinoamérica, mayores de 65 años, que residen en el exterior y aspiren a participar en el programa ‘Reencontros na Casa’ que organiza la Secretaría Xeral de Emigración, podrán realizar su solicitud para visitar su lugar de origen y a su familia una vez que el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó este miércoles, día 11, la resolución pertinente.

A través de este programa se facilita a estos emigrantes la oportunidad de redescubrir sus raíces, y al tiempo les pone en contacto con la realidad actual de Galicia, casi siempre en los mismos lugares en los que nacieron. Para algunos de ellos, es el primer retorno a su tierra de nacimiento, desde que iniciaran su nueva vida en otros países.

El programa establece la concesión de ayudas, por valor del 60 por ciento del coste del pasaje, entre sus países de residencia y Santiago de Compostela, salvo en el caso de “países en los que existan dificultades para acceder a las divisas necesarias para sufragar la parte que debe abonar la persona beneficiaria, debido a dificultades en la política de cambio”. En estos casos, la Administración gallega podrá sufragar hasta el 100% del costo del pasaje.

El papel de la Administración gallega, además de sufragar la parte correspondiente del pasaje, es el de velar por su salud en el traslado, y organizar con las familias el reencuentro. Una vez realizado éste, son las familias las encargadas de la manutención y hospedaje de los beneficiarios de la iniciativa. La duración de la estancia en Galicia no puede prolongarse en ningún caso más allá de los tres meses.

Apuesta por lo social

Las condiciones que se establecen en la edición de este año del programa no varía respecto de años anteriores, pero sí el número de plazas, que aumenta un 3% hasta alcanzar las 200. Se trata de una nueva apuesta del Gobierno gallego por mantener e incrementar, en lo posible, las líneas de actuación social que benefician directamente al ciudadano, de manera que las políticas socio-asistenciales se mantengan en tiempos de dificultad económica para la Administración.

Para beneficiarse del programa, el solicitante debe acreditar tener nacionalidad española y ser emigrante gallego o hijo de emigrante gallego, residir en Iberoamérica, tener por lo menos 65 años, ser válido por sí mismo, y estar en condiciones de realizar un viaje de larga duración, no haber participado en los últimos cinco años naturales en programas de viajes de la Secretaría Xeral de Emigración, tener familiares de hasta cuarto grado de consanguinidad o afinidad con los que puedan residir durante su estancia en Galicia, así como tener ingresos inferiores a tres veces el importe de la pensión asistencial española por ancianidad marcada para el país de residencia (cantidad distinta a la correspondiente en España). Igualmente, pueden beneficiarse los cónyuges de los emigrantes gallegos que cumplan algunos de estos requisitos, según establece la orden reguladora del programa.

Perfil de los participantes

Aunque los participantes deben tener por lo menos 65 años, cabe destacar que la media de la edad del contingente supera siempre con creces esta cifra; así, el pasado año 2014 la media fue de 75 años. El 58 por ciento de ellos participaba por vez primera en la iniciativa, y alguno de ellos no volvió a Galicia desde que decidieran poner rumbo a su nuevo hogar en Iberoamérica. Una de las personas beneficiarias, una gallega residente en Argentina, contaba 95 años de edad.