Asesinan a un hijo de emigrante gallego en Caracas durante el asalto a su taller

Varios atracadores mataron a tiros en el taller eléctrico que regentaba (Taller de Embobinados Galicia) en el barrio de Santa Rosa de Guaicaipuro, en Caracas, a Gilberth Fernández Parra, de 51 años e hijo de un emigrante de Viveiro, provincia de Lugo (Galicia).

Asesinan a un hijo de emigrante gallego en Caracas durante el asalto a su taller

Varios atracadores mataron a tiros en el taller eléctrico que regentaba (Taller de Embobinados Galicia) en el barrio de Santa Rosa de Guaicaipuro, en Caracas, a Gilberth Fernández Parra, de 51 años e hijo de un emigrante de Viveiro, provincia de Lugo (Galicia).
Varios individuos que se hicieron pasar por clientes se presentaron en el taller con un motor para arreglar. Así lograron que les abriesen las puertas del negocio y, una vez en el interior, sacaron las armas y dispararon. Algunos de los empleados vieron a los asesinos, que actuaron a cara descubierta y a las doce del mediodía del sábado 7 de febrero, en el horario de mayor actividad en el taller, que ya había sido atracado en otra ocasión. Parte de los delincuentes entraron y otros se apostaron fuera, y cuando llegaron clientes los hicieron pasar y los retuvieron para robarles sus pertenencias. “Aparentemente falleció a causa de un disparo en el cuello cuando trataba de huir hacia la parte alta del taller”, según una fuente.
El fallecido deja una familia extensa en Viveiro, donde viven sus dos hermanos: Carlos, presidente del Club de Baloncesto Viveiro, y Emilio, profesor del Instituto de Educación Secundaria María Sarmiento, el mismo centro donde Gilberth había cursado sus estudios de Formación Profesional.
Los tres hermanos nacieron en Venezuela, a donde emigró su padre a mediados del siglo pasado y donde tuvo cuatro hijos. Los tres varones regresaron a Viveiro a los cinco años de edad, donde los acogió un tío. Pero en 1982, Gilberth Fernández Parra regresó a Venezuela para quedarse allí y formar una familia. Conservó la nacionalidad española, la misma que tiene el hijo que deja, de 22 años de edad.