Tribuna abierta de Ángel Capellán

Tribuna abierta de Ángel Capellán

Estimados consejeros del CGCEE:
 
Tras de mi breve estancia en Barcelona para la Feria LIBER2012 (feria profesional del libro) y ya en Madrid para estar unos días más antes de volver a NY, me ha pillado de sopetón lo que menos esperaba. Aquí me he encontrado con el triste espectáculo a que asistimos en torno al incidente que ocurrió en la Comisión de Educación durante el reciente Pleno del Consejo General. He de decir que estuve totalmente al margen de todo ello, y fui desconocedor tanto del incidente como de las firmas y declaración que la comisión realizó, algo que no hicieron público y oficial en el Pleno. El uso que José Manuel Castelao hizo de un dicho español que todos conocemos, es a todas las claras ofensivo y vejatorio para cualquier mujer, a la vez que ofensivo a todos los principios del sistema legal español. Es  injustificable y difícilmente comprensible en la persona que todos hemos conocido ya durante los últimos 14 años.
 
Ese dicho es a la vez una expresión de lo peor del machismo español trasnochado y de lo más reprochable de la picaresca española que vive de un desprecio manifiesto a las leyes. Hoy no es necesario decir ni una palabra más sobre la ofensa de este dicho a las mujeres. Sí debemos añadir que lamentablemente el concepto de que las leyes estén para ser violadas, a voluntad, es tristemente prevalente en la sociedad española. Pocos creo que disientan de esta valoración. Muy al contrario.  Las leyes siempre han debido estar para ser respetadas, y quien considere que son injustas o perjudiciales para los legislados, debe trabajar con todo su ahínco para modificarlas y corregirlas. Nada más ni nada menos estamos haciendo en el Consejo, con nuestros esfuerzos denodados para corregir la desastrosa Ley Electoral.
 
Dicho esto, el uso que Castelao hizo de este dicho solo se comprende como una seria ligereza y un desliz ofensivo de una persona con una trayectoria extraordinariamente ejemplar de servicio a toda la emigración española durante varias décadas. Igualmente ofreció un servicio destacadísimo durante casi dos mandatos como Presidente del Consejo (a cuya presidencia fue elegido en el segundo mandato con la inmensa mayoría del voto). En sus mandatos mostró ser un excepcional gestor del Consejo, trabajador infatigable, y conciliador. Muy especialmente demostró su gran capacidad para trabajar con todos los grupos políticos. Y el que escribe debe manifestar que trabajó asiduamente con él en numerosos proyectos a favor de la emigración (entre ellos la recuperación de la Nacionalidad) con gran beneficio para todo el colectivo español. Así pues, el haber usado el lenguaje que conocemos es inaceptable y de todas reprochable, sin que tenga en sí excusa alguna. Es igualmente de lamentar que Castelao no hubiera hecho una clara y abierta declaración el Pleno del Consejo General pidiendo disculpas por un uso doblemente ofensivo a las mujeres y al sistema legislativo español. No dudo que ello podría muy bien haber sido valorado por los miembros del Consejo General como aceptable y suficiente, sin por ello validar en manera alguna la ofensa en sí. Pienso que de haber sido así, las mujeres presentes en el Consejo, las únicas que en esa circunstancia tenían la oportunidad de expresar su sentir, y el resto de los consejeros, podrían muy bien e incluso deberían haber tenido la gallardía de aceptar la excusa  y perdonar la ofensa como es propio de todo caballero y de toda dama.
 
Lamentablemente sería de ilusos ignorar el despreciable uso político que se está haciendo de este incidente. Es algo que huele a revanchismo, a politización y divisiones inexcusables dentro del Consejo General. Se debe igualmente a una triste polarización que en nada ayuda la causa de nuestro colectivo de españoles en el exterior, cuando lo que necesitamos es la fuerza que nos da la unidad de acción y la lucha con un frente común para reivindicar, para reconquistar los derechos electorales fundamentales que el Parlamento Español nos ha vulnerado.
 
Respecto a la decisión de Castelao de dimitir, supongo que será irrevocable y tendremos que hacer frente a la situación que se nos presenta. No dudo que la Dirección General de Migraciones nos instruirá a todos de cómo proceder desde este momento hasta el próximo Pleno.
 
Mientras tanto, tenemos ante nosotros serias responsabilidades ahora. Por mi parte, puedo decir que, como consejero general que lleva catorce años trabajando denodadamente en el Consejo, compartiré con todos las responsabilidades que creo demandan una participación comprometida. Es una seria obligación de todos el superar este grave contratiempo. Debemos buscar cada uno de nosotros el contrarrestar el uso rastrero y partidista que ya se está haciendo y muy probablemente se seguirá haciendo de este incidente. De igual manera, el uso que ciertos medios puedan hacer para presentar una imagen del Consejo asociada con las declaraciones de Castelao sería simplemente vergonzoso. En nuestras manos está mayormente el contrarrestar esa injusticia.
 
Si bien el reportaje que se ha ofrecido en el único periódico que hasta ahora he leído refleja el incidente con bastante exactitud (al menos eso parece a quien, aún estando en el gran auditorio no lo presenció), deja de lado una imperiosa dimensión que se imponía que los medios hubieran ofrecido también. Falta de manera llamativa que se informara a los lectores de las otras dos caras de esta noticia. La imagen presentada no es la del hombre Castelao, en su acción hasta el inicio de este Pleno. Por igual, tampoco lo es en manera alguna, la imagen y valoración que se merece el Consejo General ante nuestro gran colectivo en el exterior o ante los españoles en territorio nacional. Mucho debían tener en cuenta los medios de comunicación, de valorar lo que Castelao ha hecho en el pasado, y más aún, de tomar esta oportunidad para reafirmar la gran labor que lleva haciendo el Consejo General durante veinte años a favor del colectivo de dos millones de españoles en el exterior. El no hacerlo así, sería claramente irresponsable, sesgado, injusto, y perjudicial para cuantos sí buscamos y esperamos soluciones que, más que nadie, puede impulsar el único órgano representativo que lucha denodadamente por sus legítimos intereses.
 
Angel Capellán Gonzalo
Consejero por los EEUU, Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), 1998-2016
Ex-presidente, Consejero del Consejo de Residentes Españoles de NY (CRE), 1997-2015