La tenista venezolano-española Garbiñe Muguruza Blanco sigue jugando mientras decide su nacionalidad deportiva

Garbiñe Muguruza Blanco, nació en Caracas, vive en Barcelona (Catalunya), tiene familia en Euskadi y, ahora que comenzó a saborear el éxito en el tenis, prefiere no pensar de dónde es ni a quién representará.

La tenista venezolano-española Garbiñe Muguruza Blanco sigue jugando mientras decide su nacionalidad deportiva

Garbiñe Muguruza Blanco, nació en Caracas, vive en Barcelona (Catalunya), tiene familia en Euskadi y, ahora que comenzó a saborear el éxito en el tenis, prefiere no pensar de dónde es ni a quién representará.
“De momento no lo tengo nada claro”, admitió la jugadora en una entrevista a la Agencia DPA en Melbourne, donde jugaba en el Abierto de Australia.
A sus 20 años, el tenis le está dando a Muguruza Blanco una nueva oportunidad, porque tras seis meses de ausencia del circuito debido a una lesión –osteocondritis en el tobillo derecho–, el éxito llegó inesperadamente en forma de título, el primero de su carrera, en el torneo de Hobart.
“Se ve que Hobart me hace sentir muy a gusto, porque el año pasado gané allí el dobles. Pero lo más gracioso es que esta vez no iba a ir a Hobart, porque estaba en Auckland jugando cuartos de final y tenía que jugar la clasificación”. “Al final dijimos, con mi entrenador, que iríamos a jugar si hacíamos a tiempo. Me visto de partido, vuelo, llego una hora antes del partido, me llevan al torneo y me pongo a calentar. ‘Haz lo que puedas y poco a poco’, me dijo Alejo –Mancisidor, su entrenador–. Y terminé ganando el torneo. Dicen que cuando a un torneo vas mal y no te lo esperas, es cuando mejor juegas”.
Garbiñe Muguruza sonríe con amplitud. Articulada en su discurso, habla velozmente y con el aplomo de alguien mayor, cualidad que no le viene mal para describir su enmarañada situación en cuanto a nacionalidades.
“No sé la verdad por qué me llaman guipuzcoana”, dice riendo la número 38 del ‘ranking’ mundial. Guipúzcoa (Guipúzkoa) es una de las tres provincias de Euskadi, que incluye a Eibar, una ciudad en la que viven familiares suyos. “Yo realmente siempre estoy en Barcelona (Catalunya), en el País Vasco está la familia de mi padre, pero voy muy poco, realmente no tengo tiempo para ir”, aseguró.
Lo mismo le sucede con Venezuela, el país que dejó a los seis años y en el que viven su padre y sus hermanos. Allí tiene buena relación con María Vento-Kabchi, ex número uno del tenis venezolano. “A Caracas voy de vacaciones”, explica antes de hablar de Venezuela y España, los dos países por los que podría disputar la Copa Fed y los Juegos Olímpicos el día que decida a cuál representar.
“Venezuela es un país donde hay muchos cambios políticos, nunca sabes qué es lo que va a pasar. Hay que tenerlo muy en cuenta”.
La decisión, si llega, no será antes de 2015. Muguruza Blanco asegura que tanto la federación española como la venezolana se portan exquisitamente con ella: “He estado en contacto con las dos y me han respetado muchísimo, no me ponen ninguna presión”.
Pero la tenista es consciente de que cualquier decisión que tome tendrá consecuencias. “Sé que es una decisión difícil y que me voy a crear muchos enemigos”.
La perspectiva de ganarse enemigos nunca es agradable, pero Garbiñe Muguruza ya pasó situaciones más complicadas.
“Estoy muy contenta ahora pensando en todo el tiempo que estuve pasándolo mal en Barcelona y recuperándome. Me operé del tobillo y de la nariz. Estuve un mes sin poder caminar con muletas y sin poder cansarme”.
Durante un mes, Garbiñe Muguruza Blanco jugó al tenis en silla de ruedas. A diferencia de un lisiado real, ella sabía que volvería a caminar sin problemas, pero la experiencia la marcó.


Joven de ideas firmes
“Creo que se compara el tenis femenino con el de chicos... Claro, como no tenemos un Nadal... Pero hay muchas en el top 100, no está tan mal. En España no promueven mucho el tenis femenino, obviamente se fijan más en los chicos”.
Garbiñe Muguruza Blanco nació en Caracas, Venezuela, el 8 de octubre de 1993; hija de Scarlet Blanco y José Antonio Muguruza, es una jugadora de tenis profesional venezolano-española (1,82 m. de altura y 73 kgs. de peso). Empezó a jugar a tenis con solo tres años en compañía de sus hermanos. Se ha formado tenísticamente en la Academia Bruguera de Barcelona, su residencia oficial, bajo la tutela de Alejo Mancisidor, Xavier Budo y otros. Prefiere la superficie dura a otras, juega agresivamente y maneja un muy buen saque.
Su mejor ‘ranking’ individual en la WTA, hasta ahora, ha sido el 38 que alcanzó el 13 de enero de 2014. En dobles ha llegado hasta el puesto 191 (22 de mayo de 2013). En su corta carrera ya ha ganado siete torneos ITF (hasta abril-2012).
Se le concedió una ‘wildcard’ (invitación) en el 2012 Sony Ericsson Open en su primera aparición en un torneo WTA, que aprovechó para eliminar a la cabeza de serie Vera Zvonariova, ex número 2 del mundo, para después eliminar a Flavia Pennetta, ex número 10 del mundo, antes de perder con la que sería campeona, Agnieszka Radwańska.
El 22 de julio de 2012 pierde la final del torneo ITF de Bucarest frente a la española María Teresa Torró Flor.
El 11 de enero de 2014, logró su primer título del circuito WTA al derrotar 6-4 y 6-0 a la checa Klara Zakopalova en la final de Hobart, torneo que la ganadora comenzó en la fase previa y en el que no cedió un solo set. De esta forma, el retorno de Muguruza al circuito tras seis meses de baja por una grave lesión de tobillo fue espectacular. En su reaparición en Auckland solo pudo frenarla Venus Williams en cuartos de final. “No esperaba ganar tantos partidos en mi segundo torneo del año, pero sabía que había trabajado duro”, comentó tras el partido la española. “Cuando estaba en casa pensaba ‘si voy al torneo pelearé al máximo’. Y eso es lo que hice”. Con la victoria, Garbiñe Muguruza se situó entre las 50 mejores del ‘ranking’. “Esto es increíble. Un regalo por todo el esfuerzo que he hecho”, dijo en Hobart.
El gran problema con el que se enfrenta Garbiñe Muguruza Blanco es que su padre y sus dos hermanos, Asier e Igor, viven en Caracas. España le ofrece un mayor proyecto deportivo y Venezuela dinero y estabilidad económica.