Dice que el ejercicio del derecho al voto de los emigrantes se está “gestionando mal”

Margallo revela en el Senado que sólo un 2,3 por ciento de los emigrantes votó en las europeas

Sólo un 2,3 por ciento de los emigrantes españoles con derecho al voto participó en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo, según ha revelado este martes en el Senado el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo.

Margallo revela en el Senado que sólo un 2,3 por ciento de los emigrantes votó en las europeas
García-Margallo.

Sólo un 2,3 por ciento de los emigrantes españoles con derecho al voto participó en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo, según ha revelado este martes en el Senado el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo.

En la sesión de control al Gobierno en el Senado, el ministro señaló que de los 1,7 millones de españoles residentes en el extranjero y con derecho al voto, sólo 80.927 manifestaron su interés en participar en estos comicios, y finalmente votaron 39.531, la mayor parte de ellos por correo, aunque casi 11.000 prefirieron el voto presencial.

Margallo ha aportado estos datos en respuesta a una pregunta del senador de CiU Josep Lluis Cleriés, que se quejó de que sólo 10.796 catalanes residentes en el extranjero votó en estos comicios de un total de 175.000 con derecho al voto. Para el portavoz de CiU, este dato revela que “la democracia española continúa sin garantizar el derecho al voto”.

García-Margallo ha reconocido que el ejercicio del derecho al voto de los emigrantes españoles se está “gestionando mal” como consecuencia de la reforma hecha por el anterior Gobierno socialista y que introdujo el voto rogado, que obliga a los emigrantes a comunicar en un determinado plazo a las oficinas del censo en España su interés en votar. El ministro ha admitido que el voto rogado “dificulta” la participación en las elecciones de los residentes en el extranjero.

Sin embargo, ha defendido las medidas puestas en marcha por su departamento para intentar favorecer en la medida de lo posible la participación en los comicios, como la apertura permanente de las oficinas consulares para facilitar el voto o la firma de acuerdos con servicios postales para garantizar la gratuidad de los envíos.

A pesar de estas explicaciones, Cleriés ha echado en cara al ministro que su departamento gaste “más recursos en desacreditar el proceso catalán que en medidas para garantizar el voto” emigrante. Y ha incidido en que la aspiración catalana a tener su propio Estado independiente “no es cuestión de legalidad ni de Constitución sino de voluntad política”.

El ministro le ha respondido que él tiene “el máximo respeto” por el pueblo catalán, al que por eso mismo “hay que decirle la verdad”. Y esa verdad es que una declaración unilateral de independencia les excluiría “automáticamente” de la UE y de la ONU.