Las “malas condiciones meterológicas” frustraron el festejo al que iba a asistir la presidenta del país

El Hospital Español de La Plata ya está en funcionamiento aunque se suspendió el acto de reinauguración

Luego de numerosos preparativos, marchas y contra marchas, finalmente la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no asistió al acto de reinauguración de obras en el Hospital Español de La Plata, previsto para el viernes 14, al que también iban a concurrir el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes Pascual, y el director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal.

El Hospital Español de La Plata ya está en funcionamiento aunque se suspendió el acto de reinauguración

Luego de numerosos preparativos, marchas y contra marchas, finalmente la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no asistió al acto de reinauguración de obras en el Hospital Español de La Plata, previsto para el viernes 14, al que también iban a concurrir el embajador de España en Argentina, Estanislao de Grandes Pascual, y el director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal.

Según se informó, el acto se suspendió el mismo viernes por “malas condiciones meterológicas”. La mandataria, además, tenía previsto inaugurar las nuevas sedes de las facultades de Humanidades y de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), e iba a recibir dos títulos de doctor ‘honoris causa’ de esa casa de altos estudios, uno para ella y otro correspondiente a su marido, el expresidente Néstor Kirchner.

Aunque ya está funcionando, el viernes se planteaba como un día de celebración y “reinauguración” del Hospital, que el 2 de abril de 2013 sufrió pérdidas enormes como consecuencia de la inundación que afectó a la ciudad rioplatense.

El secretario general del Directorio de la entidad, Juan Carlos Ozón, explicó que, “después de casi un año de preocupación constante, es una alegría inmensa ver el hospital funcionando a pleno y totalmente recuperado”.

Ozón recordó aquel momento: “Nuestros domicilios particulares, nuestras empresas, toda la ciudad sufrió este evento y ver el subsuelo del Hospital totalmente inundado daban ganas de llorar”. “Realmente no sabíamos si íbamos a ser capaces de recuperar el hospital”, explicó. Rápidamente les prestaron grupos electrógenos y bombas para desagotar el subsuelo, donde estaba toda la aparatología moderna y la sala de conexiones eléctricas.

En este sentido, el directivo recordó que se trata de equipos muy costosos que hacía muy poco tiempo que se habían adquirido. “El resonador abierto que se había comprado hacía menos de un año, el tomógrafo que era nuevo y el equipo de hemodinamia que también era nuevo, todo quedó bajo el agua y completamente inservibles; era para llorar”, rememoró.

A partir de allí, vino una etapa de recuperación. Por tratarse de una entidad mutualista, el primero en acudir fue el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), que dispuso el envío de las cooperativas zonales para trabajar en la limpieza del hospital. “Al día siguiente de la inundación, llegaron 70 u 80 personas de las cooperativas de Zárate y Puán que se pusieron a trabajar de inmediato”, apuntó y avanzó: “Las cooperativas hicieron un trabajo enorme y con mucho riesgo para ellos ya que estaba todo mojado, pero consiguieron en poco tiempo ponerlo a funcionar nuevamente”.

Ozón señaló que hubo que cambiar todo, “no se dejó nada ya que por tratarse de una entidad de salud en la que no puede haber riesgo de gérmenes o bacterias, etc”. “Ahora –continuó– nos hemos recuperado y estamos funcionando con mejor tecnología que la que teníamos, gracias a que el gobierno nacional donó a la entidad 16 millones de pesos para la compra de los aparatos perdidos y la reparación edilicia”.

También el Gobierno provincial aportó con un crédito a fondo perdido de dos millones de pesos. El dirigente también rescató el aporte de empresas privadas, algunas de origen español que convocadas por el embajador Román Oyarzun respondieron, como Telefónica y Telefé, y hasta el aporte anónimo de personas que sin apuntar su nombre dejaban en una urna sobres con dinero para el Hospital. “En esta tragedia, nos hemos encontrado con muchas manos abiertas”, reflexionó el directivo.