Exteriores plantea compartir representaciones en el exterior con países iberoamericanos

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha mostrado abierto a compartir con los países iberoamericanos oficinas diplomáticas, comerciales o culturales en el extranjero cuando no se justifique la existencia de una representación propia.

Exteriores plantea compartir representaciones en el exterior con países iberoamericanos

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha mostrado abierto a compartir con los países iberoamericanos oficinas diplomáticas, comerciales o culturales en el extranjero cuando no se justifique la existencia de una representación propia.

Margallo ha defendido esta idea como un medio de conseguir “ahorros importantes”, contar con mayor presencia en el exterior e impulsar la colaboración de la comunidad iberoamericana.

“Allí donde un país iberoamericano o España considere que no se justifica la existencia de una representación propia, intentaremos firmar convenios de colaboración permitiendo la entrada o pidiendo la entrada en cada una de las representaciones para actuar juntos”, ha explicado.

El Gobierno ya ha apostado por esta fórmula de colaboración con la Unión Europea y, como primer paso, ha cerrado la embajada española en Yemen, trasladando al personal diplomático español a la delegación comunitaria en el país.

Según ha señalado García-Margallo, España está siendo “pionera” en ese camino y otros países miembros estudian su iniciativa. Como precedente de la colaboración con la comunidad iberoamericana, ha destacado el convenio firmado con México que permitirá a España disponer de su red consular en Estados Unidos, más numerosa que la española.

El acuerdo, ha destacado el ministro, llega en un año “capital” porque se cumple el quinto centenario del descubrimiento de Florida y del océano Pacífico y el Ejecutivo quiere aprovechar la ocasión para intensificar sus relaciones con EE UU, donde 50 millones de personas tienen el español como lengua materna.

El jefe de la diplomacia española ha vinculado la reorganización de las representaciones en el extranjero a la ley de acción exterior en la que trabaja su departamento desde el inicio de la legislatura y que ha sufrido numerosos retrasos por la falta de consenso dentro del propio Ejecutivo.

Tras confiar en que el Gobierno apruebe el proyecto, ha destacado entre sus objetivos la necesidad de coordinar la acción del país en el exterior, ya que son muchos los actores –Ejecutivo central, ministerios, comunidades autónomas, etc.- y las áreas de trabajo.

A su juicio, “se impone una coordinación y necesariamente la debe hacer el presidente del Gobierno asistido por el Consejo de política exterior”, en el que deben estar presentes todos los ministerios que actúan en el extranjero y los agentes que, sin formar parte de la administración general del Estado, también intervienen en el exterior, desde las Cortes Generales al Consejo del Poder Judicial.

Entre sus misiones estará la coordinación de la cada vez más intensa actividad de las comunidades autónomas en el extranjero y el diseño de la estrategia de acción exterior y de los planes de cooperación a medio plazo.