Le ha trasladado el malestar del Gobierno por la manera en que el Ejecutivo boliviano ha expropiado empresas españolas

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación recibe a su homólogo boliviano

El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, mantuvo el pasado 31 de enero un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores y Culto del Estado Plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación recibe a su homólogo boliviano
García-Margallo y David Choquehuanca, en su encuentro.

El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, mantuvo el pasado 31 de enero un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores y Culto del Estado Plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca.

El ministro García-Margallo ha reiterado a su homólogo boliviano el malestar del Gobierno español por la manera en que el Gobierno de Bolivia ha llevado a cabo las expropiaciones de Transportadora de Electricidad, filial boliviana de Red Eléctrica de España –en mayo de 2012–, y más recientemente, el 29 de diciembre pasado, de cuatro empresas participadas mayoritariamente por Iberdrola, sin información ni diálogo previos y con ocupación policial de las respectivas sedes.

Sin cuestionar el derecho soberano de todo gobierno a expropiar por razones de interés nacional o utilidad social, el ministro ha subrayado que dicho derecho tenía su contrapunto en la obligación de indemnizar adecuadamente a los propietarios, recordando al ministro Choquehuanca los compromisos asumidos en su día por el Gobierno boliviano sobre la valoración de la compañía. García-Margallo expresó su confianza en que la indemnización a Iberdrola se produzca de manera transparente y rápida y refleje adecuadamente el valor de las participaciones expropiadas. Asimismo, transmitió la preocupación del Gobierno español por las informaciones relativas a futuras acciones del Gobierno boliviano contra empresas españolas.

España, manifestó García-Margallo, desea que las relaciones bilaterales sigan presididas por la cordialidad, franqueza y buena fe que han mantenido hasta ahora, más aún con un país prioritario para la cooperación española y que tiene un número importante de ciudadanos residiendo en España. El Gobierno español confía en que el Gobierno boliviano coincida en este deseo y que este espíritu de diálogo y buena fe –que España desea mantener– se traduzca en hechos concretos, tanto en lo que se refiere a los casos citados como en el trato al resto de empresas españolas presentes en Bolivia.