El ministro compareció en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado

Dastis reconoce la importancia de los flujos migratorios para afianzar las relaciones con Iberoamérica

Los intensos flujos migratorios de las últimas décadas entre España e Iberoamérica sirven para fortalecer el “afianzamiento” de las relaciones entre ambas regiones y sus consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales son de “gran importancia”, tanto para la “integración en la sociedad española de las comunidades latinoamericanas” como para reforzar “los vínculos entre la sociedad española y las sociedades latinoamericanas de origen”, según el ministro Alfonso Dastis.

Dastis reconoce la importancia de los flujos migratorios para afianzar las relaciones con Iberoamérica
Dastis en el Senado
Alfonso Dastis, durante su comparecencia en el Senado.

Los intensos flujos migratorios de las últimas décadas entre España e Iberoamérica sirven para fortalecer el “afianzamiento” de las relaciones entre ambas regiones y sus consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales son de “gran importancia”, tanto para la “integración en la sociedad española de las comunidades latinoamericanas” como para reforzar “los vínculos entre la sociedad española y las sociedades latinoamericanas de origen”.

Así lo expresó el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, durante una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, en la que habló de la importancia de las relaciones políticas y comerciales entre España y América Latina, así como de la aportación española al desarrollo de una región, que, en las últimas décadas, ha experimentado “una gran transformación económica y social en un contexto de notable estabilidad económica y política”, dijo el ministro, quien, no obstante, reconoció que los retos de América Latina en ambos apartados continúan siendo “enormes” por su “vulnerabilidad” frente a los shocks externos y a un entorno político poco propicio para asentar una cultura de estabilidad macroeconómica.

Según el ministro, “subsisten razones para ser optimista, en parte, gracias a que el objetivo de estabilidad macroeconómica se ha ido imponiendo y por las “señales alentadoras de que la reprimarización de un número significativo de economías de la región puede superarse sin acudir a estrategias anteriores de industrialización fracasadas”.

Es por ello que el ministro apuesta por dotar de mayor dinamismo a las relaciones económicas y comerciales con América Latina, impulsando la culminación de los acuerdos de asociación y comerciales con la UE, contribuyendo a abordar reformas estructurales ambiciosas, ayudando a la mejora de la productividad mejorando las infraestructuras, manteniendo la cooperación en el apartado de las tecnologías, y apoyando a las empresas españolas en la región, que “han beneficiado el panorama de los mercados latinoamericanos”.

Otras de las medidas dinamizadoras que ya se están poniendo en práctica y a las que aludió el ministro hacen referencia a las relaciones comerciales con México y Brasil, lo que ha generado “importantes interdependencias económicas entre España y América Latina” y que “hay que potenciar”, aseguró.

Además de las cuestiones económicas, Alfonso Dastis también aludió a otros asuntos sobre los que España está ejerciendo una importante influencia en América Latina, como es el caso de “la gobernabilidad democrática”. No obstante, también citó algunos otros pendientes a los que se enfrenta la región, como la fiscalidad, que es baja (entorno al 20,7%) en comparación con la de la OCDE  (34,1%), y mejorar la calidad y la gestión del gasto público, así como evitar la evasión y fortalecer la recaudación fiscal y la transparencia. Entre otros desafíos, hizo hincapié en los problemas derivados de la falta de seguridad, lo que puede poner en riesgo los esfuerzos de consolidación de la democracia y el bienestar.

A estos objetivos añadió Dastis los referidos al cambio climático y desarrollo sostenible. “España seguirá dedicando una atención preferente a la región”, dijo el ministro, quien apuntó que en 2015, de los 20 principales países receptores de ayuda española, 10 fueron iberoamericanos, siendo Cuba el primer receptor, mientras Colombia y El Salvador se situaron en el sexto y séptimo lugar, respectivamente.

El titular de Exteriores español completó el programa de relaciones bilaterales con América Latina haciendo hincapié en los “cada vez más intensos lazos culturales, académicos, científicos y sociales” derivados de la comunicación y cooperación entre la sociedad española y las sociedades latinoamericanas.

En este sentido, se refirió a la actividad desplegada a través de los 16 centros culturales con que cuenta para poner en práctica proyectos de coproducción y también al interés por la cooperación científica y técnica.

El ministro se refirió también a las relaciones de Iberoamérica con Europa y en ese sentido, añadió que “España está en situación de idónea” para impulsarlas.

“Nuestra condición de miembro de la UE nos ha permitido incorporar progresivamente a Iberoamérica en la agenda europea”, dijo. “En cierto modo, se ha producido una ‘iberoamericanización’ de la política exterior europea, del mismo modo que ha tenido lugar una ‘europeización’ de nuestra política iberoamericana”, prosiguió, y añadió. “Vamos a seguir convenciendo a nuestros socios europeos que América Latina es no sólo importante para España sino que lo es para toda la UE, sobre todo en estos tiempos”.

Relaciones con Venezuela

El ministro habló de las buenas relaciones políticas de España con México, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia, aunque aseguró que desde el Gobierno se sigue con “preocupación la situación de Venezuela”, agravada, dijo, “tras la decisión del Supremo de despojar de competencias a la Asamblea Nacional”.

Al respecto, dijo: “Insistimos en la necesidad de un diálogo urgente, inclusivo y efectivo en ese país, en un marco de respeto del Estado de Derecho, de división de poderes, de liberación de presos, de mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos y de respeto del calendario electoral. No hay alternativa al diálogo pero el mismo no puede prolongarse indefinidamente: debe producir resultados concretos en un plazo rápido por la gravedad de los desafíos a los que se enfrenta el país”.