Se refiere a la segunda y tercera generación de emigrantes como “las grandes olvidadas”

La Coordinadora del Movimiento Asociativo en Alemania pide reflexión sobre el avance de la liberación de la mujer

“Cualquier análisis comparativo social de las mujeres debe empezar reconociendo el cambio espectacular que se ha producido durante los últimos decenios”, recoge el comunicado que con motivo del Día Internacional de la Mujer firma la presidenta de la Coordinadora Federal del Movimiento Asociativo en la República Federal Alemana, Carmen Couto Boullosa.

La Coordinadora del Movimiento Asociativo en Alemania pide reflexión sobre el avance de la liberación de la mujer

“Cualquier análisis comparativo social de las mujeres debe empezar reconociendo el cambio espectacular que se ha producido durante los últimos decenios”, recoge el comunicado que con motivo del Día Internacional de la Mujer firma la presidenta de la Coordinadora Federal del Movimiento Asociativo en la República Federal Alemana, Carmen Couto Boullosa, quien pone el acento en los problemas de la mujer en el mundo actual en su dificultad para insertarse en todos los ámbitos sociales.

“Las mujeres sabemos dar ejemplo de abnegación en todos los momentos difíciles y de crisis”, pero “el problema” radica a la hora de “poder insertarse en todos los ámbitos sociales, sea en el país que sea, y proceda de donde proceda, teniendo los mismos derechos y no ser ciudadanas de segunda”, asegura Carmen Couto, quien se pregunta: “¿Es legítima una democracia que excluye a la mitad de su ciudadanía?”.

“La igualdad en el poder se considera un símbolo para el resto de igualdades, la laboral y la privada, ya que la toma de decisiones en la política depende de las demás posibilidades de cambio social”, responde, y añade: “No simplemente cambiando conceptos y términos descriptivos en el vocabulario político se consigue la igualdad”.

Para Couto Boullosa, las mujeres emigrantes de la primera generación son las que “contribuyeron en gran medida a sacar a sus padres y hermanos de una situación precaria”, y “la segunda y tercera generación descendientes de estas mujeres son el ejemplo más claro de esa evolución, pero también son las grandes olvidadas en estos 60 años de emigración, y posiblemente las más perjudicadas”, comenta.

También se refiere a la ponencia sobre la mujer, presentada en el Primer Congreso Democrático de Asociaciones de Trabajadores Españoles Emigrantes en Europa, celebrado en Palma de Mallorca en el año 1982, que, a su entender, “es el reflejo y el ejemplo más claro de evolución y del coraje de la mujer emigrante española activa en el movimiento asociativo, sin olvidar que en esta época teníamos generalmente a nuestros compañeros, a las instituciones religiosas y a los partidos políticos en contra”.

En su escrito, Carmen Couto también hace alusión a la lucha heroica de las 129 mujeres de la fábrica Cotton en 1908 y alude a la iniciativa de Clara Zetkin de dedicar el 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer, por lo que considera la fecha “ideal para, cada año, reflexionar, opinar y medir cómo avanza paso a paso la liberación de la mujer” en recuerdo de aquellas víctimas.

“Se ha dicho que la revolución de las mujeres constituye uno de los fenómenos del siglo XX. La tarea no está cumplida”, asegura. “Existen aún discriminaciones fácilmente visibles, amenazas de retroceso constante, una cierta indiferencia juvenil, o para ser más exactos, una falta de reconocimiento más específico de todo lo hasta ahora conseguido”, añade, y recalca: “La emancipación de la mujer ha puesto de manifiesto que la igualdad profesional y política no prospera si persiste la desigualdad privada; los cargos de mayor responsabilidad política y empresarial continúan estando masivamente en mano de los hombres”.

Por último, alude a frases célebres de intelectuales como Clara Campoamor o Xohana Torres que “se han sabido liberar de los valores de la España patriarcal de la que salieron”, matiza. De la primera destaca: “La libertad se aprende ejerciéndola” o “El feminismo es una protesta valerosa de todo sexo contra la positiva discriminación de su personalidad”. De la segunda: “Las mujeres sostenemos la mitad del cielo”.