TRIBUNA ABIERTA DE ÁNGEL CAPELLáN

El Consejo invisible: ¿Quién conoce al Consejo General en España?

Una de las quejas más comunes entre los consejeros generales es que nuestro Consejo es invisible, un gran desconocido. Repetimos que casi nadie en España, o incluso entre nuestro colectivo exterior, sabe qué es o qué hace este Consejo; que no tiene ningún eco en la prensa o los medios de comunicación, que sus decisiones tienen poca consecuencia.

El Consejo invisible: ¿Quién conoce al Consejo General en España?
Capellán
Ángel Capellán.

Una de las quejas más comunes entre los consejeros generales es que nuestro Consejo es invisible, un gran desconocido. Repetimos que casi nadie en España, o incluso entre nuestro colectivo exterior, sabe qué es o qué hace este Consejo; que no tiene ningún eco en la prensa o los medios de comunicación, que sus decisiones tienen poca consecuencia.

Lamentablemente con demasiada frecuencia, los consejeros somos nuestros peores enemigos. Cuando teníamos las audiencias con el Rey o el Presidente de turno en La Zarzuela y La Moncloa (algo que le daba modesta visibilidad) enseguida surgían de entre nuestras propias filas muchos diciendo que para qué servía aquello. Sin embargo, nadie podría justificar que esos actos no tenían una clara función institucional.

De igual modo, cuando aquella Comisión de Seguimiento, predecesora de la Permanente actual, que si mal no recuerdo funcionó uno o dos mandatos, visitaba a Ministerios y Parlamento, muchos se echaban encima criticando lo que algunos dieron en llamar “el paseíllo” de esa comisión. Incluso la recepción de la presente Comisión Permanente por los grupos parlamentarios en noviembre pasado fue solemnemente criticada por algunos como totalmente inútil.

Si continuamos así, derrotándonos a nosotros mismos, seguiremos siendo, sí, el Consejo Invisible (incluso con mayúsculas).

Pienso que es esencial que el Consejo General y, por ende, los temas del colectivo de españoles en el exterior tengan una cara hacia el público y una presencia más viva en España. Se impone que  pongamos en marcha todas las acciones razonables que nos lleven a una mayor visibilidad y presencia entre los españoles. ¿Y por qué esa mayor visibilidad? Somos responsables de impulsar todas cuantas acciones redunden en un mayor reconocimiento y valoración del Consejo y sus actividades.

Recientemente, tan solo esta semana pasada, se mencionaba en el programa nacional de TVE que por primera vez en muchos años las remesas que envían los emigrantes españoles a España han sobrepasado de nuevo lo que los inmigrantes envían al extranjero.

Buena noticia. Sin embargo esta noticia, que yo sepa, no tuvo el seguimiento que hubiera merecido; no hubo debates en televisión o entrevistas en la radio sobre ella. No se entrevistó a ningún consejero. ¡Cómo podemos estar tan inadecuadamente preparados para desaprovechar una ocasión como ésta!

Son el Presidente del Consejo General en muchas situaciones y la Comisión Permanente en otras muchas quienes deben ser la cara visible del Consejo. Sin duda los Plenos del Consejo deben también tener mucha más presencia en los medios de comunicación.

Lamentablemente hasta ahora no hay ningún plan de acción para conseguir esas metas ni nadie ha propuesto uno.

Estoy convencido de que nada de esto ocurriría si la Comisión Permanente hubiera llevado a cabo un plan de acción como el que aquí se presenta. Nunca es tarde y espero la Comisión responda a esta misión.

1. El acto más decisivo, visible y de posible impacto positivo que con más ahínco deben proseguir el Presidente y la Comisión Permanente es que el Congreso de los Diputados cumpla la ley y conceda a la Comisión Permanente una audiencia formal, que debería realizar anualmente. El Estatuto indica más específicamente que deben ser las Comisiones pertinentes del Congreso quienes concedan esa audiencia y realicen la reunión. Aunque el calendario corre veloz, esta audiencia debería realizarse a finales de este mes cuando la Comisión Permanente del Consejo se reúna en Madrid. Mientras tanto la Comisión bien puede ser convocada a una videoconferencia para trabajar en preparar los contenidos, temas  y textos a presentar en esa reunión.

La Secretaria General de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo fue sumamente eficaz para negociar una reunión de esta Comisión con los Grupos Parlamentarios en noviembre del 2012. Esperemos que ahora pueda conseguir también que, en cumplimiento de la ley, el Parlamento conceda la audiencia comentada arriba.

Indudablemente, este sería un gran paso adelante. El año pasado tan solo fuimos recibidos por los Grupos Parlamentarios. Pero aunque está muy bien que ellos nos oigan y aunque aquel fue un primer paso esperanzador, no son ellos quienes están mandatados por la ley para escucharnos. Son las comisiones del Congreso las que deben acoger nuestras reivindicaciones.

2. Debemos pedir bastante más. En actos como éste, la comisión representa al Pleno, a todos los consejeros, y a todo el colectivo de españoles en el exterior. Por ello, en la misma visita, el Presidente debería gestionar con el Presidente del Congreso que los miembros de la Comisión se puedan sentar en el Palco del Público durante una sesión. Al mismo tiempo, la Comisión podría muy bien preparar un breve texto que un Diputado podría leer reconociendo la presencia de la Comisión y en reconocimiento de lo que hace nuestro colectivo para el desarrollo de España.

Bien se podría conseguir que un acto como la reunión mencionada y la presencia en el palco podrían tener un eco en la prensa y medios de comunicación nacional.

3. Una de las razones por las que nuestro colectivo no ha tenido gran eco en la prensa y medios de comunicación (siempre con la sobresaliente excepción de la prensa de la emigración) es que no hay quien envíe estas comunicaciones a quienes pueden conseguir que aparezcan en esos medios. Claramente no funciona lo que hasta ahora parece haber sido responsabilidad de la Dirección General de Migraciones. A la vez que reconocemos que esa Dirección pueda hacer cuantos informes desee a la prensa, debemos explorar otros caminos.

Una posible buena solución sería que la Comisión Permanente designara a uno de sus miembros como contacto con una o varias de las agencias de noticias ya existentes y que se les enviaran informes de prensa frecuentes relacionados con la emigración. La prensa responde muy eficazmente a lo que difunden esas agencias.

4. Amén de todo esto, otra de las razones por las que los medios españoles se ocupan tan poco de la emigración es porque no perciben que haya demanda de ese tipo de noticias. En esto, el culpable principal es el Consejo General que tiene a su alcance medios relativamente fáciles para movilizar a nuestro colectivo y crear esa demanda, pero no los usa. Hasta hace no mucho (algo más de una década quizá), pocos españoles en el exterior podían ver programas de televisión española, escuchar la radio o leer los periódicos. Hoy día, en el mundo globalizado en que vivimos, quizá sean cientos de miles de ciudadanos españoles en el exterior quienes hacen ese seguimiento bastante asiduo de los medios españoles.

Con una modesta dosis de iniciativa y acción concertada, podemos conseguir que entre los consejeros generales y los miembros de los CRE establecidos, los centros españoles en el exterior, las asociaciones y federaciones, se organice una red informática (e-mail, twitter, otros) que ponga en vite a los medios españoles. Cada mes se podía organizar una campaña de reacción rápida con mensajes simples pero incisivos que todos enviaran a estos medios. A modo de ejemplo: “Soy seguidor de su periódico –o radio, o programa de televisión– pero no he visto hace mucho tiempo (o nunca, o como sea) ninguna noticias de lo que es y hace nuestro colectivo de españoles en el exterior. Estoy convencido que su periódico –o radio, o programa de televisión– debe hacerse eco frecuente de las preocupaciones y eventos de dos millones de españoles en el exterior. Quisiera ver más noticias, más comentarios, más artículos sobre lo que es, hace, siente, y vive nuestro colectivo”. Si hay gran demanda de noticias, la prensa a la larga responderá.

5. Definitivamente, el Consejo General debía reanudar las audiencias con el Rey, el Presidente del Gobierno y presidentes de los Gobiernos Autonómicos según las circunstancias.

Lamentablemente no han sido pocos los consejeros que, en el pasado, se han burlado de esas audiencias, las han visto como algo simplemente de postín, o como actos políticos. Con frecuencia son los mismos que luego critican y se quejan de que el Consejo sea un órgano invisible. ¡Cómo no lo iba a ser si trabajamos tan eficazmente para cultivar esa invisibilidad!

Muy al contrario, esas audiencias son las que ponen caras vivas ante los líderes del Estado Español. cada consejero debería ir a esas audiencias, no para chulear como un Don Fulanito de Tal, sino orgulloso de estar allí en representación de su colectivo, consciente de que representa a los españoles de su país y de toda la emigración. ¿Cómo puede nadie oponerse a esto?

6. Y sin duda la Comisión Permanente debía tener reuniones puntuales con algunos ministerios clave sobre temas de importancia particular que inciden con las responsabilidades de ese ministerio.

El colectivo de dos millones de españoles en el exterior debe tener una visibilidad mucho mayor en la vida española. El Consejo General y, de modo especial, el Presidente del Consejo y la Comisión Permanente, son los responsables primarios para que esto ocurra.

Ángel Capellán Gonzalo

Consejero por los EEUU y consejo general de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), 1998-2016