Durante el próximo año vivirá entre España y el país celta

La consejera por Irlanda, Karmele Matellán, renuncia a su puesto en el CRE y en el CGCEE

La consejera por Irlanda, Karmele Matellán, deja su puesto en el Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Dublín y, consecuentemente, en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) porque este año va a estar viviendo entre España e Irlanda.

La consejera por Irlanda, Karmele Matellán, renuncia a su puesto en el CRE y en el CGCEE
Karmele Matellán
Karmele Matellán, en el último Pleno celebrado.

La consejera por Irlanda, Karmele Matellán, deja su puesto en el Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Dublín y, consecuentemente, en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) porque este año va a estar viviendo entre España e Irlanda.

“Mis hijos van a estar escolarizados en España y yo voy a estar yendo y viniendo, así que no sé muy bien cómo se va a desarrollar este año”, explica Matellán, quien asegura que prefiere dejarlo “antes de que se puedan despertar suspicacias sobre dónde estoy viviendo y si tengo derecho a seguir en el CRE”. “En todo caso, voy a cursar la baja consular”, asegura.

Matellán también se lamenta de que, “ahora mismo, el CGCEE está muy parado”. “El Pleno del año pasado –recuerda– no se celebró y el presidente tampoco está llamando a todas las puertas, ni se ha quejado lo suficiente de que no se hayan celebrado las reuniones que se debían haber celebrado”.

“Está todo completamente inoperante”, se queja la consejera, quien asegura que, al no estar reuniéndose las comisiones, no se cursan las peticiones y tampoco hay Pleno para que se aprueben. “Incluso –explica– las peticiones que sí se han aprobado en el Pleno han caído en saco roto y no se ha hecho nada con ellas. Hay peticiones, incluido el cambio de reglamento, en un cajón desde hace muchos años”.

Matellán se muestra agradecida por que a través del CGCEE se consiguieron las aulas para Irlanda, “algo espectacular para la colectividad española en Irlanda”, pero “en los últimos años se consiguieron menos cosas de lo que cabría esperar”.

A pesar de que la operativa del CGCEE es “muy lenta”, Matellán asegura que su renuncia es por un tema de residencia porque “entiendo que todo el trabajo que se haga es positivo, aunque sea poco y sea lento”.

Matellán también se queja de la invisibilidad de los CRE y del CGCEE y explica que con motivo de la organización de varios vuelos de repatriación desde Irlanda a España tuvo contacto con miles de españoles en Irlanda y, en su gran mayoría, desconocían el CRE y el CGCEE. “Se nos hace poco caso y tenemos poca visibilidad”, afirma.

Esta consejera lleva ocho años en el CRE y en el CGCEE y asegura que le da “mucha pena” dejarlo porque después de muchos años tiene una relación “que ya trasciende de lo personal”. “Ha sido una experiencia muy buena y enriquecedora”, explica Matellán, quien dice que para ella “lo más positivo del CRE es haber conocido a mucha gente de ámbitos distintos y el hecho de poder ayudar a los demás, aunque es cierto que están muy limitados en la visibilidad y en la capacidad de acción que tenemos”.

Matellán lleva en el Consejo de Residentes Españoles (CRE) en Irlanda desde que se fundó. “Vi un anuncio en la Embajada para formar el CRE y lo comenté con un grupo de madres españolas con las que tenía contacto y quedábamos para juntarnos con nuestros hijos y que hablasen español, porque era nuestra gran preocupación”.

A partir de ahí montaron el CRE, cuyo principal logro en estos años es conseguir que Irlanda cuente con Aulas de Lengua y Cultura Española (ALCE).