Luis García Montero afirma que “el español ha llegado a China para quedarse”

El Cervantes clausura el Año Diego de Pantoja, el pionero de las relaciones culturales hispano-chinas

El Instituto Cervantes clausuró este martes el Año Diego de Pantoja que ha celebrado en 2018 con el objetivo de rescatar la “figura poliédrica” del misionero español (1571-1618) de “un olvido injusto” y reivindicar su importancia como padre de la sinología y pionero de las relaciones culturales hispano-chinas. Así lo destacó, en el 400 aniversario de su muerte en Macao, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

El Cervantes clausura el Año Diego de Pantoja, el pionero de las relaciones culturales hispano-chinas
Cervantes-Año Pantoja
Luis García Montero recibe como obsequio un retrato de Diego de Pantoja de manos de Zhang Xiping.

El Instituto Cervantes clausuró este martes el Año Diego de Pantoja que ha celebrado en 2018 con el objetivo de rescatar la “figura poliédrica” del misionero español (1571-1618) de “un olvido injusto” y reivindicar su importancia como padre de la sinología y pionero de las relaciones culturales hispano-chinas.

Así lo destacó, en el 400 aniversario de su muerte en Macao, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en la presentación de un acto que incluyó la mesa redonda ‘Reflexiones sobre los intercambios culturales entre España y China’.

García Montero afirmó que “el español ya no es una lengua minoritaria en China”, donde vive “un gran momento” gracias a las pujantes relaciones que el gigante asiático mantiene con los países hispanohablantes. “El español ha llegado a China para quedarse” y ya se posiciona como la segunda lengua extranjera después del inglés.

El gran reto del Cervantes en China es “formar más y mejor” a los profesores de español, ya que la escasez de docentes ha frenado hasta ahora la expansión del idioma en un país donde el Instituto está presente en las ciudades de Pekín y Shanghái. Por eso, García Montero manifestó ante el embajador chino la plena disposición para trabajar conjuntamente y mejorar la oferta formativa a los futuros profesores de español.

Recordó que el Cervantes pekinés, con 5.000 matrículas en el último curso, es el tercero en número de alumnos (por detrás de Nueva Delhi y Manila), realizó 7.000 inscripciones para los diplomas DELE y celebró más de 200 actos culturales, en la idea de que “las relaciones culturales son la mejor manera de comprender al otro”. 

El embajador de la República Popular China en España afirmó que el Año Diego de Pantoja ha contribuido a estrechar los vínculos entre ambos países, precisamente cuando se cumplen 45 años del establecimiento de relaciones diplomáticas. “Se ha consolidado la confianza mutua y las dos culturas se van acercando”, sentenció Lyu Fan, para quien “estamos siguiendo el camino abierto por Pantoja” hace cuatro siglos.

También participaron en la apertura del homenaje Zhang Xiping, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín (la primera de China que abrió un Departamento de Español allá por 1953); Gladys Nieto, directora del Instituto Confucio de Madrid; y Serafín Faraldos, alcalde de Valdemoro (Madrid), la localidad natal del jesuita.

A continuación, cinco grandes expertos dieron su visión de su figura y su legado. Inmaculada González Puy, directora del Cervantes de Pekín, desgranó las múltiples iniciativas llevadas a cabo a lo largo de este “intenso” Año Pantoja, entre las que destacan la publicación de cinco libros y un simposio internacional con 35 ponentes.

Luo Huiling, investigadora y traductora, trazó una prolija semblanza del evangelizador español y desgranó una trayectoria llena de vicisitudes y logros, entre los que destaca que fue el primer occidental que accedió a la Ciudad Prohibida en 1601.

Una crónica “superventas” de 1602

Beatriz Monco Rebollo, antropóloga de la Universidad Complutense de Madrid, explicó el contenido e importancia de la carta que Pantoja envió en 1602 al provincial de Toledo, una larga crónica de 133 hojas (equivalente a 265 folios) escritas a mano en un castellano culto en las que contaba sus vivencias e impresiones personales sobre la vida en China (desde su admiración por la jerarquía social del mandarinato hasta su rechazo de la castración masculina). La misiva, convertida pronto en publicación “superventas” y traducida a varios idiomas, sentó las bases de la sinología.

Yang Huiling, investigadora de las misiones extranjeras en China, expuso las innumerables dificultades idiomáticas que encontraban los extranjeros y el papel fundamental de los diccionarios (el primero fue un diccionario portugués/chino) para facilitar a aquellos la comprensión de un país tan ajeno a los códigos occidentales.

Por último, Ramón Tamames, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Autónoma de Madrid y profesor visitante en la Universidad de Macao, sentenció que “Pantoja vive” cuatro siglos después, y que este año “ha servido para destacar una figura única” que debe ser ejemplo de diálogo tanto para las personas como para los países.

El homenaje, abierto al público, se cerró con el concierto ‘El clave del Emperador: Tras el legado de Diego Pantoja’, a cargo de Todos los Tonos y Ayres junto con Íliber Ensemble, una reconstrucción musical de la animada vida en la corte china.